Han pasado varios días desde que tuvo lugar el trágico accidente de Simone La Terra y el posterior rescate de su cuerpo. Las informaciones que se están publicando, alguna de participantes en el rescate, son en parte erróneas. Estar en el campo base del Dhaulagiri, además de ser testigo de la operación de rescate me ha permitido hablar con muchas personas, testigos de distintos momentos del rescate, y tener una imagen objetiva global del mismo.
Los rescates en montaña, desgraciadamente, dan visibilidad a quienes participan en los mismos. Hoy en día, si alguno de los participantes, quiere destacar y ganar la máxima visibilidad lo tiene fácil pues gracias a las redes sociales podrá enviar el mensaje que quiera. Incluso, si lo desea, decir a los cuatro vientos que él ha sido el protagonista del rescate sin el cual nada hubiera sido posible y que sólo gracias a él todo ha funcionado.
Un mensaje muy fácil de transmitir teniendo en cuenta que la mentalidad nepalí es de no tener conflictos y dejar el protagonismo a los occidentales. En general, a los nepalíes, el protagonismo no les interesa. Tampoco quieren discutir. Tanto sherpas como propietarios de agencia de trekking se centran en hacer lo mejor posible su trabajo y prefieren mantenerse en un segundo plano cediendo el protagonismo a sus clientes que son, en definitiva, quienes les han contratado.
En el mundo occidental, con el juego de egos multiplicado por las redes sociales, en busca de seguidores y me gustas y tener la máxima repercusión todo sirve. Incluso utilizar un rescate en montaña para conseguirlo.
Aunque la cuerda fija se encontraba muy cerca de la tienda, Simone no se había asegurado a ella
El accidente de Simone La Terra parte de un error humano. Su tienda, instalada a 6.976 m, no estaba bien anclada y por eso voló con él dentro cuando intentaba dejar entrar en ella al polaco Valdi Kovalewski. Eran aproximadamente las cuatro de la tarde. Tres horas antes había hablado con el también polaco Pawel Michalski y Alex Gavan, que se encontraban en el campo base.
Simone está dentro de la tienda fatigado, cocinando. Les dice que le ha llevado dos horas instalar la tienda en una plataforma estrecha, en una zona vertical, casi colgado en el vacío. Les dice que está atado por el arnés a la cuerda fija que está fuera. Desde el campo base bromean con él diciéndole que está en el Dhaulagiri no en Yosemite.
¿Qué pudo pasar para que al ir a entrar Valdi en la tienda esta volara con Simone dentro? Hemos mantenido una larga conversación con Valdi quien nos ha confirmado que, aunque la cuerda fija se encontraba muy cerca de la tienda, Simone no se había asegurado a ella. Seguramente con el cansancio de la ascensión y las dos horas que estuvo preparando la plataforma para instalar la tienda cometió el error de pensar de que sí estaba asegurado cuando realmente no lo estaba.
Valdi y Simone habían formado cordada para intentar el Dhaulagiri. Ya, unos días antes, habían dormido en el campo 1 (Simone una noche y Valdi dos) y en esta segunda ascensión de aclimatación habían pasado una noche en el campo 2 e iban a pasar otra en el campo 3. Simone decidió quedarse antes de este campo, a 6.976 metros, y Valdi prefería dormir más alto para aclimatar mejor, así que siguió subiendo hasta el campo 3, situado a aproximadamente 7.300 metros, donde instaló la tienda. Tuvo que utilizar cinco tornillos de hielo para fijarla pero la tienda se rompió debido al viento. A pesar de ello permaneció alrededor de cuatro horas en su interior en muy mala postura hasta que decidió descender a donde se encontraba Simone para pedirle cobijo.
El viento era fortísimo
Según nos ha contado Valdi, nada más llegar a donde se encontraba Simone se ancló a la cuerda fija que había fuera mientras Simone preparaba la tienda para acogerle. Coincidió el momento en que Simone dio un salto para cambiar su posición dentro de la tienda con una fuerte ráfaga de viento que hizo que la tienda saliera volando con Simone dentro. Valdi no pudo hacer nada por sujetar a su amigo.
Tras el accidente a Valdi le lleva seis horas descender al campo 2 (en condiciones normales este descenso se hace en hora y media) pues, según nos relata, el viento era fortísimo hasta el punto que tuvo que ir encorvado pues cuando se ponía de pie la fuerza del viento le tiraba. Cada poco tiempo, a pesar de que el viento le golpea entonces de frente se pone de cara a él, en la dirección en la que cayó Simone por si este puede ver en la distancia su frontal. Intenta también, en medio de la ventisca, ver si puede ver a su compañero caído.
Las cuerdas fijas están enterradas en la nieve. A veces consigue desenterrarlas y utilizarlas. En otras ocasiones tiene que descender sin ellas.
En el campo 2 se encuentran los andaluces Juan Carlos Cantos y José Manuel Sánchez Galindo. Lo primero que oyen cuando se les acerca Valdi es: “Water, please, water!!!” Luego les dice: “Mi amigo Simone ha caído, creo que ha muerto. Se ha caído con la tienda. El rescate es imposible. ¿Podéis llamar al campo base?”
Desde el campo 2 los andaluces llaman al responsable de Bochi Bochi, la agencia que organiza su expedición, y le piden que llame a Prestige (la agencia que organiza la de Simone) y Seven Summits (la de Valdi). También llaman al campo base para que sus dos compañeros que se encuentran allí (Fernando Fernández Vivancos y Pepe Saldaña) transmitan también el mensaje al responsable de campamento de Prestige y Seven Summits.
La alarma ya está dada y es de suponer que el responsable de Prestige pone en marcha el dispositivo de rescate que implica que un helicóptero sobrevuele la zona del accidente.
Poner en marcha el helicóptero exige dinero sobre la mesa
Todo esto ocurre en la noche del día 29 de abril. Tanto Valdi como los alpinistas que han tenido noticias del accidente han hecho lo que tenían que hacer, es a partir de ese momento la agencia quien tiene que poner en marcha el rescate. Esta conserva la copia de la póliza de seguro de los alpinistas que contratan sus servicios y se supone tiene experiencia para actuar rápidamente para que el rescate se realice de la manera más rápida y eficiente. Aunque, como en el caso de Simone, las posibilidades de encontrarle con vida fueran mínimas, en el Himalaya y en el alpinismo en general, ha habido historias de supervivencia increíbles.
No sabemos por qué el helicóptero de rescate no aparece en el campo base del Dhaulagiri en la mañana del 30 de abril. Es algo que intentaré averiguar a mi regreso a Kathmandú.
En este caso, la rapidez del rescate no era clave porque desgraciadamente Simone falleció en la caída de alrededor de ochocientos metros, pero sí es importante analizar lo ocurrido para que en caso de emergencia real la ayuda llegue lo antes posible.
¿Qué pasa cuando un alpinista tiene un accidente en las montañas de Nepal? ¿Quién es responsable de coordinar su rescate? Es evidente que cualquier otro alpinista que sea testigo del mismo en la montaña dará la voz de alarma y hará todo lo posible por rescatarlo. Pero la mayor parte de los accidentes que tienen lugar en el Himalaya requieren el uso del helicóptero. Poner en marcha el helicóptero exige poner dinero sobre la mesa.
Si el alpinista ha gestionado su expedición con una buena agencia y le ha dejado copia de su seguro el helicóptero podrá estar en el aire muy rápidamente pues incluso la agencia (si tiene medios) no esperará al seguro para poner en el aire el helicóptero. Por el contrario, si el alpinista ha contratado -por ahorrarse un dinero- los servicios de una agencia de “segunda categoría” es posible que todo se demore. Más aún si el alpinista no tiene amigos en ese momento en el campo base presionando para agilizarlo. En cualquier caso, en lo que respecta a este tema en el caso de Simone, todo son suposiciones.
La agencia Seven Summit está gestionando la mayor parte de las expediciones
No sé lo que pudo ocurrir para que el helicóptero no apareciera en la mañana del día 29 abril en el campo base del Dhaulagiri (4.450 m). La tarde de aquel día sí que voló hacia el campo base pero la niebla le impidió aterrizar en él y tuvo que hacerlo y pasar la noche en el campo base italiano que se encuentra a unos 3.500 metros aproximadamente.
El día 30, a aproximadamente las seis de la mañana nos despierta el ruido del helicóptero aterrizando en el campo base. Cuando salimos de la tienda no logramos entender cómo lo ha conseguido pues el campamento está totalmente cubierto por la niebla. Es evidente que el piloto nepalí (Nishal) está dispuesto a darlo todo en el rescate y no quiere perder la mínima oportunidad que le de el tiempo de intentarlo. Le acompaña Mingma Sherpa, uno de los tres hermanos propietarios de la agencia Seven Summit.
Seven Summit, propiedad de los hermanos Mingma, Dawa (los dos han ascendido los Catorce ochomiles) y Thasi, es en estos momentos la agencia que está gestionando la mayor parte de las expediciones que tienen lugar en Nepal. No son los más baratos pero seguramente sí que son los mejores. Los tres hermanos están volcados en su agencia, en ofrecer el mejor servicio, son muy buenos alpinistas, conocidos y respetados en Nepal, y propietarios además de dos helicópteros.
En cuanto la niebla despeja el helicóptero despega con Mikel Sherpa, y por debajo del campo 2, a 6.100 metros, ven el saco de dormir de Simone que en ese momento piensan que es su cuerpo. Regresa a repostar, pues los vuelos los realiza con el mínimo combustible para así aligerar el peso. Repostajes que realizan con el motor del helicóptero en marcha. El helicóptero vuelve a volar, esta vez a Mikel le acompaña otro sherpa, Mingma. Pero cuando el helicóptero les deja cerca del punto que pensaban que era el cuerpo de Simone y se acercan a él es cuando se dan cuenta de que en realidad es su saco de dormir.
Alex Gavan insiste en que tiene las coordenadas de Simone
Desde el campo base sigo toda la operación de rescate y es entonces cuando siento que Mingma (el propietario de Seven Summits) habla por teléfono satélite con alguien, (luego sabré que es el alpinista rumano Alex Gavan) que le insiste desde el campo 1 para que le recoja pues él tiene las coordenadas de Simone. Ante su insistencia Mingma accede y tras repostar el helicóptero vuela al campo 1 a recoger a Alex Gavan.
Lo que tiene Alex son las coordenadas del lugar en el que estaba la tienda de Simone cuando ocurrió el accidente, por lo que esta acción de recoger a Alex para hacer subir el helicóptero a 7.000 metros, casi al límite de su capacidad de vuelo, en realidad no tiene ningún efecto positivo en la búsqueda más que consumir un combustible que en estos momentos es escaso y por tanto precioso.
La búsqueda vuelve a concentrarse en el mismo punto en que se encontró el saco. El rotor del helicóptero sobrevolando el lugar ha ido despejando la zona de la nieve caída más reciente y es entonces cuando el piloto ve algo negro que, al acercarse con el helicóptero, comprueban es el cuerpo de Simone. Está muy cerca del lugar en que se encontró el saco de dormir, en un lugar muy peligroso bajo un enorme serac. Desde el helicóptero Alex Gavan toma algunas fotos para la familia.
De regreso a repostar al campo base tiene lugar la gran pregunta. ¿Merece la pena arriesgar tres vidas -la del piloto y dos rescatadores- para recuperar un cuerpo? Alex habla con Paula, la mujer de Simone, que le pide una hora para hablar con sus padres y Alex le dice que dispone de cinco minutos para decidir. Pero las nubes están cubriendo la zona y no hay tiempo para esperar. Nishal, el piloto, decide arriesgar, Alex Gavan y Mingma Sherpa montan en el helicóptero. La suerte quiere que puedan recuperar el cuerpo de Simone sin que tenga lugar una tragedia aún mayor debido al riesgo de caída que hay de los seracs que se encuentran por encima. Riesgo acrecentado por la vibración del ruido del motor del helicóptero.
¿Hasta qué punto deben arriesgarse vidas para rescatar un cadáver?
El helicóptero desciende al campo base con el cuerpo de Simone colgando de los patines, una imagen que nos impacta a todos los que nos encontramos en el campo base. Lleva las botas y el arnés puesto. Luego regresa a por Alex Gavan y Mingma Sherpa que se encuentran en este lugar tan peligroso por el riesgo de caídas de seracs. Mientras descendían intentando situarse en un punto más seguro han encontrado también la tienda de Simone.
El rescate del cuerpo de Simone ha sido un éxito posible en su mayor parte gracias a la pericia y la capacidad de asumir riesgos de Nishal, el piloto nepalí del helicóptero. También de Mikel y Mingma sherpa y de Alex Gavan. Y no hay que olvidar el papel de Seven Summits, que sin ser la agencia organizadora de la expedición de Simone, ha tenido un papel crucial en el rescate pues los dos sherpas que participaron en el mismo pertenecen a esta agencia. Y que uno de sus propietarios, Mingma Sherpa, no dudó en desplazarse al campo base del Dhaulagiri para coordinar el rescate.
A partir de aquí hay que hacerse reflexiones importantes. Todo salió bien en este rescate del cuerpo de Simone que también pudo acabar en tragedia. ¿Hasta qué punto deben arriesgarse vidas para rescatar un cadáver? Es una decisión que los alpinistas no pueden dejar en las manos de sus familias. Estas siempre querrán rescatar el cuerpo. Mi visión es que los alpinistas deben dejar por escrito las decisiones que se deben seguir en caso de accidente.
Y lo más importante: todos los alpinistas deben dejar, además de copia del seguro en la agencia, instrucciones claras de cómo actuar y de los limites que cubre el seguro para que en caso necesario se pierda el menor tiempo posible.
Por muy buena que sea tu filosofía, tu preparación física tiene que ser mejor para ir en alpino. El tema de la recuperación de «fiambres» es exigible tanto en cuánto sea posible. Y al parecer, cada día más, gracias a los medios disponibles hoy, impensables hace poco tiempo. Al leer las impresiones de Dario reflejan poca experiencia en la realización de rescates/recuperaracion con helicópteros, que llevan a pensar en algo inaudito cuando es mas común de lo que parece.
Yo tb estoy de acuerdo con lo que dices Maldivo, la preparación es fundamental y cuánto mejor sea, mejor, incluso podría añadir que más que la preparación la filosofía interior podría ser hasta más influyente en una persona que el estado físico, y evidentemente conocer tu propios límites y los del material con que trabajas. Aún y así una buena preparación Minimiza los riesgos pero no estás excento de ellos. Y puede pasar lo peor siempre. El tema de arriesgar será siempre a criterio del que está ahí arriba, pero el tema de que te recojan fiambre es otra historia. Si ya estás muerto y el rescate es complicado yo creo que no vale la pena arriesgar. Eso de subir picos, ochomiles o no, con la huella abierta, cuerdas por todos los sitios y demás no lo veo como un gran logro,más bien todo lo contrario. Y si además es con oxígeno no tiene demasiado mérito. Aún y así hay mucho monte y muchas montañas por el mundo, además de muchos tipos de aventuras de todo tipo como para quedarse con estas solo, y el día que metan desyuno incluido? en la cima será para ni acercarse….