Todavía aparecen historias llenas de romanticismo en el mundo del alpinismo. La última en surgir ha sido protagonizada por los georgianos Archil Badriashvili, Giorgi Tepnadze y Baqar Gelashvili, que se han anotado las primeras ascensiones del Pangpoche I (6.620 m) y el Pangpoche II (6.504 m), situadas a unos 15 km del Manaslu, en Nepal.
Estas cumbres hermanas se elevan dos kilómetros verticales por encima de su entorno más inmediato y son claramente visibles desde el trekking del Manaslu. Los georgianos, sin embargo, repararon por primera vez en ellas a través de una visión gloriosa, emergiendo entre las nubes de la puesta de sol mientras escalaban el Larkya Peak (6.416 m), del que realizaron la primera ascensión en otoño de 2017.
A su regreso a casa, no fueron capaces de hallar información alguna sobre esos picos, más que algunas fotos lejanas e imprecisas y la constatación del hecho de que no habían sido ascendidos jamás. Solamente había dos precedentes, protagonizados por alpinistas japoneses, en 2009 y en primavera de 2018, cuando un grupo liderado por Yasuhiro Hanatani tuvo que cambiar de objetivo antes de alcanzar siquiera la base de la montaña ante las malas condiciones del glaciar.
Pangpoche II en tres días de estilo alpino
Archil Badriashvili, Giorgi Tepnadze y Baqar Gelashvili plantearon su propia expedición al Pangpoche para este otoño de 2019. Tras aterrizar en Nepal el 10 de septiembre, se dirigieron a la zona del Manaslu y se instalaron a los pies de la arista suroeste del Pangpoche II. Su ascensión comenzaría desde la cota 3.880 m y su objetivo se situaba en la cima de 6.504 m, más de 2.600 m de desnivel más arriba.
Empezaron su ascensión el 20 de septiembre. En una jornada de 12 horas de escalada por una tensa arista, situaron su primer vivac a 5.780 m. Al día siguiente, dejaron la arista por demasiado peligrosa y continuaron por la cara suroeste, aunque el mal tiempo les obligó a frenar su avance. Finalmente, al tercer día remontaron pendeintes de nieve de hasta 80º y secciones de cascada de hielo para trazar una línea directa hasta la cumbre.
Tras un descenso nada evidente y otro vivac, consiguieron llegar al campo base y disfrutaron de una semana de descenso forzado por las nevadas.
Pangpoche I, cuatro jornadas de técnica arista
El 30 de septiembre, finalmente, llegó la hora de partir a por el Pangpoche I (6.620 m), que optaron por intentar a través de la menos expuesta arista norte. Esa decisión les obligó a mudarse de campo base y situar el nuevo a 4.300 m.
A pesar de los beneficios de la arista en términos de seguridad, lo cierto es que los tres georgianos tuvieron que lidiar con grandes dificultades desde la perspectiva técnica. El primer día consiguieron subir casi 1.300 metros de desnivel, para montar su vivac a 5.580 m. Sin embargo, las condiciones empeoraron en la segunda jornada, debido al aumento del viento y a las purgas de nieve, que los frenaron y no les permitieron ir más allá de los 5.860 m.
La tercera jornada, cuando ya pensaban en la cima, se les presentó más difícil de lo previsto. Finalmente, partieron de madrugada el 3 de octubre. Recorrieron estrechas crestas bordeadas de cornisas para llegar hasta la sección clave (6.520 m) en cinco horas. Tres horas más de arista y una pendiente final de entre 60-70º los situaron en la cima hacia las 14 horas.
El resumen numérico de sus dos primeras ascensiones es el siguiente:
–Arista y cara suroeste (2.600 m, ED, 80º) del Pangpoche II (6.504 m), del 20 al 22 de septiembre.
–Arista norte (2.300 m, ED, 70º) del Pangpoche I (6.620 m), del 30 de septiembre al 3 de octubre.
Grandes aventureros. Bravo!