La cordada formada por Denis Urubko y Adam Bielecki regresó ayer al campo base después de una permanencia de tres días y dos noches por encima de los 7.000 metros en el K2 invernal. Escalaron las dos secciones más complicadas que hay en la ruta del Espolón de los Abruzzos por debajo de los 8.000 metros, la Chimenea House y la Pirámide Negra; alcanzaron los 7.400 m para confirmar que el tramo hasta el Hombro (8.000 m) está en buenas condiciones; y pasaron dos noches en el C3, que instalaron a 7.200 m.
Con este bagaje, se sienten bien aclimatados aunque cansados por el esfuerzo realizado y estarán listos para lanzar un intento de cumbre cuando se abra la siguiente ventana de buen tiempo. Aunque de momento, las previsiones meteorológicas no auguran nada bueno en los próximos diez días. Por lo que parece, habrá que esperar hasta los primeros días de marzo al menos.
Ahora mismo, las únicas incógnitas sobre el recorrido se encuentran en la pirámide superior, entre el Hombro y la cima (8.611 m), con el Cuello de Botella y la travesía del serac como referencias más destacables.
Adam Bielecki: “El único problema, el viento”
Nada más descender al campo base, Adam Bielecki fue entrevistado por la web polaca Wspinanie.pl, con quienes compartió su experiencia con Denis Urubko en las alturas. “Me sorprendieron positivamente las condiciones en la pared”, comienza explicando el alpinista polaco, añadiendo que “quizás porque soy más un alpinista invernal que de verano, escalé bien; había un poco de hielo y un poco de neviza, pero incluso el estado de las cuerdas era bastante bueno”. Así las cosas, apunta que “las dificultades técnicas y la altitud no son un problema para nosotros; el problema es el viento”.
Denis Urubko y Adam Bielecki han aprovechado una ventana de buen tiempo para realizar esta incursión de aclimatación y exploración, aunque sufrieron los rigores del cambio de tiempo durante el descenso. “Un viento de 20 a 40 km/h no nos impresiona demasiado; también es importante diferenciar si sopla en ráfagas o de forma constante. Hasta los 7.000 m, podemos funcionar con un viento constante de 40 km/h y ráfagas de hasta 70 km/h, si hay valores más altos ya es difícil. En el descenso tuvimos ráfagas de más de 80 km/h, que llegaron incluso a los 100 km/h. Entonces la cosa se pone muy difícil: cualquier manipulación se complica e incluso encontrar la ruta, pues la nieve te sopla en los ojos”. Él mismo explica que una ráfaga lo lanzó al otro lado de la cresta durante el descenso, “y no pude hacer absolutamente nada”.
Finalmente, Adam Bielecki se deshace en elogios hacia Denis Urubko. “Todo el mundo sabe que Denis es súper fuerte y súper rápido. Como mucho, puedo intentar seguirle el ritmo”, asegura… Lo cierto es que la cordada que forman es prácticamente insuperable, con cuatro primeras a ochomiles invernales entre los dos: el Makalu y el Gasherbrum II de Denis Urubko; el Gasherbrum I y el Broad Peak de Adam Bielecki.