Veinticinco años después de que el italiano surtirolés Reinhold Messner consiguiera en 1986 terminar los Catorce, escalándolos todos sin oxígeno, acaba de finalizarlos la austriaca Gerlinde Kaltenbrunner, la primera mujer también sin utilizarlo. En estos momentos son ya 28 las personas que los han terminado, 12 de ellos sólo con sus pulmones. Fueron los propios alpinistas como Erhard Loretan (todos sin) y Ralf Dujmovits (Everest con oxígeno) quienes pidieron a documentalistas y periodistas que se hicieran listas diferenciando el uso o no uso.

Los únicos usos de oxígeno de dos mitos del ochomilismo como Kukuzcka y Wielicki fueron ambos en el Everest durante la apertura del Pilar Sur (una vía con V+ a 8.000 metros), y la primera invernal, ambas en 1980 respectivamente.
Las primeras colecciones de Catorce Ochomiles fueron también las más creativas. Messner abrió seis siete vías. Kukuzcka, nueve vías además de cuatro variantes y varias invernales. Wieliciki tres vías, las mismas que Carlos Carsolio y, años después, Denis Urubko. Erhard Loretan abrió dos rutas y con una vía están Juan Oiarzabal, Alberto Iñurrategi, Joao García y Piotr Pustelnik.
Además, ha habido varios alpinistas que reclamaron haberlos acabado pero no les fue acreditado como el británico Alan Hinkes y el coreano Kim Jae-soo por sus ascensiones al Cho Oyu. En el caso del coreano la razón de no tener “concedida” la cumbre es burocrática: cuando lo ascendió en 1993 cruzó ilegalmente la frontera de Nepal. El pasado 23 de septiembre volvió a escalarlo, y si no hubiera sido por «colarse» en aquel momento habría acabado los Catorce la primavera pasada en el Annapurna.
Por su parte, el británico siempre rechazó las sospechas “con el 99,9 por ciento de seguridad”, que tenían los documentalistas Elizabeth Hawley, Xavier Eguskitza y Eberhard Jurgalski de que no había hecho cumbre en el más fácil de los ochomiles. Realizó su ascensión de 1990 junto con los franceses Chamoux, Royer (fallecidos posteriormente en el Kangchenjunga) , Valet y Detry, y el checo Rakoncaj. Fueron Valet y Detry quienes aseguraron que se habían quedado en el borde del plató del Cho Oyu debido al mal tiempo, niebla, nubes malas. Hinkes respondió que él había continuado durante una hora.
En 2005 Hinkes ascendió el Kangchenjunga y reclamó haber terminado, aunque en unas circunstancias sorprendentes: cuando sus compañeros de expedición abandonaron la montaña, él realizó un intento final solitario y, al parecer, con éxito, aunque nuevamente en medio de un mal tiempo que impedía identificar ninguna referencia, al menos en el vídeo que envió a esta redacción.
Para el italiano Fausto Destefani, compañero habitual de Sergio Martini, la montaña que no contó fue el Lhotse ya que en medio del mal tiempo se quedaron a una distancia indeterminada de la cima que para ellos, en esas condiciones, era suficiente. Martini aceptó volver, pero Destefani no lo hizo.
Respecto al ochomilismo femenino, en situación dudosa se encuentra Oh Eun-sun, cuya ascensión al Kangchenjunga ha sido calificada de “disputada” por especialistas como Elizabeth Hawley y Eberhard Jurgalski y que podría ser o no ser la primera mujer en los Catorce en favor de Edurne Pasaban. Ella usó oxígeno en el Everest y K2. Por su parte, Edurne los completó usando oxígeno para el ascenso del Everest y de emergencia en el descenso del Kangchenjunga. La primavera pasada no consiguió su proyecto de repetir el Everest sin oxígeno, como han hecho Juan Oiarzabal y Abele Blanch (usó oxígeno en el Kangchenjunga); y como tampoco pudo Ralf Dujmovits cuando lo consiguió su pareja Gerlinde Kaltenbrunner.
También en 2011, un nepalés, Mingma Sherpa, ha completado por primera vez los Catorce Ochomiles. Aunque los sherpas suman los récords de repeticiones a cumbres como el Everest o Cho Oyu por motivos laborales, por esta misma razón sólo en casos excepcionales les ha interesado esta colección.
Un caso especial es el de Juan Oiarzabal quien se encuentra en estos momentos en el Manaslu intentando hacer una segunda vuelta a los Catorce Ochomiles.