Cuando salimos de casa con la mochila a la espalda en busca de sensaciones fuertes en la montaña, suele ocurrir que nuestros seres más queridos nos recuerden los riesgos que corremos practicando nuestro deporte. Y es que todos conocemos esos riesgos, o por lo menos así lo creemos; el pasado día 5 de julio, Mary-Beth Miller, una joven mujer de 24 años componente del equipo nacional canadiense de biatlón fue atacada por un oso pardo cuando estaba entrenando en los alrededores del Centro de Biathlón Myriam Bedard, en Québec, Canadá. Fue su entrenador quien alertó a las autoridades tras comprobar que no había regresado.
El cuerpo de Mary fue hallado horas después a un kilómetro de la carretera, en una zona de difícil acceso. Su cuerpo presentaba marcas de violencia en la cara y el cuello. Los equipos de rescate también encontraron huellas de oso cerca del lugar donde fue encontrado el cuerpo.
La autopsia realizada al día siguiente no hizo más que confirmar lo que ya se sabía: Mary, pese ha haber luchado e incluso haber conseguido escapar, murió a causa de las heridas provocadas por el animal salvaje.
Mary Beth Miller era una excelente atleta, había conseguido el año pasado la medalla de bronce en los campeonatos norteamericanos de biatlón.
No es ésta la primera vez que ocurre un peligroso incidente con un oso; en el valle de Yosemite, los escaladores conocen muy bien el comportamiento de estos animales salvajes y saben muy bien como evitar enfrentamientos.
Estos animales tienen el sentido del olfato muy bien desarrollado, y evidentemente les atrae el olor de la comida. Hubo casos en los que el oso llegó a arrancar la puerta de un coche para llevarse la comida. Por esta razón es preferible no dejar comida dentro de los vehículos o de las tiendas de campaña y conviene colgar las bolsas de comida en las ramas de los árboles para no llevarse la desagradable sorpresa de ver su coche destrozado o la tienda hecha trizas.
Tampoco hace falta recordar que detrás de la carita de peluche de un oso, se esconde un poderoso y salvaje animal que no dudará un instante en atacar si está hambriento o si se siente amenazado.