«Hacer vivac es el arte de mimetizarte con la naturaleza, de fusionarte con montaña, ser parte de ella», sentencia Gerard Olivé en su película documental Awake, en la que narra su poco habitual aunque apasionante afición a los vivacs en solitario en invierno en las cumbres de las montañas.
Y es que para los montañeros y alpinistas el vivac suele ser un trámite necesario para estar cerca de la pared que queremos escalar, o parte del camino en una ruta de trekking, o también podemos “picar” un vivac imprevisto en una repisa… pero dormir al raso sin tienda de campaña puede ser también una actividad en sí misma, que genera beneficios para la mente.
Como comenta Gerard: “Para mí hacer vivac se ha convertido en una escapatoria al mundo loco en el que vivimos. Es mi forma de parar el mundo, de escuchar el silencio”. Para poder ponerla en práctica, necesitamos unos conocimientos básicos de progresión en terreno de montaña, así como el material imprescindible.
Un paso previo fundamental es revisar y saber analizar la previsión meteorológica. Una tormenta imprevista puede acabar con una hipotermia severa, sobre todo si no vamos bien equipados.
Lugar adecuado
A la hora de decidir dónde instalar la colchoneta y el saco no solo hemos de buscar un lugar lo más llano posible, sino también fijarnos en por dónde va a salir el sol (agradecerás la sombra por la mañana, si tienes esa opción) o en si hay viento (mejor siempre de espaldas a la dirección del viento o con barreras naturales).
También fíjate en si puede haber peligros objetivos (como derrumbamiento de piedras, terreno inestable, zonas de avalanchas…). No es recomendable vivaquear cerca de los cauces de los ríos o barrancos pues, además de que si hace calor probablemente habrá más mosquitos, si hay una tormenta puede haber crecidas o movimiento de tierras.
Toma todas estas decisiones cuando todavía haya luz, no esperes al último momento de la tarde cuando ya no haya la suficiente visibilidad para hace un análisis adecuado de la situación.
El saco
No es el objetivo de este artículo entrar en profundidad en el amplio mundo de los sacos de dormir, simplemente daremos unas nociones básicas que han de encaminarte a ampliar información en función de tus necesidades.
En cuanto al tipo de relleno, la pluma sigue siendo imbatible por su relación peso-capacidad de aislamiento-compresión, presentando eso sí el inconveniente de que pierde sus propiedades al mojarse.
Hay modelos que combaten este problema mediante la introducción de pluma hidrófuga (sometida a un tratamiento que repele el agua) o bien mediante el uso de un tejido impermeable y transpirable en el tejido exterior (que limitará en parte su transpirabilidad).
La capacidad de aislamiento de la pluma viene determinada por su fill power o volumen de hinchado, que se mide en cuin (cubic inches): cuanto mayor sea esta cifra, mayor será su capacidad de retención del calor.
Un saco para uso invernal suele ofrecer un mínimo de 700 cuins. Con todo, hay muchos otros factores que determinarán su rendimiento, como la calidad de la pluma (proporción plumón/plumitas), el sistema de los tabiques, el tejido exterior e interior, su construcción, cremalleras…
En cuanto a los sacos de fibra, igualmente el tipo de relleno y la composición de los tejidos interior o exterior determinará su mayor o menor capacidad térmica.
En general, los rellenos sintéticos aguantan mejor en condiciones de humedad pero también son más pesados y voluminosos.
Atiende a las indicaciones de los fabricantes y al rango de temperatura de uso indicado, siempre que esta catalogación cumpla con la normativa europea (EN13537), que suele ir indicado en la etiqueta con el sello CE.
Sin embargo, esta norma no es obligatoria, con lo que en ocasiones encontramos que los fabricantes establecen un rango de temperaturas que no ha sido avalado por ninguna certificación. Lo que indica esta normativa es:
- Temperatura de confort: temperatura a la que una mujer estándar puede dormir cómodamente en una posición relajada.
- Temperatura límite de confort: temperatura a la que un hombre estándar puede dormir 8 horas en posición encogida.
La normativa especifica igualmente lo que considera un hombre o mujer “estándar” y establece esta diferencia porque, según los estudios médicos realizados, las mujeres son de media 5ºC más sensibles al frío. Evidentemente esto puede tener muchas variaciones, que dependerán del estado físico de la persona, edad, grasa corporal, hidratación, etc.

La colchoneta
Muchas veces no le damos la importancia que merece pero es un elemento fundamental del equipo de vivac, el que te va a proporcionar el necesario aislamiento del frío del suelo, además de amortiguación.
En los últimos años han proliferado las colchonetas tanto hinchables como autohinchables que ofrecen muy buenas prestaciones y resistencia, aportando soluciones más adecuadas a las tradicionales colchonetas de espuma que, eso sí, siguen siendo indestructibles.
Las hinchables tienen a su favor una mayor ligereza, pero también son las menos resistentes para utilizar en el monte.
Las autohinchables (no os dejéis engañar por su nombre, nunca se hinchan solas) son las que más han evolucionado, siendo su uso cada vez más frecuente en actividades de montaña; llevan una espuma interior con diversas variaciones tanto en el diseño (con celdillas redondas, triangulares, tipo sándwich…) como en el grosor y en los tejidos que lo recubren, que finalmente determina tanto el aislamiento que proporciona como la resistencia y el peso.
Es importante tener en cuenta el “Valor R”, que indica la capacidad de aislamiento térmico que tiene un objeto en unas condiciones especiales de laboratorio. Cuanto mayor es el valor R, mayor será su capacidad de aislamiento.
Un valor intermedio de entre 3 y 4 es lo habitual para una colchoneta destinada a un uso en tres estaciones, mientras que una para uso invernal hemos de buscar un valor R 5 o superior.
El problema está en que estas pruebas no están estandarizadas, por lo que los parámetros que utilice cada laboratorio puede variar el resultado. Por tanto, nos será útil sobre todo para comparar los distintos modelos de una misma marca, sin tomarlo como referencia definitiva entre las diferentes marcas.

Funda de vivac y otros elementos
La funda de vivac no es un elemento imprescindible para vivaquear en todos los casos. Si el saco es de buena calidad y las condiciones meteorológicas son cálidas y secas, una funda de vivac puede ser incluso perjudicial, puesto que puede comprometer la transpirabilidad del saco y llevarnos a amanecer mojados por dentro aunque no haya caído ni una gota de lluvia o rocío.
Por tanto, la transpirabilidad de un tejido es un dato fundamental que has de tener en cuenta a la hora de escoger la funda.
Si vas a hacer un vivac sobre nieve, has de llevar además otros materiales, como una pala para poder excavar un hueco que te proteja del viento o una sonda para comprobar la consistencia de la nieve.
Evidentemente, para pasar la noche al raso necesitarás también llevar ropa adecuada, probablemente un hornillo para cocinar, además de comida y agua, pero sobre todo lo que nunca puedes dejar en casa son las ganas de disfrutar de una experiencia que puede ser muy enriquecedora. Y lo bueno además es que, después de pasar la noche bajo la Vía Láctea, los astros todavía nos deparan el espectáculo diario del amanecer.
Eva MARTOS
NORMATIVA PARA VIVAQUEAR
Aunque en el caso de la acampada sí existe una normativa altamente restrictiva en España, el vivac no está incluido en la misma, puesto que no implica la instalación de tienda ni ningún otro elemento adicional.
Por tanto, vivaquear es legal siempre teniendo en cuenta la normativa específica que rige cada Parque Nacional así como otras zonas que cuenten con una protección especial.
También pueden existir normativas autonómicas específicas que regulen espacios concretos de las que igualmente deberemos informarnos previamente. Estas son algunas de las limitaciones actuales:
- PICOS DE EUROPA. Permitido el vivac por encima de 1.600 m, pudiendo instalarse tiendas una hora antes de la puesta del sol y debiendo recogerlas una hora después de la salida.
- ORDESA Y MONTE PERDIDO. Se permite vivaquear a una altitud de 2.500 en el sector de Ordesa, de 2.550 m en el sector de Pineta, de 1.800 m en el de Añisclo y de 1.650 m en el de Escuaín. La pernocta en un mismo sector no excederá de tres noches.
- SIERRA DE GUADARRAMA. Permitido por encima de 2100 m. En la Zona Periférica de Protección en terrenos no arbolados por encima 1700 m. Necesaria autorización previa para grupos de más de 10 personas.
- AIGÜESTORTES I SANT MAURICI. No se permite dentro de todo el ámbito del Parque Nacional.
- SIERRA NEVADA. Solo se permite previa notificación por escrito al Director-Conservador del Parque Nacional.
Desde 2022 está prohibido acampar en el sector Ordesa del Parque Nacional, salvo en el entorno delimitado del refugio de Góriz. Para el resto de sectores está correcta la información que habéis publicado