La vieja cabaña metálica de Mulleres está a punto de ser desmantelada y bajada al valle después de 36 años de servicio en el valle del mismo nombre a más de dos mil metros de altitud. La comisión de refugios de la Federación de Entidades Excursionistas de Cataluña (FEEC), propietaria del refugio, ha decidido que no merece la pena invertir más en adecentarlo y que es mejor sustituirlo por uno nuevo.
El nuevo refugio que sustituirá a la vetusta cabaña metálica, será de la misma factura que el que se instaló en el valle de Besiberri hace unos años. Tendrá capacidad para 18 personas y una pequeña sala de estar con mesa, bancos corridos y un lugar para cocinar.
Antonio Borrás, presidente de la comisión de refugios de la FEEC, es el diseñador de este tipo de refugio que se inspira en los refugios vivac de los Alpes. Consta de una armazón interior de hierro forrado interiormente de madera. La estructura exterior es de aluminio. El espacio entre ambas capas se llena de material aislante. Toda la estructura se asienta sobre unos pivotes metálicos anclados a la roca y el conjunto es asegurado por medio de cables. El diseño no ha variado en muchos años, pero sí que se han ido añadiendo elementos nuevos, como la emisora alimentada por placas solares y tomas de tierra para convertirlos en refugios seguros en caso de tormenta eléctrica.
El nuevo refugio se fabricará en un taller de Torelló por los propios miembros del comité “que son gente con oficios» dice Antonio Borrás, y después se trasladará desmontado hasta la boca sur del túnel de Viella. Desde allí un helicóptero subirá las piezas hasta el emplazamiento y la brigada de voluntarios procederá a montarlo. El coste del refugio “sin contar la mano de obra que es voluntaria –apostilla Antonio» es de unos 100.000 euros, una cantidad que la FEEC espera recuperar del Plan Nacional de Refugios.
En un principio se barajaba la idea de instalarlo en un nuevo lugar por encima de la actual ubicación, pero un especialista en aludes de Viella lo desaconsejó. “El refugio lleva 36 años en este sitio y nunca ha sufrido desperfectos por un alud, así que nos hemos decidido por dejarlo donde estaba”, dice Antonio Borrás.
El de Mulleres es uno de los siete refugios metálicos que hay en el Pirineo catalán (una cifra que puede aumentar próximamente si prospera el plan de la FEEC de instalar uno en el valle de Areste, uno de los valles más desconocidos que desciende de la Pica d’Estats). Precisamente, el último número de Grandes Espacios, el correspondiente al mes de junio, publica un extenso reportaje sobre estas singulares instalaciones, únicas en toda la cordillera.