Desde muy antiguo entre los puertos vascos del Cantábrico y el interior de la península se estableció una estrecha relación comercial. Los arrieros vascos transportaban pescado en salazón hacia el interior y de vuelta cargaban sus mulas y carros con trigo, sal y vino riojano, muy apreciado por los vascos.
Era un trabajo realmente duro el de aquellos arrieros que atravesaban en soledad los puertos que separan Vizcaya de la Llanada Alavesa y de Castilla con sus lentos carromatos tirados por bueyes, por caminos polvorientos o embarrados, bajo el sol o la nieve, durmiendo a la intemperie más de una noche… un trajín que, es probable, suavizaran echando mano a la bota bien llena de caldo riojano.
Ahora, en pleno siglo XXI, cuando el pescado fresco llega a los mercados del centro de la península en pocas horas y los vinos de todos los puntos cardinales de la península se encuentran fácilmente en cualquier supermercado del país, tenemos la posibilidad de experimentar lo que suponían aquellos viajes de “a dos kilómetros por hora” gracias a la Ruta del Vino y el Pescado, un sendero de gran recorrido que tiene un extremo en la población de Oyón-Oión, en el límite sur de la Rioja Alavesa, y el otro en los puertos pesqueros de Bermeo, Lekeitio y Ondarroa.
La Ruta del Vino y el Pescado invita a un pausado viaje de 166 kilómetros a todo lo largo de Euskadi que permite descubrir un sinfín de paisajes distintos, desde los viñedos al borde del Ebro a las calas y playas del litoral vasco, pasando por extensas llanuras, montañas, desfiladeros, valles verdes, mágicos hayedos, bosques de ribera.
En el camino aguarda un impresionante patrimonio histórico y cultural en el que hay de todo: casas torre, caseríos, palacios, iglesias, ermitas, molinos, ferrerías, fuentes, lavaderos, neveras, caleros… En definitiva, estamos frente a un camino que hermana, como muy pocos, deporte, paisaje, cultura, paisanaje… y gastronomía.
Uno de los platos más típicos de la cocina vasca, el bacalao ajoarriero, lo “inventaron” estos antiguos camioneros que consumían parte del bacalao salado que llevaban desalándolo en los ríos y cociéndolo desmigado con las verduras que conseguían en los pueblos del camino.
De Oyón-Oión a Bermeo
La Ruta del Vino y el Pescado puede hacerse en ambos sentidos, aunque quizá lo más aconsejable es comenzar en Oyón-Oión por aquello de dirigirse hacia el mar, como los ríos y llenar la bota de buen vino riojano, como hacían los arrieros de antaño.
Y podemos empezar visitando la iglesia de Santa María de la Asunción cuya torre está considerada como la más esbelta y bien trazada de Rioja Alavesa. Se le conoce como La Giralda, por su veleta, que representa una hilandera con su rueca.
Desde Oyón-Oión, el GR 38 se dirige hacia Laguardia entre inmenso viñedos. Superados los abruptos relieves de la Sierra de Cantabria, el trazado se precipita hacia Lagrán y Albaina, atraviesa el desfiladero de Okina y entra en la Llanada Alavesa por Estibaliz.
Continúa en busca del embalse de Ullibarri Gamboa y después se sirve en parte del antiguo trazado del ferrocarril vasco navarro. Tras atravesar Legutiano, los embalses de Urrunaga y Albina despiden el trazado alavés mientras Otxandio da la bienvenida a Bizkaia. El recorrido se encarama a la sierra de Urkiola y desciende hasta Durango, para volver a ganar altura en Oiz.
En Mendata, hay que decidirse entre tres posibilidades. La principal nos lleva hasta Bermeo atravesando la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Las otras dos alternativas nos llevarían a Lekeitio y Ondarroa, puertos que también mantuvieron rutas comerciales con el interior hasta bien entrado el siglo XVIII.
GR-38. Etapa a etapa
Oyón-Oión – Laguardia
17,5 km / +340 m / 4h 30 min
La primera etapa atraviesa, en gran parte, los extensos viñedos que cubren el piedemonte de la Sierra de Cantabria, rumbo a la capital vinatera de Rioja Alavesa, Laguardia. La ciudad se levanta en un altozano por encima del Ebro y está rodeada por una muralla que mandó levantar el rey Sancho el Fuerte de Navarra.
Laguardia – Albaina
22,7 km / +850 m / 7h
La etapa más exigente de todo el camino, debido a que por medio está la sierra de Cantabria o de Toloño, un bello cordal que separa la Rioja Alavesa del resto de Álava y que destaca por un relieve escarpado y rocoso en su vertiente sur y por extensos hayedos y robledales en la vertiente norte. La recompensa espera al caminante en el puerto del Toro en forma de una vasta panorámica que no es posible abarcar totalmente.
Albaina – Santuario de Estíbaliz
23,20 km / +450 m / 6h 15 min
Esta etapa discurre, en la primera parte, por el interesante desfiladero del río Ayuda siguiendo el que fue en su día Camino Real que unía las tierras de Campezo con Vitoria. El tramo entre Sáseta y Okina pasa por ser uno de los más bellos de toda la ruta. El Santuario de Estíbaliz, joya del románico, se yergue casi en el centro de la llanada de Álava a ocho kilómetros de Vitoria.
Estibaliz – Otxandio
37 km / +610 m / 10h
Desde Estibaliz hasta las puertas de Bizkaia el caminante recorre enclaves tan singulares como los embalses de Ullibarri, Urbina y Urrunaga o los bosques de ribera del río Zadorra. En este punto comienza a hacerse notar la influencia atlántica, mientras que los ambientes mediterráneos por los que hasta ahora hemos transitado se van difuminando según nos acercamos a Otxandio, pintoresca villa defensiva fundada en un emplazamiento estratégico, al pie de la ruta que unía la meseta castellana con la costa cantábrica.
Otxandio – Durango
22,30 / +450 m / 5h 30 min
La jornada toca atraviesa uno de los parques naturales más bellos de Euskadi, Urkiola, donde se levanta el Anboto, cumbre emblemática para los montañeros vascos y morada de la diosa Mari, la más importante deidad vasca. En el puerto de Urkiola se levanta el santuario de los Santos Antonios Abad y de Padua de Urquiola, muy venerado por los vizcaínos y con una curiosidad geográfica: el santuario se halla justo en la línea divisoria de las vertientes mediterránea y cantábrica, de tal manera que el agua que cae a un lado de su tejado va a parar a un mar y la que cae al otro lado a otro.

Durango – Gernika Lumo
29,7 km / +840 m / 8h
Se deja atrás el macizo montañoso de Urkiola para entrar en otro enclave protegido, la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Es una etapa menos montañera, pero curiosamente más dura. La recompensa por la energía invertida es el rico patrimonio natural y cultural, que asalta al viajero a cada paso. Al llegar a Maskakorta, el moderno arriero tiene la opción de abandonar el ramal principal y dirigirse hacia Ondarroa o Lekeito por una variante. La variante se desdobla en Ziortza: por la izquierda se dirige a Lekeitio (GR 38.3) y de frente continúa hacia Ondarroa (GR 38.1). En Santutxu vuelve a desdoblarse. El GR 38.1 se dirige hacia Lekeitio y el GR 38.2 lo hace hacia Ondarroa.
Gernika – Bermeo
19,10 km / +700 m / 5h 30 min
La última etapa es plácida y tranquila. La villa de Bermeo es la localidad más poblada de la comarca de Urdaibai. Fue fundada en 1236, y ostentó el título de Cabeza de Vizcaya hasta 1602. Hoy sigue siendo una villa arraigada a la tradición marinera, con una economía basada en la pesca y en las conservas de pescado, como cuando los arrieros llenaban sus carros con esos mismos productos.
GR-38 Variantes
GR 38.1 Durango – Ziortza
22,3 km / +784 m / 6h 30 min
Dejando atrás el macizo montañoso de Urkiola el camino se adentra en la comarca de Lea-Artibai, a la que se llega por las faldas del monte Oiz, tras abandonar el ramal principal del GR 38. El destino es Ziortza que conserva una monumental colegiata.
Ziortza– Lekeitio
21,5 km / +870 m / 6h 45 min
Por la calzada medieval se llega al núcleo de Bolibar, realizando el mismo camino de los peregrinos pero en sentido contrario. Desde aquí se acomete la ascensión al macizo de Bedartzandi que ofrece amplias vistas de las cuencas del Lea y del Artibai y sus desembocaduras. En el descenso, el GR 38.1 se topa con la ermita de Santutxu, situada en una encrucijada caminos. Para proseguir hacia Lekeitio por el GR 38.1 se continúa por la izquierda. El camino atraviesa varios caseríos y barrios dispersos, cruza el río Lea y la carretera que une Oleta con Gizaburuaga y, después de un último repecho, avista Lekeitio. GR 38.2
Ziortza – Ondarroa
23,1 km / +806 m / 7 h
Hasta la ermita de Santutxu se sigue el mismo trazado por la GR 38.1, pero, si el objetivo es Ondarroa, hay que tomar el camino de la derecha. El GR avanza entre caseríos aislados y pinares que a veces permiten ver panorámicas sobre Markina-Xemein y Berriatua. En el barrio de Merelludi está la ermita de San Antolín, considerada como la primera parroquia de Berriatua. Se cree que en los alrededores pudo existir un asentamiento medieval. El GR 38 se une al 123, y ambos llegan a Ondarroa, no sin antes pasar por la ermita gótica de San Lorenzo. GR 38.3
Ziortza-Lekeito
24,5 km / +195 m / 5h 45 min
La variante del GR 38 sigue el trazado del Camino de Santiago por el alto de Gorontzugarai hasta Munitibar. En la iglesia de San Vicente, el GR 38.3 abandona las flechas amarillas que continúan hacia Gernika, cruza el río Lea, y se une a su curso hasta las playas de Isuntza y Karraspio de Lekeitio. En este tramo, el viajero podrá ver numerosos pequeños saltos de agua, presas, viejos molinos y ferrerías.
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información en www.turismo.euskadi.eus se puede consultar una descripción detallada del GR 38 y sus variantes.
También puedes descárgate un folleto resumido del GR 38: