El barranco del río Guadalentín constituye uno de los escenarios más hermosos y espectaculares del Parque Natural de las Sierras de Segura, Cazorla y Las Villas. En este profundo valle labrado a lo largo de milenios encuentra refugio un nutrido grupo de arces que delatan el otoño. En esta época, una variada gama de ocres, rojizos y amarillos salpican el entorno y realzan la belleza del lugar; un lugar que no puede faltar en la agenda de los excursionistas amantes de la estación, sobre todo de los que viven en el sur de la península, donde no abundan lugares así. Para todos ellos sugerimos una larga excursión circular que no defrauda.
Itinerario
Comenzamos en el lugar conocido como la Trinchera, dando vistas a la Loma del Caballo. En este punto tomamos una pista descendente cerrada al tráfico que sale por la derecha. Nos movemos entre una densa masa de encinas y algunos pinos. Al sur aparecen los pintorescos farallones del Tranco del Lobo, uno de los lugares más agrestes de la sierra, refugio de un grupo de maquis a principios de los años cincuenta del pasado siglo. También veremos el barranco del Guadalentín en el que destaca el inconfundible Picón de Hernández, visible desde muchos kilómetros a la redonda.
En un momento determinado la pista describe un acusado zigzag. En breve pasamos próximos a unos cortijos, y bajamos de inmediato hasta el cauce del río, a la altura del Vado de las Carretas, un precioso lugar con praderas, fresnos y chopos. Desde allí continuamos por la pista que sube paralela al río. El valle se estrecha entre vistosos roquedos y penetramos en un denso bosque de quejigos y encinas siempre junto al río y escoltados por los grandiosos cortados del Tranco del Lobo y de la agreste Loma del Caballo. A nuestro paso encontramos un variado arbolado en el que no faltan pinos laricios, añosos quejigos o notables arces, mientras que el borde del río va festoneado por chopos, sauces, fresnos y otras especies amantes de la humedad.
En un momento determinado la ruta se separa del cauce y atraviesa campos de cultivo abandonados. Aún podemos observar, junto al camino, los restos de sus antiguas moradas, así como de algunas pegueras, donde se extraía la pez. En breve llegamos a la que fue la más hermosa y señorial vivienda de todo el valle del Guadalentín, propiedad de los Bañones. De ella aún quedan en pie algunos lienzos de pared, así como una bonita fuente al amparo de un enorme nogal. Desde este lugar se nos ofrecen una de las mejores vistas de los accidentados Poyos de la Carilarga, a cuyos pies se hunde el barranco del Guadalentín por su vertiente orográfica izquierda.
Tras un obligado descanso, continuamos avanzando por la pista dejando atrás otras pequeñas parcelas de frutales invadidas por la vegetación. En un momento determinado, el camino gira a la izquierda y traza una curva cerrada separándose decididamente del río y remontando la ladera entre pinos laricios, algunas encinas, viejos ejemplares de quejigo y hermosos arces que ocupan las zonas más húmedas. Tras algo más de un kilómetro y medio de subida, alcanzamos la pista principal que ya conocemos (JF-7091) que tomamos por la izquierda para dirigirnos hacia la casa forestal del Caballo de Acero. Tras dejar esta bella vivienda a nuestra izquierda, proseguimos por la pista que ha de llevarnos hasta donde dejamos nuestro coche, no sin antes detenernos en el muy pictórico estrecho de los Perales, por donde baja encajonado el río Valdetrillo.
Guía práctica
Situación: Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas. Nordeste de Jaén.
Partida y llegada: La Trinchera, en la pista JF-7091, a 1.200 metros de la Nava de San Pedro. Distancia: 14 km.
Desnivel: 332 m.
Horario: 4 h.
Dificultad: Baja–Media.
Cómo llegar: en Cazorla tomamos la carretera que se adentra en la sierra (A-319) hasta llegar a la bifurcación del Empalme del Valle. Una vez allí, cogemos el ramal derecho hacia Vadillo de Castril (que se deja a la derecha). Tras atravesar el puente sobre el Guadalquivir (Cerrada de Utrero), continuamos por la pista asfaltada de la izquierda (JF-7091). El asfalto desaparece en unos cinco kilometros y da paso a un firme bastante pedregoso e incómodo. Después de la Nava de San Pedro, un tranquilo rincón donde hay un bar y un hotelito rural, hay que seguir unos mil doscientos metros más para, tras cruzar un profundo corte en la roca, encontrar una pista secundaria que arranca por la derecha (inicio de la ruta).
Cartografía: hojas 928-IV y 929-III, del Instituto Geográfico Nacional, escala 1:25000. alojamiento: hay una variada oferta hostelera en Cazorla, La Iruela, Burunchel, así como en el pequeño núcleo de Arroyo Frío.
Más información: para buscar alojamiento u obtener otra información sugerimos utilizar alguna de las muchas páginas de Internet que hay sobre el Parque Natural, entre ellas www.sierrasdecazorlaseguraylasvillas.es y www.turismoencazorla.com/dondealojarse.php