Doce investigadores de diferentes lugares de España; diez senderos de diferentes comunidades autónomas; más de 2.000 kilómetros recorridos a pie; 5.000 fotografías; 113.222 kilómetros acumulados en viajes para lo que han tomado 57 aviones, 63 trenes, 42 taxis, 14 metros, 6 autobuses de línea y 8 coches de alquiler. Estas son las cifras del estudio Senderos señalizados y desarrollo rural sostenible que ha llevado a cabo durante el año 2011 un grupo multidisciplinar de especialistas pertenecientes al Consejo Asesor Científico de las Montañas de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada, en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, y cuyas conclusiones y recomendaciones aspiran a convertirse en directrices para las futuras redes de senderos.
El grupo analizó durante todo el 2011 diez senderos “emblemáticos” de diferentes comunidades autónomas, para tratar de detectar los efectos que tenían en las poblaciones que atraviesan. Para seleccionar esta decena de senderos, el equipo se guió por una serie de premisas entre las que se encontraban tener al menos dos etapas y representar a más de diez comunidades autónomas. Entre la selección necesariamente tenía que estar uno con la etiqueta “vía verde”; otro con la etiqueta “camino natural” y uno con la de “gran recorrido”. Tampoco podía faltar uno que tuviera motivaciones religiosas; otro considerado “histórico”; uno inaugurado en los últimos cinco años, y alguno que perteneciera a redes locales.
Finalmente, los senderos seleccionados que han sido motivo de análisis fueron: Camí de Cavalls, en la isla de Menorca; Camino de la Virgen, en la isla de El Hierro; Camino de Santiago en el tramo riojano y castellano leonés; Camino del Ebro, a su paso por Cantabria y Castilla y León); el GR7 por las Alpujarras; senderos PR en los Oscos asturianos; senderos en la parte valenciana de los Puertos de Beceite; Ruta de Don Quijote, en Castilla-La Mancha; Vía de la Plata, en Extremadura y Castilla y León; y la Vía Verde de la Subbética en Córdoba.
Después de muchos meses de trabajo sobre el terreno y de puesta en común, el grupo de investigadores ha redactado un extenso informe de 108 páginas que viene a decir algo que ya se viene sosteniendo desde hace mucho tiempo: que los senderos, y naturalmente los senderistas que los usan, promueven la cohesión del territorio; contribuyen a “descubrir” y valorizar los valores culturales y patrimoniales de las zonas que atraviesan; y ayudan a frenar el despoblamiento de las zonas rurales gracias al aporte económico que supone este tipo de turismo.
El extenso informe, muy bien elaborado e ilustrado con numerosas fotografías, se puede descargar libremente en formato PDF (ver adjunto). También se puede ver el vídeo adjunto que resume el contenido del informe.