La sierra del Caurel y la sierra de Ancares al norte y noroeste; la sierra de Gistredo al nordeste; y al este y al sur, los Montes de León y los Montes Aquilanos, abrazan una hoya que disfruta de un microclima mediterráneo suavizado por la influencia atlántica.
Tranquilizadas las fuerzas tectónicas que levantaron el anillo de montañas y hundieron el terreno abarcado por ellas, la erosión fluvial y el glaciarismo entraron en juego para terminar de dar forma al relieve.
El acusado desnivel entre las cumbres y la depresión central favoreció la formación de valles estrechos y empinados. Finalmente, la minería en la época romana también contribuyó, y no poco, a dar forma al paisaje que hoy vemos.
Las explotaciones auríferas de Castropodame, Paradaseca y, sobre todo, Las Médulas, son buenos ejemplos.

Dos Bierzos
Tradicionalmente, la comarca se ha dividido en Bierzo Bajo y Bierzo Alto. En el Bajo están las dos poblaciones más importantes: Villafranca del Bierzo y Ponferrada. Villafranca se considera la capital histórica del Bierzo, pero con el despegue industrial, la actividad económica se estableció en Ponferrada, convirtiéndose Villafranca en una ciudad residencial.
La villa, la última localidad de importancia que atraviesa el Camino de Santiago por tierras leonesas, conserva un conjunto urbano declarado Bien de Interés Cultural. Su privilegiada situación, casi en el centro geográfico de la comarca, por donde pasan las principales vías de comunicación, convirtió a Ponferrada en el centro administrativo y económico del Bierzo.
Entre sus monumentos destaca el castillo templario, un soberbio ejemplo de arquitectura militar en el que se dan cita la historia y la leyenda, y la basílica de Nuestra Señora de la Encina, patrona de la comarca.
A las afueras de la villa, en la localidad de Santo Tomás de las Ollas se levanta una iglesia que es obra maestra del arte mozárabe del siglo X y a escasos kilómetros está Molinaseca, una pequeña villa que ha respetado escrupulosamente su arquitectura tradicional.
La villa, declarada Conjunto Histórico Artístico, está incluida en la lista de los Pueblos más bonitos de España.
Bembibre es considerada la capital del Bierzo Alto. Creció impulsada por la minería y sufrió mucho la reconversión. El retroceso de su población ha remitido en los últimos años gracias, principalmente, al despegue del sector servicios y a la creación del Parque Industrial del Bierzo Alto.
Bembibre conserva un interesante casco antiguo, donde destaca la plaza del Ayuntamiento, la iglesia parroquial de San Pedro y el Museo del Bierzo Alto. Cerca podemos visitar el monasterio medieval de San Miguel de las Dueñas.
Bosques de salud
El Bierzo va sobrado de bosques frondosos que se vuelven mágicos en otoño. Cualquiera de ellos es un buen destino al llegar esta época, pero hay algunos que son especialmente atractivos, como el castañar de Villar de los Barrios, que va camino de convertirse en un “bosque terapéutico”, una idea que consiste en fomentar el aprovechamiento de los bosques para el bienestar y la salud.
Destaca también el castañar de Manzanedo de Valdueza, en plena Tebaida Berciana; sus frondosos sotos agrupan árboles de gran envergadura, con troncos de caprichosas formas que conforman un lugar de cuento recorrido por una ruta circular de escasa dificultad.
Hay que recordar que las castañas no se pueden recolectar, pues, su explotación es vital para la economía de muchas familias.
No podemos olvidar el bosque de Balboa, formado por castaños, robles, abedules, cerezos silvestres, nogales, fresnos… Pero quizás el más imponente sea el hayedo de Busmayor, en la frontera con Galicia.
A la explosión de color de los árboles, salpicados de rojo y amarillo, se une el espectáculo del agua de los arroyos de la Fonte de Moura, de los Torgos y de la Valiña Grande, que corre entre piedras y musgos y cae en varios saltos y cascadas, dando lugar a unas imágenes únicas.
Desde el año 2009, cada segundo sábado del mes de agosto, poetas de toda España se dan cita en este bosque para recitar sus poesías en una iniciativa bautizada Versos en el Hayedo.
Huella industrial
El Bierzo fue, junto a las comarcas mineras asturianas, coprotagonista de la industrialización española del siglo XX al ser con aquellas la mayor fuente de carbón nacional. La última mina de carbón se cerró en el año 2018 y toda la comarca está llena de vestigios de esta industria componiendo un patrimonio que opta a convertirse en un atractivo turístico.
Es lo que persigue el Pozo Julia, una de las minas con más historia de la cuenca. Gracias a la colaboración entre el Ayuntamiento de Fabero y la Asociación de Mineros Cuenca de Fabero, podemos hacer un recorrido de poco más de una hora por la mina.
Otro proyecto en marcha es la reconversión del tren minero que unía Ponferrada y Villablino en un tren turístico. El proyecto recibe el nombre de Ponfeblino.
Un caso especial fue la extracción de wolframio durante la II Guerra Mundial. El wolframio, que era muy codiciado por las grandes potencias europeas en conflicto para la fabricación del armamento, produjo una auténtica “fiebre del oro”.
Los principales yacimientos se encontraban en Barrios de Salas, Montearena y Peña de Seo. En esta última quedan restos de un poblado construido que disponía de unas comodidades muy superiores a otros poblados mineros.
Gastronomía y turismo activo
Desaparecida la minería y la siderurgia, hoy es el sector agroalimentario uno de los principales motores económicos de la comarca. No es una casualidad que el Bierzo sea uno de los territorios de España con más sellos de calidad.
Frutas, verduras, vinos y embutidos están inscritos en la denominación de origen del Bierzo, y la gastronomía ha venido a apoyar una incipiente industria de turismo rural que se sostiene en sus paisajes naturales, el rico patrimonio artístico, sus fiestas y tradiciones y el turismo activo en el que sobresalen la oferta de itinerarios para senderistas.
Todos los ayuntamientos del Bierzo han preparado recorridos que invitan a conocer los rincones más sobresalientes del territorio. Estas rutas están disponibles en la web oficial de la comarca.
El oro de Roma
Si bien es cierto que Las Médulas son fruto de la actividad humana, el paso del tiempo las ha acabado conformando como uno de los espacios naturales más singulares de España. Este laberinto de barrancos, galerías, agujas y paredes de un vivo color rojizo fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997.
Las Médulas, ubicadas en los Montes Aquilanos, en el sudoeste de la comarca, fueron la mayor mina de oro al aire libre del Imperio romano.
Para extraer el oro, se “regaban” las colinas con el agua que venía desde las montañas por una red de canales. Hay unos 600 kilómetros de conducciones que se repartían en nueve canales principales en ambas vertientes de los Montes Aquilianos.
Algunos de ellos se han adecuado como senderos para apreciar in situ esta impresionante obra de ingeniería.
El mejor momento para conocer Las Médulas es, sin duda, el otoño, cuando los centenarios castaños se ponen amarillos y el sol del atardecer “incendia” los escarpes. Para perderse en este laberinto está la Senda de las Valiñas, y si se dispone de más días, lo mejor es caminar por el sendero de gran recorrido GR 292 que une el paraje de Campo da Braña, en los límites del yacimiento arqueológico de Las Médulas, con la localidad de Llamas de Cabrera.
El Bierzo más virginal
Cualquier lugar del Bierzo es asombroso, pero si hubiera que apuntar al más salvaje de todos ese sería la Sierra de Ancares, un territorio abrupto dominado por la pizarra y la arenisca y salpicado de colinas de un intenso color verde.
Más allá de su espectacularidad natural, lo que más destaca de la Sierra de Ancares es que parece haber detenido el tiempo. Esto se debe a que, por su difícil relieve, en el pasado vivió aislada de los valles vecinos, y esto ha contribuido a conservar su primitiva atmósfera celta que se manifiesta en las pallozas, las tradicionales viviendas circulares de piedra y cubierta de paja de centeno.
Balouta, Pereda de Ancares o Campo del Agua albergan todavía una buena muestra de estas pallozas que hoy son estudiadas como viviendas bioclimáticas por sus propiedades de impermeabilidad y aislamiento.
Especial interés tiene por su buena conservación el Castro de Chano, en el Valle de Fornela. Estuvo habitad entre el siglo I antes de Cristo y la primera mitad del siglo I después de Cristo. No parece que fuera abandonado de un día para otro, pero las monedas encontradas en el interior de las viviendas parecen indicar un abandono rápido.

Paisaje, cultura, tradiciones y una rica fauna —en la que destaca el oso pardo y el urogallo— que se cobija en inmensos bosques de robles, acebos, abedules y castaños centenarios como el Cantín de Villasumil o el Campano de Villar de Acero, fueron las credenciales que convencieron a la Unesco para declarar Los Ancares Reserva de la Biosfera en el año 2006.
El Valle del Silencio
Pocas veces se ha puesto a un valle un nombre tan acertado. El Valle del Silencio es eso, un auténtico remanso de paz donde refugiarse del ruido y las prisas que caracterizan a la vida moderna. Ya lo descubrieron hace muchos siglos los ermitaños que se establecieron aquí.
Uno de ellos fue San Genadio. Cuenta la leyenda que el santo, distraído por el ruido de los arroyos, golpeó su callado y gritó «cállate». Desde entonces, cesaron los ruidos y se instaló el silencio.
El recorrido por este valle virgen dominado por frondosos robledales termina necesariamente en Peñalba de Santiago, población a la que se le apelotonan las distinciones: Conjunto Histórico Artístico Nacional, Bien de Interés Cultural, miembro del club de los Pueblos más bonitos de España…
Se llega hasta allí por una estrecha y sinuosa carretera que recorre todo el valle y que invita en cada curva a parar y gozar del paisaje.
Peñalba está formado por un puñado de casas de piedra ocre y tejados de pizarra que se apretujan en la peña de donde recibe su nombre. Destaca en el conjunto la iglesia de Santiago, un templo de origen mozárabe que formó parte de un monasterio fundado en el siglo X por San Genadio, eremita, obispo de Astorga y fundador de varios monasterios en El Bierzo.
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Información en el tel: 987 409 670 y www.turismodelbierzo.es