El pasado 17 de octubre, miembros del del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil de Potes rescató a un senderista holandés que se precipitó por un pozo de una mina abandonada que hay en la pared norte del circo de Fuente Dé, justo en la vertical de la estación superior del teleférico. Parece ser que el senderista entró en la bocamina, a la que se llega fácilmente por un sendero, y debido a la falta de luz cayó en el pozo vertical.
El pasado sábado, es decir, dos semana después de que ocurriera el primer accidente, el mismo equipo de rescate tuvo que auxiliar a otro caminante que cayó en la antigua mina de la canal del Butrón, en Camaleño. Al parecer el hombre, que se encontraba solo, se asomó a la boca de la mina y resbaló, cayendo dentro. Por fortuna, sus gritos de socorro fueron escuchados por una pareja que pasaba por allí.
No es la primera vez que ocurre este tipo de accidentes en Picos de Europa, donde hay muchas minas abandonadas, incluso en lugares muy remotos. Algunas están cerradas a cal y canto, como las de las Mánforas en los prados de Áliva, o han sido señalizadas por el parque nacional, pero otras siguen abiertas. Muchas de ellas tienen aspectos poco peligrosos e invitan a la exploración, pero en su interior se abren pozos verticales que no se ven fácilmente, sobre todo cuando se penetra en la oscuridad desde el exterior.
Un riesgo mayor implican los pozos que se abren directamente a la superficie. Estos entrañan un gran peligro al final de la primavera, cuando los puentes de nieve que los cubren se debilitan pudiendo ceder por el paso de un caminante o un esquiador. Este riesgo es muy real, por ejemplo, en las minas de Mazarrasa y de la Providencia, en el macizo Oriental.
A todo esto hay que añadir el riesgo evidente de caer en simas y dolinas (hundimientos del terreno) ocultas por la nieve.
Ante esto, los equipos de rescate alertan a los senderistas y montañeros del peligro que significa entrar en las minas, sobre todo si se hace sin luz y se va sólo. Sobre todo esto último hay que evitarlo, pues en el interior de un pozo no hay cobertura y si uno sufre un accidente tendrá que contar con la gran suerte de ser escuchado por alguien, como le ha sucedido al montañero que transitaba este sábado pasado por la canal del Butrón.
Grandes Espacios publicó en noviembre del 2010, un monográfico con rutas por las explotaciones mineras de Picos de Europa, una industria que alcanzó cierta importancia y que contribuyó a configurar el actual paisaje de estas montañas.
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