Miles de personas llegan todos los inviernos al Valle de Tena atraídos por la presencia de dos populares estaciones de esquí. Son muchos menos, pero también forman legión, los aficionados al excursionismo invernal, al montañismo y al esquí de montaña que llegan hasta aquí. Las características del valle, bien comunicado, con todo tipo de servicios, con abundante nieve hasta bien entrada la primavera y con multitud de pequeños valles de fácil acceso, lo convierten en un destino de primera categoría en este sector. Las excursiones que el guía Fede San Sebastián describe en las siguientes páginas son sólo una mínima representación de lo que hay para hacer allí. Fede ha hecho una pequeñísima selección intentando dar gusto a todos los públicos: esperamos que lo consiga y que, al menos, despierte la curiosidad.
1. Circular a O Forato
Sobre la estación de esquí de Formigal se alza una de las señas de identidad del Valle: La Peña Foratata con su espléndida pared sur. Bajo ella, se abre un amplio terreno para moverse con las raquetas o los esquís de montaña, saliendo desde la misma urbanización de Formigal, por suaves lomas salpicadas de algún que otro pino negro y bloques de piedra, principalmente calcáreos, pero entre los cuales también encontraremos alguno de andesita, como vestigios de la actividad volcánica que hubo en el pasado.
A su lado emerge un tímido espolón calcáreo llamado O Forato, el cual, ensombrecido por la silueta de su vecina Foratata, no atrae la mirada a primera vista. Es cuando nos acercamos, cuando percibimos su atractivo, recordándonos a una pequeña isla que sobresale de su entorno. Se trata de un pequeño jardín kárstico, donde, al parecer, los pinos negros han encontrado su lugar preferido.
Esta propuesta consiste en dar la vuelta a esta isla calcárea, pasando por el cuello del Forato, desde donde tendremos la primera visión de la enorme masa del Ferraturas, pico limítrofe con nuestros vecinos del Valle d’Ossau y tendremos una grata sensación de estar adentrándonos en la alta montaña tensina.
Si queremos dejarnos impresionar por unas vistas espectaculares, podemos acercarnos al collado de La Fita, donde las aguas se dividen hacia el valle de Aguas Limpias y podremos admirar a los gigantes tensinos de una sola mirada: Arriel, Palas, Balaitús, Frondiellas, Tebarray, Infiernos, Garmo Negro, Algas, y en sentido opuesto, la sugerente silueta del Anayet.
Tras la parada casi obligatoria en el collado de La Fita, seguimos nuestro recorrido circular, ahora en descenso, hacia los extensos llanos por donde discurre el barranco del Arrigal. Aquí tendremos una espléndida sensación, en la que se mezcla la soledad de estos llanos con la visión, no tan lejana, de la estación de esquí de Formigal y las majestuosas siluetas de la Sierra de Partacua y Punta Escarra.
Sin perder demasiada altura y sin separarnos en exceso de las pendientes que suben hacia O Forato, iremos girando hacia nuestra izquierda para llegar a la zona de las Bozosas, donde, a principios de verano, encontraríamos campos de Abozo. En este lugar, a modo de balcón, volveremos a encontrarnos con la pared sur de la Foratata y con las preciosas vistas de la Sierra de Tendenara, bajo la cual se encuentra la localidad de Panticosa. Ahora sólo nos queda elegir por qué loma descenderemos a la urbanización de Formigal, ya cercana y completamente a la vista.
Ficha técnica
Desnivel: 480 m.
Distancia: 6 km.
Horario aproximado: 3 a 4 h.
Dificultad: media.
Observaciones: el inicio y final del recorrido está orientado al sur y puede que la nieve escasee, dependiendo de la temporada. Es una zona en la que suele hacer viento.
Material imprescindible: raquetas y bastones, agua (en Formigal, bajo la Farmacia hay una fuente), ropa de abrigo, gafas de sol, mapa y brújula.
Más información: www.guiasdetena.com Tel.: 605 952 490.
2. Vuelta por el Balneario
El Balneario de Panticosa es uno de los destinos turísticos e históricos más apreciados del valle de Tena. Su historia se remonta a la época de los romanos, y quién sabe, a épocas anteriores, pero no fue hasta finales del siglo XIII que se hizo documentación escrita sobre el mismo.
Su momento de gloria, sin embargo, no comenzó hasta finales del siglo XIX debido a las construcciones que promovió el empresario Guallart a quien, el rey Fernando VII, le cedió su propiedad.
Hoy en día, el Balneario ha cambiado bastante, debido a unas polémicas construcciones que han dado mucho que hablar y han desfigurado el estilo arquitectónico del complejo, pero, de igual modo, sigue siendo un espacio único, declarado de Interés Turístico Nacional, con algunos edificios que aún conservan ese aroma decimonónico y rodeado de un entorno mágico.
Recientemente, se ha vuelto a apostar por el esquí nórdico en el Balneario, rediseñándose un entretenido circuito, regentado por Panticosa Activa, donde contaremos con profesionales que nos ayudarán a progresar y donde podremos alquilar tanto raquetas como material de esquí de fondo.
El interés natural del Balneario es indiscutible, ya que es un lugar con un ecosistema único en el valle de Tena. Se trata de un circo de origen glaciar formado por rocas graníticas que fueron pulidas durante miles de años por el hielo.
Este singular paisaje granítico, único en el valle, está recubierto por espectaculares bosques de pino negro que nos harán formar parte de un cuento de gnomos, sobre todo, después de una nevada.
Todos estos datos, naturales e históricos, su fácil acceso, su altitud y la cantidad de servicios a nuestra disposición, bien representan los ingredientes necesarios para un visita con raquetas de nieve por el reciente itinerario habilitado para ello.
Ficha técnica
Desnivel: Inapreciable. Unos 100 metros en total
Distancia: 1,5 km
Dificultad: Baja. Ideal para iniciarse o ir con niños.
Punto de partida: Junto a Casa Belio, detrás del bar Arlequín.
Horario aproximado: 1h 15 min a 2 h
Agua: en la fuente junto a la tienda de souvenirs o en la fuente de La Laguna.
Observaciones: tras grandes nevadas existe el riesgo de que la carretera se encuentre cerrada, en cuyo caso, una barrera situada a un kilómetro de Panticosa nos lo indicará. Merece la pena visitar también 2 la fuente de la Laguna y la cascada de Argualas, situada en el otro extremo del circo, detrás del circuito de esquí nórdico.
Más información: los guardas del refugio Casa de Piedra estarán encantados de atendernos, al igual que en Panticosa Activa.
3. Ibones de Ordicuso
Sobre la ladera oeste del Balneario de Panticosa se encuentra el Macizo de Argualas, donde se concentran unas cuantas cumbres de más de 3.000 metros, entre las cuales encontramos el Garmo Negro, el Algas, Argualas y los vecinos Picos del Infierno.
Sin embargo, las características del terreno hacen que los aludes sean frecuentes. Esta circunstancia, unida a que es un lugar que recibe muchas visitas de montañeros en invierno por su rápido acceso, ha convertido a este lugar en un punto negro.
El recorrido que proponemos a continuación, aunque comparte la parte inferior con el sendero que sube al Garmo Negro, evita las zonas más conflictivas. Se trata de visitar uno de los ibones más bellos de la zona, un lugar mágico con unas vistas espectaculares, el ibón de las Ranas, o según los mapas, ibón de Ordicuso.
Partiendo del refugio Casa de Piedra, iremos a buscar el camino que cruza las pistas de esquí nórdico para dirigirnos hacia la fuente de La Laguna, donde mana permanentemente un agua a 22ºC. Desde la fuente parte el sendero que sube, mediante varias zetas y a la sombra de los pinos, hacia el Garmo Negro y demás cumbres del grupo del Argualas.
Después de entre 30 y 45 minutos, el bosque se irá abriendo a medida que llegamos a la Mallata Baja de Argualas y por fin, podremos ver los contrafuertes del Argualas y Peña Gabarda.
Es posible que se vean restos de avalanchas de grandes dimensiones en el fondo del circo, pero nosotros nos dirigiremos a nuestra izquierda (sur-suroeste), a la colina que se ve llena de pinos (a la derecha se va hacia el Garmo Negro). En cuanto nos acerquemos a esta ladera de la izquierda, subiremos en dirección sur por unas pendientes inclinadas, donde iremos encontrando más pinos negros. De vez en cuando veremos alguna marca de pintura, azul y blanca, en los troncos.
Cuando hayamos superado la primera pendiente (unos 30 minutos desde la Mallata Baja de Argualas), hacia la cota 2.050 m. nos dirigiremos con tendencia suroeste para, después de cruzar unas pequeñas lomas, llegar a los ibones de Ordicuso.
El paisaje es impresionante: Gabarda, Argualas, Garmo Negro, Pondiellos, Serrato, Xuans, Batanes, Baciás, Forátulas y debajo, el circo del Balneario.
El descenso lo podemos hacer por el mismo itinerario, o si no hay riesgo elevado de aludes, podemos dirigirnos hacia el oeste (O) y, tras descender las primeras palas, ir girando hacia el norte por el fondo del valle, siempre alejados de los contrafuertes que descienden del Argualas. De esta forma, llegaremos de nuevo a la Mallata Alta de Argualas y enlazaremos con la primera parte del recorrido que llega hasta el Balneario.
Ficha técnica
Desnivel: 450 m.
Distancia: 3 km (ida y vuelta).
Horario aprox.: 4 a 5 h (ida y vuelta).
Dificultad: Media-Difícil, según las condiciones de la nieve.
Agua: en la fuente junto a la tienda de souvenirs o en la fuente de La Laguna.
Observaciones: Si hay riesgo de aludes alto, previsión meteorológica desfavorable o nieve muy dura, no aventurarse en este recorrido. Si no se tiene experiencia en orientación o en progresión por terreno nevado, es muy recomendable contratar los servicios de un guía debidamente titulado (técnico deportivo alta montaña/media montaña/guía UIAGM).
Curiosidades: El agua de la Fuente de La Laguna favorece la digestión.
Material indispensable: Mapa, brújula, altímetro, comida, agua, ropa de abrigo y el material de raquetas.
Más información: refugio Casa de Piedra.
4. Ibón de Piedrafita
El ibón de Piedrafita es, un lugar único, una de las excursiones favoritas del valle de Tena para los que sólo disponen de una mañana y buscan tener un acercamiento a la alta montaña sin correr demasiados riesgos.
Este ibón se sitúa a los pies de la canal de Cavacherizas, canal por donde discurre la vía “normal” a Peña Telera desde el norte. El enclave es mágico y pocas montañas, a mi parecer, demuestran tanta personalidad como ésta. Sobre nosotros se levantan las salvajes moles calcáreas de la Corona del Mallo y Peña Telera, vacilando con sus enormes cortados y su particular arquitectura, que recuerda a las lejanas Dolomitas.
Cientos de escaladores se acercan cada invierno a la Sierra de Partacua para recorrer sus preciadas canales y sentirse absorbidos en sus entrañas, pero no hace falta ser un experimentado pirineísta para sentir ese hormigueo. Las faldas de La Partacua se caracterizan por ofrecer un terreno suave, con cómodas pistas y senderos para transitar, pero a las puertas de este misterioso mundo de abismos.
Desde la evidente plaza de Piedrafita, seguir las indicaciones hasta el Parque Faunístico Lacuniacha. Pocos metros más adelante se encuentra, a mano derecha, un amplio aparcamiento donde dejar el coche.
Seguiremos la pista, ya sin asfaltar, y a escasos metros encontraremos una barrera. Al principio, la pista discurre por un bosque de pinos, que, a medida que subimos, van dejando paso a los bojs y a praderíos más abiertos. Cuando la pista se vuelva casi llana, veremos a nuestra derecha, el refugio de Las Planas, una pequeña caseta abierta sin ningún equipamiento, pero suficiente para dar cobijo en caso de necesitarlo. Cuando, sobre la pista, estemos perpendiculares al refugio, a nuestra izquierda se encuentra la canal que sirve de desagüe al ibón, que sin pérdida, nos llevará hasta él.
Como complemento, podemos ascender a lo alto de la loma que corona el ibón por el este y gozar de unas vistas espectaculares. Para ello, desde el ibón, nos dirigiremos hacia el amplio y evidente collado de la izquierda (según miramos a la Corona del Mallo) y una vez llegado a él, continuaremos por lo alto de la loma hasta su punto más alto. El descenso lo podemos hacer por el mismo itinerario o bajando directamente hacia la pista, siempre que la nieve no esté demasiado helada, ya que es más pendiente.
Ficha técnica
Punto de partida: Piedrafita de Jaca, desvío en el km 9 de la A- 136.
Dificultad: Baja 4
Desnivel: 250 m hasta el ibón y unos 70 más hasta la colina.
Distancia: 7 km. Horario aproximado: 3h.
Observaciones: a la izquierda de La Corona del Mallo, se encuentra el peculiar Arco Natural. Para completar la mañana podemos visitar el parque faunístico de Lacuniacha, donde encontraremos linces, ciervos, lobos, etc…
5. Pico Cuyalaret
Situado en el valle de Anèou, uno de los mejores rincones del Pirineo para adentrarse en el esquí de montaña, el Cuyalaret es uno de los picos más representativos de la zona. Su cercanía y el reducido desnivel que hay que cubrir para hoyar su cumbre, lo convierten en uno de los clásicos de la zona.
Además, el comienzo de la ruta, situado a 1.800 metros sobre el nivel del mar, nos asegurará durante la mayor parte de la temporada, la existencia de nieve desde el aparcamiento, de forma que podremos calzarnos los esquís desde el principio.
En el puerto del Portalet disponemos de varios aparcamientos, así como varias tiendas y cafeterías, por si tenemos que hacer alguna compra de última hora o desayunar. La ruta aquí descrita comienza detrás del edificio de Espacio Pirineos. Para comenzar, deberemos superar un empinado bombo de unos 15 metros de desnivel, para poder situarnos en un lugar con vistas al Cuyalaret, al barranco de Portalet y al recorrido. Una vez aquí encima, veremos como se abre un pequeño valle, muy suave, que será por el que ascenderemos en dirección suroeste, directos hacia al Cuyalaret. También apreciaremos cómo el Cuyalaret está rodeado por dos valles secundarios, uno a la derecha, que lo separa de la Campana de Anèou, y otro a la izquierda, que lo separa del Pic d’Anèou.
A unos 30 minutos de marcha suave, hacia la cota 1.850 metros, tendremos que ir girando suavemente hacia el oeste para dirigirnos hacia el valle de la derecha del Cuyalaret, como si quisiéramos ir bajo el Pène de Mahourat. Aquí deberemos de coronar un marcado lomo que se dibuja de sur a norte, para poder atacar las pendientes que bajan directamente del Cuyalaret. Estas pendientes las comenzaremos ligeramente a la derecha, por donde son menos pronunciadas. Se trata de una zona habitualmente azotada por los vientos dominantes del norte, así que pueden ser necesarias las cuchillas.
Mediante zetas, iremos ganando altura y siguiendo las lomas somitales, llegaremos a los 2.290 metros de la cumbre, desde donde podremos contemplar la cara norte del Anayet, las cumbres de Candanchú y cómo no, el gran Midi d’Ossau.
Podemos descender por el mismo itinerario, pero puede ser recomendable hacerlo por el vallecito de la derecha en sentido de bajada, por debajo de la Campana de Anèou, donde suele haber más nieve y de mejor calidad. En la cota 1.900- 1.850 desembocaremos inevitablemente en el itinerario de subida, cerrando así el bucle.
Ficha técnica
Punto de partida: puerto de Portalet, carretera A-136.
Dificultad: Media-Baja Horario: 4 h.
Desnivel: 500 m.
Distancia: 6 km.
Observaciones: el itinerario transcurre bajo la normativa específica del Parque Nacional de los Pirineos Franceses, bajo la cual no está permitida la entrada de perros ni animales de compañía.
Las nieblas espesas son frecuentes en esta zona, así que no conviene subestimar la sencillez del recorrido.
6. Ibones de Anayet y Arroyeras
Los ibones de Anayet son unos de los motivos por lo que la gente visita el Valle de Tena. No es para menos, pues se trata de uno de los lugares más fotografiados del valle, tanto en verano, como en invierno, mezclando la llanura de las aguas de montaña con las monolíticas siluetas del Midi d’Ossau o del Anayet, dependiendo desde donde se mire.
Para dar un toque circular al recorrido, aunque no indispensable, es interesante acercarse a la cumbre del Arroyeras, que con sus más de 2.500 metros representa un excelente mirador del Anayet, sus ibones y las enormes paredes de la Pala de Ip, en el Valle de Izas.
Para comenzar la excursión, comenzaremos por dejar el coche en el aparcamiento Anayet, de la estación de esquí de Formigal. Detrás del telesilla Anayet, se intuye el cerrado valle del barranco de Culibillas, por donde discurre la primera parte del itinerario y al cual llegaremos de forma evidente fuera de la pista pisada y a la derecha de la línea de cañones de nieve artificial.
Cuando tengamos vistas sobre el valle y el barranco, bajaremos hasta cerca del río (15- 20 min) y lo seguiremos, dejándolo a nuestra derecha. Las pendientes que tenemos por encima acumulan grandes cantidades de nieve, así que mejor no adentrarse con nieve poco estabilizada.
Siguiendo la traza más evidente por el fondo del valle, en dirección oeste, llegaremos, tras una pendiente más fuerte, a lo alto del collado de los Ibones de Anayet, desde donde ya podremos divisar la planicie y la esbelta cara este del Anayet.
Desde el collado, nos dirigiremos hacia el sur, bordeando uno de los ibones y con la cumbre de las Arroyeras ya a la vista. Para acercarnos a ella, no lo haremos directamente por las fuertes pendientes que tenemos en frente, sino que atacaremos ligeramente a la derecha, trazando una diagonal más suave para llegar hasta el cordal que nos separa del Valle de Izas. Desde este punto, dejando los esquís bien sujetos, podremos ascender a la cumbre del Arroyeras siguiendo la cresta en dirección este, o bien, iniciar el descenso.
La mejor manera de descender es directamente por el estrecho valle que se abre bajo nosotros, a la derecha de los ibones, volviendo a enlazar con el itinerario de subida sobre la cota 2.100 aproximadamente.
Ficha técnica
Punto de partida: aparcamiento de Anayet, estación de esquí de Formigal.
Dificultad: Media
Horario: 5 horas
Desnivel: 800 m
Distancia: 8 km
Observaciones: desconfiad de las pendientes que bajan del Culibillas si el manto no se ha estabilizado.
7. Pico Faceras y collado de El Verde
El área de Panticosa y Baños de Panticosa goza de una admirable orografía para el esquí de montaña y el esquí-alpinismo. Los grandes desniveles, los preciosos bosques y la lejanía de algunos accesos, como es el caso de los valles colindantes con el Valle de Ara y la reserva de la Biosfera de Ordesa- Vignemale, reservan estos itinerarios para esquiadores con sólida experiencia en montaña y un buen nivel técnico, tanto en el ascenso como en el descenso.
A continuación vamos a proponer un itinerario clásico de la zona, disfrutado una y otra vez, por los esquiadores locales, como Jesús Belio, quien será una de las personas que más veces habrá disfrutado por sus gozosas palas.
Se trata de una de esas montañas que reúne todos los ingredientes para que sea querida por todos. Tiene una medida justa, y sus mil metros de desnivel, sin ser excesivos, dejan huella, incluso sirviendo como una buena opción para entrenar. Su suave orografía le confiere un aspecto noble, y es poco habitual encontrarse indicios de avalanchas, (aunque siempre hay que desconfiar en ciertos puntos o tener presente otros peligros como el hielo o la visibilidad), sin que quiera decir que no tiene una bajada interesante. Al contrario. Su descenso es uno de los más disfrutones de cuantos conozco: suave, pero con homogéneas y amplias palas, para desembocar finalmente en terreno de abedules, serbales y bojs.
Otro indiscutible atractivo de esta ascensión son sus vistas. El Faceras emerge a modo de mirador sobre la sierra de Tendenera, Piniecho, Gabarda, y desde su cumbre quedaremos impresionados por la perspectiva que se tiene del ibón de Sabocos.
Comenzaremos a caminar por un sendero que parte detrás de las oficinas de la estación de esquí, donde está la estación inferior del telecabina, que en unos 30 minutos nos llevará al puente de La Zoche. Cruzaremos el río Bolática, pasaremos una pequeña valla y en poco tiempo, el bosque dará paso a un terreno de antiguas terrazas, más abierto, donde ya veremos las pendientes por las que subiremos.
Entre terraza y terraza iremos buscando el mejor paso, dirigiéndonos ligeramente a la derecha (sentido de subida) del barranco de Faceras, aprovechando el terreno menos pendiente, primero hacia el sur y después sudeste. El recorrido no va por todas estas cuestas sino que, pronto, tendremos que girar completamente hacia el este para cambiarnos de ladera y situarnos en la una cuenca suspendida. Tomaremos como referencia la parte más baja de las paredes rocosas que se ven encima nuestro, hacia la cota 1.800 se encuentra el lugar más cómodo para hacer este cambio.
Por terreno lógico, iremos avanzando por el medio de la hoya en dirección sur, para alcanzar el punto más alto, 2.287 metros y sus espectaculares vistas.
El descenso lo haremos por el mismo itinerario, aunque si las condiciones son buenas, por la cota 1.900 metros, en lugar de hacer el quiebro hacia el oeste, podemos seguir rectos por pendientes homogéneas con algo más de inclinación.
Ficha técnica
Punto de partida: Panticosa, aparcamiento del telecabina
Dificultad: Media.
Horario: 4 a 5h 30 min
Desnivel: 1.100 m.
Distancia: 9,5 km.
Observaciones: no siempre hay nieve desde el pueblo, así que es posible que tengamos que portear los esquís. En el cambio de ladera (cota 1.800-1.850) es probable encontrar nieve helada, así como en el cono final. Se puede combinar con un buen día de esquí en la estación, en el cual deberíamos partir desde el ibón de Sabocos, ganar el collado de El Verde y seguir la arista hasta la cumbre. En este caso, hay que asegurarse de descender por la cuenca correcta, la cual sólo se ve si, desde la cumbre seguimos la arista en dirección norte. Si no se conoce, no aventurarse con tiempo dudoso desde la estación: existe riesgo de descender desde la cumbre hacia el valle de La Ripera por pendientes expuestas.
8. Cubetilla y Collada Puy Arcol
La zona de Sallent de Gállego, coronada por grandes montañas y puerta de entrada al gran macizo del Balaitús, presenta grandes desniveles y largas aproximaciones, reservando la mayor parte de los recorridos a esquiadores expertos.
Aquí voy a presentar un recorrido que suele presentar nieve durante gran parte de la temporada, aún estando orientado al suroeste, con un acceso cómodo, en gran parte común al itinerario aconsejado en invierno para llegar al refugio de Respomuso y precioso mirador para conocer el complejo entramado de la vertiente oeste del macizo de Infiernos y Argualas. Este lugar es la llamada Cubetilla y la collada de Puy Arcol, situados a los pies del Sanchacollons.
Desde Sallent de Gállego, tomaremos la carretera vieja que va hasta Formigal y, en una curva de herradura a izquierda tomaremos el desvío hacia la presa de La Sarra. Justo después de cruzar la presa, a mano derecha, sale la pista de Ibonciecho, por la que comenzaremos a caminar. El coche lo podremos dejar antes de la presa o cerca de la central hidroeléctrica unos 200 metros valle adentro.
El comienzo es algo monótono, por una pista forestal entre pinos que, pese a su baja altitud, suele guardar algo de nieve, gracias a la sombra que proporciona el bosque. Hacia la cota 1.750 metros, los árboles comenzarán a dejarnos ver el panorama a nuestro alrededor, principalmente la Foratata y el cordal fronterizo de Soba.
A un centenar de metros más arriba (cota 1.850 metros) la pista se dirige radicalmente hacia la izquierda, cortando la pendiente en ligero ascenso, punto en el cual podemos ver el itinerario de descenso y será donde cerremos el bucle aquí propuesto.
Siguiendo la pista, pronto nos veremos metidos en la cuenca del barranco de Sanchacollons. Más arriba, se ve un chalet que fue utilizado durante la construcciones de los acueductos que conectan el embalse de Respomuso con la central de La Sarra.
En el momento de cruzar el torrente de Sanchacollons, no saldremos de la pista para remontar las pendientes de la derecha (dirección este) e ir a parar a una zona más llana, justo bajo el pico Sanchacollons, la Cubetilla. Continuando por el terreno más suave, siempre en dirección este, llegaremos a un punto donde las pendientes se acentúan, pudiendo divisar la collada de Puy Arcol en dirección sur-sudeste, a unos cien metros por encima.
Antes de ascender la última cuesta previa a la collada, intuiremos el descenso, justo a nuestra derecha, por donde llegaremos al tramo de pista que cruzaba la pendiente.
Desde la collada, tendremos unas vistas impresionantes de la salvaje vertiente oeste de los Infiernos, las cascadas heladas de Pondiellos, el Garmo Negro y el Algas. Si hemos calculado bien los horarios puede que seamos espectadores de uno de los más bellos atardeceres del valle.
Ficha técnica
Punto de partida: presa de La Sarra. Sallent de Gállego.
Dificultad: media.
Horario: 6 h.
Desnivel: 900 m, de los cuales 300 son por pista.
Distancia: 12,4 km.
Observaciones: tras episodios de grandes nevadas, puede que el tramo de pista que cruza la pendiente (cota 1.850) esté completamente cubierto y sea impracticable o algo expuesto. En este caso, puede ser preferible ascender por el itinerario de descenso.