La organización del Open Altitoy Ternua tenía que dar muestras de flexibilidad y las dio para que la prueba más popular, técnica y original de esquí de montaña del Pirineo no se atascara.
Una suerte que a Andoni Areizaga, director de la carrera, estas improvisaciones no le pillen desprevenido pues conoce los caprichos del Pirineo, de la nieve y de la meteorología.
El primer día de competición, sábado 28, el tiempo dio cuartelillo y dejó hacer, aunque la nieve escaseaba y estaba dura como una piedra. Este primer día, la organización se encargó de controlar a todos los corredores en las bajadas, ya que eran bastante peligrosas.
Pero el domingo 29, gran nevada que trastoca todos los planes. En esta ocasión, la organización tuvo que improvisar una carrera popular que saliera de la plaza del pueblo de Luz Saint Sauveur.
En total participaron unas 500 personas en equipos de dos, repartidos en dos circuitos, el circuito A, de unos 2.100 metros de desnivel positivo, y el circuito B no competitivo.
La prueba del circuito A constaba de cuatro subidas y cuatro bajadas con un total de doce cambios que obligaban a ir a pie en cuatro tramos. Se subía por un par de corredores sin dificultad, pero que había que hacer con crampones.
Un par de bajadas también fueron por corredores bastantes empinados y había que extremar las precauciones. Afortunadamente, la organización había instalado cuerdas fijas que facilitaban la bajada. La bajada del segundo corredor era larga y con bastante desnivel. Aquí hacía falta encordarse para hacerla más segura. Las bajadas con esquís estaban bastante heladas y no podía uno distraerse ni un segundo.
El domingo se disputaba el recorrido «fácil» de 1.900 metros de desnivel positivo, pero debido a la nevada intensa de la noche, que dejó más 40 centímetros de nieve nueva, y de la meteorología adversa con nieve, viento y poca visibilidad, la organización se vio obligada a variar el itinerario a una subida de 700 m de desnivel, de los cuales los primeros 200 eran a pie y una bajada de 200 metros de desnivel.
La salida se hizo desde la plaza de Luz Ardiden, centro neurálgico de la carrera, donde se hizo también el breafing, la comida final y la entrega de trofeos.
Al cabo de estas dos jornadas de sorpresas, la victoria se fue para el equipo formado por el español Miguel Caballero y el francés Wilfred Jumere con un tiempo de 2 horas, 31 minutos y 2 segundos, en la primera manga, y de 49 minutos y 59 segundos en la segunda.
Era un recorrido perfecto para Iñigo Lariz y Mikel Navarro y desde el principio iban en cabeza, teniendo la txapela al alcance de la mano, hasta que en la última bajada, Iñigo sufrió una caída y perdió un esquí.
En la edición del año pasado, Caballero también se hizo con la victoria aunque formaba equipo con Marc Solà, campeón del mundo de Esquí de Montaña en 2008.
La segunda plaza, muy disputada, fue para los catalanes de Camprodon Pere Plana Subirana y Pau Costa Pairó, con un tiempo de 2 horas, 30 minutos y 24 segundos, por un lado, y de 53 minutos y 25 segundos, por otro. Pere y el Pau perdieron el domingo la ventaja que habían conseguido ganar la víspera. A 6 minutos y 8 según han hecho podio con la tercera posición los andorranos Manel Peregrina López y Xavi Comas.
La primera chica fue Anna Rovira, de pareja mixta, junto con Joan Nadal. Todos salieron indemnes.