La doble victoria de Kilian Jornet y Mireia Miró en esta primera prueba de la Copa del Mundo individual de esquí alpinismo no fue fácil pues el frío intenso y el recorrido fueron unos adversarios muy tenaces: en la parte más alta, el termómetro se bloqueó en 24º C bajo cero y los organizadores se vieron obligados a impedir el paso a las zonas de crestas debido al viento y al hielo.
Como asegura Jordi Canals, coordinador del Centro de Tecnificación de Esquí de Montaña de Cataluña, donde se preparan Kilian y Mireia, el resultado es como la crónica de un doblete anunciado: «Ha sido una sorpresa el hecho de que dos esquiadores españoles hayan copado el podio, y de que ambos sean tan jóvenes pues Mireia tiene 21 años y Kilian 22. Los italianos –prosigue Canals– también han estado sorprendidos, pues no esperaban una victoria de esquiadores venidos de un país mediterráneo».
Pero al mismo tiempo, ninguno de los dos es un desconocido para el mundo del esquí alpinismo ya que Kilian se hizo el año pasado con el primer puesto de la Copa del Mundo. Sólo pueden estar sorprendidos quienes no hayan seguido su itinerario las dos últimas temporadas.
Esta victoria de la PilaSkyRace es tanto más importante en cuanto que al ser la primera competición del circuito, acuden a ella los mejores esquiadores del mundo no sólo para ganar sino para saber en qué estado se encuentran… los demás.
Ambos esquiadores han hecho alarde de perfecta forma física, técnica e inteligencia. Interrogado a su llegada a meta, Kilian trazó a grandes rasgos las dificultades de esta carrera que se disputa tras una selección contrarreloj: «Ha sido muy dura pues ha hecho mucho frío, entre -20º y -30º. El viernes se hicieron unos sprints, se daban unos tiempos de salida y el sábado salimos con esas diferencias. El frío nos obligó a ir abrigados y tuvimos problemas con las pieles de foca. Una carrera en un terreno muy alto, por pista y nocturna, en menos de un hora y veinte quiere decir que no puedes pararte ni a tomar un gel ni un trago de agua; si te parabas perdías el carro. En el último cambio me la jugué para ganar.» Y ganó, por delante del suizo Florent Troillet, su eterno rival, y el italiano Manfred Reichegger.