La Escala de Clasificación del Terreno de Aludes (ATES), en combinación con los los boletines de riesgo de aludes que emiten las agencias pertinentes, permite valorar con más exactitud el riesgo de aludes que hay en un momento determinado. Esta herramienta, que fue desarrollada por Cam Cambell en Canadá en el año 2010, da como resultado una cartografía de clasificación del terreno de aludes. Con este mapa en una mano y el boletín del día en la otra, el montañero invernal puede elegir qué ruta es la que mejor se ajusta a la estabilidad del manto nivoso y a su propia experiencia.
El ATES clasifica el terreno en tres categorías según su grado de exposición a los aludes: simple, exigente o complejo. En el Terreno Simple (verde), por ser pendientes poco empinadas o con cobertura forestal, el riesgo de aludes es pequeño y hay muchas opciones para eliminar la exposición. En el Terreno Exigente, el montañero ha de enfrentarse a zonas de trayecto de aludes bien definidos, pero hay opciones para reducir o eliminar la exposición escogiendo las rutas con cuidado. En el Terreno Complejo (rojo), la exposición a zonas de trayecto de aludes múltiples y superpuestas es muy alta y pocas las opciones para reducir la exposición.
El ATES y el boletín de riesgo de aludes se combinan en un gráfico conocido como el Evaluador. En éste, la información combinada situará el riesgo de aludes en alguna de estas tres zonas: Precaución, Precaución extra y No se recomienda. En la zona de Precaución, que ocupa la zona verde del evaluador, las condiciones son adecuadas para circular y los accidentes son generalmente infrecuentes. Hay que tener precaución, saber reconocer el peligro y tener las habilidades de circulación con seguridad y de rescate. En esta situación, incluso en días de nivel alto de riesgo de aludes (4) es posible encontrar terreno seguro donde hacer actividad. La Precaución extra ocupa la zona amarilla del evaluador y representa situaciones en las que las avalanchas son posibles por causas humanas o naturales, y los accidentes son frecuentes. Se requiere un nivel avanzado de comprensión del peligro de aludes existente. Finalmente, la etiqueta No se recomienda, representada con el color rojo en el Evaluador, advierte de condiciones muy favorables al desencadenamiento de aludes, y, por lo tanto, recomienda no circular.
Por ahora, la experiencia piloto cubre las zonas donde habitualmente se practica montaña invernal con punto de partida desde el Hospital de Benasque, refugio de La Renclusa y refugio Cap de Llauset, así como los accesos a estos refugios. Valles de Remuñe, Literola, Escaleta, Barrancs, cabeceras de Cregüeña y Vallibierna, Salenques, Rigüeno y Llauset son los valles principales que cubre la zona cartografiada, con el pico Aneto en el centro de la misma. La experiencia se ampliará en un futuro a otras zonas del Pirineo aragonés sin la herramienta resulta útil y reduce el número de accidentes relacionados con aludes.
El estudio de los treinta y ocho accidentes por alud registrados en la Val d’Aran, el Pallars y la Alta Ribagorça entre los años 1995 y 2012, reveló que muchos de ellos sucedieron con un nivel tres de riesgo de aludes, un nivel muy habitual en temporada invernal. Distribuidos dichos accidentes en función a la clasificación ATES del terreno en el que habían sucedido, se apreciaba que la mayoría sucedieron en terreno complejo y otro porcentaje importante en terreno exigente.
La cartografía ATES para el macizo del Aneto ha sido elaborada en el año 2017 y se presenta a través de la página web de Montañas Seguras en formato imagen y vectorial para su consulta y descarga.
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