Con la plenitud del verano, las paredes de Squamish vuelven a ser el idílico lugar para la escalada en fisura que todo escalador tiene en mente. Uno de sus más fervientes frecuentadores es Sonnie Trotter, que ha inscrito su nombre como primer ascensionista de algunos de los itinerarios verticales más reconocidos de las paredes de esa meca canadiense de la escalada tradicional, como Cobra crack (5.14a/8b+) o Sugar daddy (5.14/8c). Además, sus realizaciones también han ido más allá de las fronteras de su Canadá natal, como por ejemplo en el caso de la primera repetición de Rhapsody (E11/8c/+) en la escocesa Dumbarton Rock.
La última muesca en su libreta es la liberación de The edge of pan en el Pan Wall del Chief, por supuesto en Squamish. El propio Trotter comenta en su blog que “se trata de una vieja vía de artificial de 5 largos, 5.8/5c A3 abierta en 1983 que queda debajo de la primera cumbre del Chief”, y añade que “es una pared de difícil acceso, desplomada y con la máxima exposición que Squamish es capaz de ofrecer”.
En realidad, Sonnie Trotter sólo tuvo tiempo de encadenar el único largo de la vía que no había sido escalado en libre hasta ahora. Es el largo clave de la ruta, de 45 metros de recorrido por un diedro que, según Trotter, “para el recuerdo, es una de las mejores escaladas en roca que haya hecho en mi vida; realmente, una de las vías de mayor calidad de Squamish”. Algo que no es poco decir, desde el punto de vista de uno de los mejores conocedores de la roca canadiense.
Descripción de la línea y encadenamiento desde abajo pendiente
“La escalada se mueve en el 5.13- (aproximadamente 7c+/8a), ni más fácil ni más dura”, asevera Trotter, que vaticina que “es una seria candidata para una escalada a vista, ya que es muy sostenida, todo lo que necesitas es una cabeza decente sobre los hombros y unas piernas fuertes… Grandes pies y un poco de suerte son también altamente recomendables”. Para él, se trata de “una obra maestra de técnica, y me sentí (y todavía me siento) muy afortunado de haber sido capaz de haberle echado el guante a una escalada tan preciosa”, y recalca que fue “una de las experiencias favoritas en las rocas de toda mi vida”.
El encadenamiento del largo llegó a última hora del día hace un par de semanas, en su última oportunidad para escalar en Squamish hasta agosto: “Mis piernas estaban temblando, mi mente estaba insegura, mis pies estaban doloridos y mis gemelos ardían. Eran las ocho de la noche y era mi única oportunidad de hasta agosto, así que fui subiendo poco a poco, movimiento a movimiento. Después de la ascensión, me dijeron que había tardado unos 45 minutos. Soy tan afortunado. Me siento tan realizado”.
Quizás por la gran experiencia vivida, Trotter tiene claro que su trabajo en esa línea todavía no ha terminado: “Ahora, lo mejor sería realizar una ascensión completa de la vía desde abajo; uno podría elegir escalar el Apron o la más grande y más obvia Never, never land 5.12 directamente hasta The edge of pan para una ascensión directa desde el suelo. Espero que pueda hacerlo cuando regrese”, comenta en su blog. Habrá que estar pendientes de él en agosto.