Soline forma parte del equipo que, junto a Seb Berthe, viajó en un barco velero desde Europa a América en el mes de enero (buscando minimizar el impacto medioambiental del viaje). Según cuenta él mismo, “cuando llegó apenas podía llegar a la cadena de algún 5.8 (V+) y ahora ha escalado la Golden Gate en libre. Es además, a sus 21 años, de las mujeres más jóvenes en escalar en libre el Capitán, quizá solo superada por Beth Rodden (que escaló Lurkin Fear con 20 años, en el año 2000)”.
Además de su juventud, lo destacado de Soline es que no contaba con experiencia previa en una gran pared, aunque su nivel de escalada era alto, con vías de deportiva de hasta 8b+ encadenada. Afrontaron la escalada de Golden Gate en un único ataque desde el suelo, inviertiendo en total nueve días, de los cuales unos tres tuvieron que estar parados por tormentas de lluvia y nieve.
La británica Hazel Findlay fue la primera escaladora en hacer en libre los 41 largos, con hasta 5.13a (8a) de dificultad, de la Golden Gate en 2011, seguida de la estadounidense Emily Harrington en 2015 y la misma Emily volvió a esta vía en 2020 a cumplir su reto de escalarla en libre y en el día. En mayo de 2021 fue el turno de la canadiense Bronwyn Hodgins, que invirtió tres días.
Nueve días en la pared, con tormentas de nieve
Soline escaló en estilo cordada con Seb, turnándose en cabeza en los largos más fáciles (hasta 5.11) y escalando ambos de primeros todos los largos a partir de 5.12, incluido el Monster offwidth. Les llevó dos días llegar hasta el largo 17. Soline tuvo varias caídas en alguno de los largos de 5.11 de la primera mitad, resolviéndolos todos al segundo intento. El tercer día fue de descanso con una nevada. Al cuarto día fue el del Move pitch. Estuvo luego los dos siguientes días trabajando el siguiente largo, y con un día de lluvia más, hasta que consiguió encadenarlo y, ya en el séptimo día en la pared, llegaron al relieve de Tower of the people. Pudo incluso encadenar el largo Golden desert al primer intento esa misma tarde. Tras un día más de descanso obligado por lluvia en la pared, trabajó en el largo A5 Traverse, que pudo encadenar tras una buena batalla, alcanzando la cumbre esa misma tarde.
“Superamos varias tormentas de nieve y lluvia épicas, que hicieron de la permanencia en la pared todo un reto de supervivencia. En los días de descanso nos apretujamos en la pequeña hamaca que llevamos, intentando no empaparnos y congelarnos. Incluso uno de nuestros sacos quedó helado y rígido, pero pudimos mantener la motivación bien alta y volver a la pared en cuanto la pared secó”, cuenta Seb (quien recientemente renunció a su intento al Dawn Wall), quien explica también que “el nivel de dedicación, compromiso y perseverancia que mantuvo en todo el proceso de escalada clásica fue enorme y realmente inspirador”.
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