Sílvia Vidal nos relata su escalada, que concluyó a 5.250 m sin cima, en el Kailash Parbat situado en el valle de Kinnaur (India). Allí marchó a escalar en solitario, sólo con una foto y la situación geográfica cortesía de John Middendorf, quien le facilitó la única información de que disponía.
La imagen que había seducido a Sílvia mientras navegaba por la web del reconocido artificiero americano, había sido tomada durante un viaje y poco más podía decir. Bastó para que la dura escaladora se embarcara en un nuevo proyecto y, aunque en medio casi se “hipotermina”, que acabara en “naufragio” no está del todo tan mal.
“25 fueron los días que empleé en escalar en solitario la vía “Naufragi”, del 15 de agosto al 8 de septiembre, incluidos.
Una foto de una pared inescalada y su localización en Google Earth, era toda la información de que disponíamos. Me acompañó hasta el campo base mi amiga Eulàlia Sancho y luego ella marchó a continuar su viaje por India.
La foto la encontré de la web de John Middendorf. La zona: Kinnaur valley, Himachal Pradesh, India.
Cogimos porteadores y un guía local para que nos indicara el camino de aproximación, pues no teníamos idea de dónde se hallaba la pared y no había visibilidad alguna. Luego al cabo de mes y medio, al bajar, la vi desde la carretera. Los porteadores dejaron los petates en medio de la niebla a 3.800 m y se fueron.
De los 7 días que pasé en ese CB nunca llegué a ver la pared. Tardé dos días en encontrar un acceso y tuve que fijar cuerdas para ello, porque había que subir por el barranco de un río. Complicado y resbaladizo.
Como CBA (4.430 m) monté la hamaca colgada de un bloque, a pie de pared, pues no había sitio alguno para instalar la tienda desde el CB hasta la pared.
Fijé los 3 primeros largos (150m) y estuve 25 días colgada en la pared, en solitario, con muy mala meteo. Los periódicos locales publicaban que en el Kinnaur éste año ha habido un 156% más de lluvia de lo habitual. Hubo niebla y lluvia cada día. Llegué a perder el conocimiento, por hipotermia, debido a la humedad constante. Hice un cálculo para 18 días y estuve 25.
Aparte de soportar las inclemencias meteorológicas, tuve que batallar contra mis principios, porque a partir del décimo largo (día 14) empecé a hacer agujeros tallados para gancho, para poder progresar por algunos de los tramos de placas monolíticas, que no daban opción. El motivo fue que no tenía suficientes espits y no quería abandonar la vía por ese motivo. Intenté abandonar llegando incluso a destrepar parte de un largo, pero luego lo volví a escalar. Demasiados esfuerzos e ilusiones hasta el momento. He intentando no usar los picados para incrementar el grado de los largos, con lo cual los A4 y A4+ son naturales, sin tallados. El precio de ir a una zona desconocida sin información de ningún tipo. Y lo cuento porque me parece importante explicar cómo se hacen las cosas y el porqué.
Me colgué a vivir a la pared sin haber tenido tampoco la oportunidad (durante 11 días) de estudiar la pared con detenimiento, pues no hubo momentos largos de visibilidad, lo justo para coger la cámara y fotografiar… Y niebla o lluvia de nuevo. No es sólo la línea escogida la que no tiene continuidad sino la pared entera. Muy monolítica a tramos. Por contra los largos de artificial extremo los apuré mucho, intentando espitar lo mínimo, con lo cual tuve más caídas de lo habitual y los tramos difíciles salieron bastante intensos.
Llegué hasta el final de la pared principal (5.250m) abriendo la vía “Naufragi” (1.050 m A4+/6a+). A partir de ahí no sé cuánto queda para la cumbre de la montaña, porque ni llegué a verla. Intuyo que estaba aún lejos”.
Sílvia Vidal