PICOS DE EUROPA

Siebe Vanhee hace el ‘Pilar del Cantábrico’ (500 m, 8a+) del Urriellu en solitario y en el día

Tras hacerse con la repetición de ‘Rayu’ de Peña Santa en el día (con su compañero Seb Berthe), Siebe se dirige a la oeste del Urriellu, donde escala en 12 horas el Pilar del Cantábrico, firmando la primera en libre autoasegurado.

Siebe Vanhee. Foto: Karl Rhedin
Siebe Vanhee. Foto: Karl Rhedin
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Según cuenta el mismo Siebe, tras repetir Rayu en el día, su compañero Sébastien Berthe se fue a por el objetivo de Orbayu, que Siebe ya tiene encadenado, así que se dispuso a buscar otro reto que le motivara. Se le ocurrió entonces ir a por el Pilar del Cantábrico (500 m, 8a+) escalando en solitario e intentar hacerlo en el día.

Emblemática línea de la cara oeste, fue abierta por Antonio Gómez Bohórquez ‘Sevi’ y Jesús Gálvez en 1981. El primero en escalarla en libre fue el granadino Paco Fernánez en 1992, excepto un único paso que resolvió en A0 y que posteriormente fue resuelto enteramente en libre por Dani Andrada (1995). Entre las siguientes repeticiones están la de Iker Pou y Josune Bereziartu, en 2002.

Ya en 2012, el aragonés Dani Moreno fue el primero que consiguió resolver toda la vía a vista o al flash en el día (asegurado por Álvaro Lafuente).

El belga Siebe Vanhee estuvo practicando una tarde con el aseguramiento en solitario en el primer largo de 7b+ (que ya conocía de antes), para después entrar en la vía a la mañana siguiente, haciendo “y deshaciendo” cada uno de los 15 largos y 500 metros de la vía. Tardó 12 horas en alcanzar la cima.

Sobre el segundo largo (8a), comenta que lo encadenó a la primera, lo que le dio motivación para entrar en el siguiente largo, el más difícil (8a+). Así lo relata: «Los antebrazos hinchados empezaron a hacerse notar. Entré en una sección de agujeros, no atiné en un agarre y me preparé para caerme. Entonces me acordé que estaba escalando en solitario, asegurado de clavos viejos, y aquello me asustó, ¡me agarré a la cuerda en el vuelo! No sé qué me decepcionó más, si agarrarme a la cuerda o no haber encadenado el largo a vista. Estuve mirando los cantos para reposar, volví a al reunión, saqué la cuerda para partir de nuevo.

No había tiempo para descansar; las nubes de niebla – ‘Orbayu’ en asturiano– estaban apareciendo. En un instante trajeron humedad, haciendo que las manos, cuerdas y material de escalada quedara mojado en segundos. Pero siempre que se quedaran por debajo de mí, las condiciones estaban bien. Fui de nuevo a por el paso clave, me di un buen reposo a mitad del largo. La última parte de resistencia era dura, estuve a punto de caerme con un brazo petado pero pude recuperarlo. Me di tres metros de comba para que el aparato asegurador no me estorbara al hacer los últimos movimientos. ¡Chapé la reunión y grité fuerte!».

Aunque ya tenía hecho el largo más duro, las dificultades estaban lejos de terminar…

«Los siguientes dos largos eran largos, técnicos y daban miedo. El L4, graduado de 7c+, era una tirada de 40 m vertical, seguida de una línea casi recta de clavos para hacer en artificial, que es casi imposible de hacer en libre. Tras zigzagear entre los buriles, conseguí escalar el largo a vista. Quedaba otro duro largo de 40 m de 7b+, del que ya me habían dicho que necesitaría llevar rivet hangers (cables de acero para estrangular los buriles sin chapa), que no tenía. Antes de empezar a escalar, preparé cuatro cintas exprés con empotradores, cuyos cables utilicé en las cabezas de los buriles. Fue otro largo épico, de escalada lenta y técnica que hizo que los gemelos me quemaran».

Tras unos cuantos largos de séptimo más, y otros largos más fáciles que siguió escalando con la técnica de autoaseguramiento, llegó a la cumbre a las 19h. «Estaba por encima de las nubes, con sol, solo. Una sensacón muy bonita; nunca imaginé que sería capaz de hacer una realización así divirtiéndome tanto solo en mi nube».

Sistema de autoaseguramiento

Para los “frikis” de los aparatos, Siebe cuenta que como dispositivo de aseguramiento utilizó el “Pinch” de Edelrid, que es un aparato que no está todavía en el mercado, similar al Grigri de Petzl. También usó la Edelrid Spoc (polea con bloqueador tipo Micro Traxion) atada al anillo ventral del arnés, dando cuerda de vez en cuando para que corriera de forma fluida. Explica que «antes de cada largo preparaba la cuerda suficiente de ese largo, la ataba a la reunión y dejaba que la cuerda sobrante colgara hacia abajo; de esta forma no tienes 80 m de cuerda colgando de tu arnés mientras escalar, sino solo la que necesitas para llegar a la siguiente reunión».

En este vídeo publicado en su Instagram muestra parte de su diversión:

Comentarios
1 comentario
  1. Hacer en solitario una vía que has preparado 7 veces y que es (460 m, 8a+), si tienes técnica, matices, logística y nivel físico y financiero… requiere unos huevos como los de los Cañones de Navarone.
    Máximos respetos.


 

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