
Tommy Caldwell acaba de demostrarse a sí mismo que su voluntad no tiene límites. Y de qué manera; Un año después de perder parte de su dedoíndice en un accidente casero, el americano vuelve a la carga firmando la primera ascensión en libre y en el día de los 35 largos de Salathé Wall(VI, 5.13b), uno de los mitos que recorren las paredes de El Capitán, Yosemite. El americano empleó un tiempo total de 19,5 horas, completando todoslos largos de la vía en un estilo impecable: en libre y sin sufrir ninguna caída…

Para Caldwell, que ya había liberado la vía hace cuatro años en tres días de escalada, ésta era la segunda vez que intentaba completar elkilómetro de escalada en menos de 24 horas; el primer intento tuvo lugar el pasado año, justo antes de su accidente, cuando, acompañado por HansFlorine, tuvo que abandonar tras 12 horas de escalada, totalmente extenuado.
Digerida esta primera experiencia, volvió a intentarlo a finales de mayo con su compañera Beth Rodden y lo consiguió. Según Caldwell, una delas claves del éxito fue el trabajo realizado por Rodden, una escaladora de 23 años que ya había liberado Lurking Fear (8a+), otro coloso de ElCapitán, y escalado 8b+ en deportiva. Rodden no dudó en realizar numerosos viajes hasta El Capitán para descolgarse a 700 metros del suelo yasegurar a su compañero durante las sesiones de ensayos, y durante el encadenamiento facilitó la tarea de Caldwell cargando con pesados petates,jumareando a toda pastilla para ganar tiempo, y efectuando relajantes masajes que influyeron decisivamente en la recuperación de su compañero.
El día en que cambió su vida
El 29 de noviembre de 2001, Tommy Caldwell sufría un grave accidente al perder parte de su dedo índice mientras trabajaba con una sierra en lasobras de ampliación que estaba realizando en su casa. Tras varias operaciones infructuosas, Caldwell tuvo que afrontar la realidad: su dedo índice(seccionado a la altura del primer nudillo) no se recuperaría jamás. Comenzaba entonces el reto más ambicioso al que el americano se habíaenfrentado jamás: volver a escalar…
Pese a todo, el americano nunca perdió la esperanza; nada más operarse ya se pegaba unas sesiones de entrenamiento de infarto en su plafóncasero, aunque eso sí, con una sola mano. Poco a poco fue recuperando su nivel, encadenando clásicas como Grand Illusion el primer octavo grado dela historia abierto y encadenado por Tony Yaniro en 1979, o The Force, un bloque de Camp IV con una cotación de 8a Fontainebleau.
Ahora, con la demostración que acaba de hacer en El Capitán, el americano parece haber disipado todas las dudas que él mismo tenía sobre susposibilidades de recuperación…