Roger Schaeli (Suiza), Robert Jasper (Alemania) y Simon Gitel (Italia) han hecho pública su apertura de una nueva ruta de 1.400m en la cara Norte del Eiger que realizaron el pasado mes de agosto. Supuso para ellos una Odisea, y de ahí el nombre escogido, “Odyssey”. De sus 37 largos, proponen para el más duro un grado máximo de 8a+, lo que la convierte en la vía más dura de esta pared, desbancando así a “Paciencia” (900 m, 8a).
Schaeli y Jasper ya le echaron el ojo a la línea de Odyssey, que recorre la parte más vertical de la cara norte, durante su liberación de la Directa Japonesa (8a) en 2009. Los años siguientes sin embargo los invirtieron en la liberación de otras históricas “Direttissimas” como la Directa Harlin con la salida Heckmair (7a, M8 1.800 m) en 2010, o la Directa Piola-Ghilini (7c, 1.400 m) en 2013.
Las dificultades de la escalada en la norte del Eiger no se limitan al plano físico y técnico, sino que la meteorología juega un papel fundamental, con escasos días de buenas condiciones que permitan la escalada en esta helada e inhóspita pared. Por fin el pasado verano se reunieron las condiciones necesarias para su deseada primera ascensión.
El desplome “Rote Fluh” en libre
Acometieron la apertura desde abajo, compartiendo terreno los primeros largos con la clásica ruta Heckmair hasta la oquedad del “Stollenloch”. A partir de aquí continuaron por terreno inexplorado por el “Rote Fluh”, un desplomado muro rocoso calificado en su momento como “inescalable” por Heckmair.
La línea surca el imponente desplome de una forma directa. Afirman que en la mayoría de los largos encontraron buena y compacta caliza, aunque las impredecibles condiciones y rápidos cambios de tiempo característicos de la pared, con frecuentes caídas de rocas y hielo, fueron un ingrediente más de su escalada. La roca cubierta de hielo, la nieve, la lluvia y las protecciones precarias les acompañaron durante la apertura.
Robert atribuye al buen clima vivido en Alpes este mes de agosto parte de su éxito: “Este verano era perfecto, estábamos extremadamente motivados y en forma al 100 por cien, pero solo eso no habría sido suficiente. ¡Hemos tenido el mejor verano en años! Dicen que ha sido el más caliente y seco en los Alpes desde hace 150 años”.
“No recuerdo haber escalado un movimiento tan difícil con tanto aire nunca, ni en deportiva ni en pared”
Acerca del largo más duro, el décimo, Roger relata en su blog: “El largo resultó tener un difícil problema de bloque con un paso morfo al final. Y por supuesto es el largo más desplomado desde la repisa, en todo el corazón de la cara norte. Robert ya lo había encadenado, así que me tocaba mover ficha. La primera secuencia fue bien. El fotógrafo Franky Kretschman (que estaba en esos momentos con la cordada de Sasha Di Giulian y Carlo Traversi en su intento a “Paciencia”), que estaba jumareando por las cuerdas fijas de abajo, de pronto se dio cuenta de que si se daba prisa llegaría a tomar fotos del espectacular largo clave de nuestra vía. Fue como estar en un sueño. Tras una pelea infernal ¡conseguí chapar la cadena con mi último aliento! Me di el mejor regalo aquel 8 de agosto. Me costó 17 intentos llegar a encadenar el largo. No recuerdo haber escalado un movimiento tan difícil con tanto “aire” desde la última chapa, ni en alpina ni en deportiva. Es sin duda el largo más difícil de nuestra Odyssee. Para mí es 8a+”.
A partir de la segunda mitad de la vía, a la cordada de Roger y Robert se unió el joven escalador italiano Simon Gietl, un apoyo muy valorado: “Simon fue como un soplo de aire fresco para nosotros”, cuenta Roger, “nos convertimos en un equipo más fuerte y más rápido. Juntos logramos completar la primera ascensión de la vía y al mismo tiempo escalamos todos los largos en libre, encadenando en estilo cordada. Durante casi dos meses hemos estado viviendo en la sombría y fría cara norte, aprovechando cada oportunidad que se nos presentó. Vivimos un momento difícil de describir cuando, en medio de la niebla y la oscuridad, llegamos a la cima. ¡Nuestra ascensión por esta increíble gran pared, nuestra Odyssey (Odisea), tuvo un final feliz!”.
Roger se muestra satisfecho de su escalada: “Para mí, Odysee es un hito personal. He podido dar lo mejor de mí mismo con mis dos amigos Robert y Simon. La vía tiene básicamente roca de buena calidad y es una escalada difícil y divertida. Los movimientos duros y atléticos se alternan con técnicos pasos de pies, con el mejor estilo de la “vieja escuela”. En cuanto a su protección, en mi opinión presenta una mezcla ideal entre escalada limpia, tradicional, seguros fijos y ganchos. Sólo pusimos expansiones donde no teníamos otra opción. Taladramos siguiendo mi ética de “seguro inteligente”, que significa: “Instala el mínimo de seguros posible en los lugares correctos”.
Y “Paciencia” de propina
Sin embargo, parece que la apertura no le dejó muy cansado a Roger Schaeli pues, tras solo un día de descanso, estaba de nuevo de vuelta en la norte del Eiger con la intención de completar “Paciencia”, vía que le faltaba para su trilogía de vías duras en esta pared, tras su escalada de La Vida es Silbar en 2003. Lo logró encordado con Mich Kemeter, encadenando ambos todos los largos de primero, tal y como os relatábamos en esta crónica hace unas semanas.