Josune Bereziartu y Rikar Otegi nos regalan otra genial actividad en el Pirineo. Hace unos días firmaban la impecable liberación de la Super Weissmuller (8a/a+) al Petit Pic de Ansabere y ya comentaban la posibilidad de realizar una apertura por la zona: «vamos a ver si escalamos alguna cosilla o abrimos algo, ahora que parece que empieza a hacer bueno», planeaba la pareja vasca. Y lo han hecho, a partes iguales y en Ordesa. Han vuelto a mezclar la dificultad con el espíritu de la escalada clásica en una gran ruta.
Empezaban a abrir la vía en el Espolón del Gallinero, con mucha tensión, saliéndoles un largo de 8a, un techo con paso y algún que otro lance, tras un poco de limpieza de bloques y lajas. Continuaban con otro largo de 6c bastante expuesto, difícil de proteger hasta con clavos, con lo que se quedaba en 7a aproximadamente. Y de ahí, de la vira de la Rabadá-Navarro hacia la izquierda, entre dicha línea y la Zaratustra (350 m ED).
Tres días de trabajo, en un Ordesa con mucha afluencia de escaladores, y a bautizarla. El ojo crítico, 400 metros con una dificultad máxima de 8a que discurren en mitad del Pilar de Cotatuero. «Muy impresionante», concluyó Rikar. La ruta comienza en el segundo largo de la clásica abierta por Rabadá y Navarro y desde ahí asciende por los techos y diedros, precisamente donde se encuentra el intenso largo de 8a, corto pero explosivo. Paso clave protegido por dos clavos y un par de micros.
Elegancia y mucha cabeza
Una vía donde la psicología puede jugar un papel fundamental. Roca delicada en algún tramo, dificultades de alrededor de 7b en la zona superior, volar por el centro mismo del espolón y cierta exposición en los seguros. Impresionante hasta para los aperturistas: «Josune está como loca, muy contenta. No se imaginaba abriendo una vía allí», reconoce Rikar. Para concluir la línea se sale por el lado derecho del Pilar, sintiendo todo el vacío bajo tus pies y completando una vía «espectacular».
«Ya había abierto alguna vía en mis años mozos y volver a hacerlo me ha devuelto aquellas viejas sensaciones», recordaba Rikar, «abrir en Ordesa es muy psicológico, sales de un techo y no sabes lo que te vas a encontrar. Es algo brutal y lleno de emociones. Y también pasas miedo», puntualizaba. Vía elegante y con el largo de mayor dificultad de Ordesa, aunque eso es una pura anécdota, comentaba Rikar Otegi. «Lo importante es la vía en conjunto», concluyó.
¿Y ahora? Pues viaje a Vancouver al festival de cine y escalada de Squamish y después a los Alpes a intentar más proyectos.
Cróquis:
Metros: 400
Desglose de largos: Los dos primeros pertenecen a la Rabadá-Navarro y a partir de ahí: 6b+, 8a, 7a/a+, 6c, 6c, 6c+, 7a+/b, 6b+ y trepada fácil hasta la cima.