Calificar de mutante a Adam Ondra empieza a dejar de tener sentido, quizá porque los adjetivos ya no valen con el quinceañero checo, o quizá porque la perla de Brno va estableciendo su propia categoría y actualmente vive en una dimensión aparte, impensable si escribiésemos esto hace cinco años. La semana pasada hablábamos de su realización a vista de los 400 metros de Hotel Supramonte (8b) y de su encadenamiento, dos días más tarde, de Campo con corvi, un noveno de Domusnovas, y nos sorprendíamos de las energías de Ondra: ahora solo podemos quitarnos, una vez más, el sombrero ante la última performance roquera de Wonder-boy. Adam resuelve PuntX, la línea más dura de Gorges du Loup, propuesta recientemente por Andreas Bindhammer, su segundo ascensionista, como 9a+. Casi nada.
Adam ya había probado la vía este verano, invirtiendo seis infructuosos pegues a los que ahora ha sumado una jornada intensiva para finiquitar su labor sobre la línea abierta por Cedric Lo Piccolo en el sector Dèverse, encadenada por primera vez, en 2007, por Alex Chabot, aunque este no se mojaba a la hora de proponer un grado, puede que todavía perturbado por la exigencia de los agarres mínimos y terribles de PuntX.
Echando un vistazo al currículum de Ondra uno solo puede abrir la boca y esperar a que se disipe un poco el sentimiento de admiración para pasar a otros asuntos. Con la línea de Gorges du Loup Adam acumula su decimotercer noveno, el tercero con plus (resolvía La Rambla, 9a+ de Siurana, y La novena enmienda, 9a/a+ de Santa Linya este febrero), y puestos a tirar de estadísticas no estaría de más mencionar que nueve de ellos se los ha apuntado en 2008, junto a dieciocho, sí, dieciocho 8c+´s y tres 8c´s a vista. Y lo mejor es que sigue calzándose las gafas y agitando los rizos con la misma humildad que cuando inaugurara su carrera en el noveno grado, con Martin Krpan en noviembre de 2006, contando con trece abriles. Así, se hace obligatorio localizarle para que nos descubra de una vez que desayuna por las mañanas.
Fuente: Kairn.com