Yann Ghesquiers acaba de liberar y encadenar Carnet d’adresse, una vía de 250 metros y dificultades de hasta 8b/+. Lo ha conseguido en ocasión de una concentración que el grupo especializado en grandes vías de la FFCAM llevaba a cabo en el macizo de Chartreuse. En esas paredes de la Francia central, el insaciable aperturista Philippe Mussato equipó varias vías de gran clase, entre las que se cuenta Carnet d’adresse. Se trata de una línea de 250 metros, que Mussato intentó durante largo tiempo, sin éxito, ya que no fue capaz de liberar tres de los ocho largos que la componen. Conocido como ‘Diego’, Ghesquiers hizo gala de su experiencia y solvencia en este tipo de paredes para resolver el largo más difícil de 8b/+ al primer día de trabajo. Sin embargo, se encalló en el largo más alto de 8a+ con una difícil sección de bloque que no era capaz de superar.
Dudas y dilemas
Así las cosas, inició su intento desde el pie de vía con dudas sobre el último tramo y un dilema en mente: intentar encadenar con la posibilidad de caerse u optar por sustituir ese último largo por una línea de menor dificultad descubierta como alternativa. Eso, claro está, que consiguiese llegar hasta ese punto… Llegó hasta el último tramo y finalmente optó por la ruta difícil, la del 8a+ esquivo… y volvió a caer. Ghesquiers aprovechó para trabajar más a fondo la vía y regresó al día siguiente con el ánimo renovado para enfrentarse a Carnet d’adresse. Encadena paso a paso, movimiento a movimiento todos los largos (7a, 7b+, 7c, 8b/+, 7a+, 8a, 7c+) para volver de nuevo al fatídico último largo donde le espera la funesta sección de bloque con su pequeño bidedo invertido. La lluvia se suma al festival en los últimos metros de la ascensión. Pero esta vez nada puede detener a Yann, que consigue poner su nombre como primer escalador en hacerse en libre con los 250 metros de Carnet d’adresse.
Un escalador de raza
Yann Ghesquiers es uno de aquellos escaladores tocados por la naturaleza. Su capacidad para encadenar y su motivación siempre han corrido parejas a una resuelta discreción que lo han mantenido en un segundo plano de la actualidad, como envuelto en un aura medio mágica. Nunca ha sido amante de trabajar mucho las vías que intenta, detalle que compensa con una facilidad innata por la escalada a vista. Con sus luces y sus sombras, Ghesquiers ha firmado ascensiones en libre de grandes líneas como el famoso Hotel Supramonte, así como vías de un largo.