Yosemite tiene una nueva y flamante vía dura por obra y gracia de Mikey Schaefer. El escalador estadounidense ha podido concluir su proyecto en el muro de 600 metros de altura de Middle Cathedral, y se ha adjudicado la primera ascensión de la vía bautizada como Father time, que acredita una dificultad máxima de 5.13 (alrededor del 8a).
Mikey Schaefer ha trabajado intensamente en esta línea durante dos años. Durante 40 jornadas estuvo batallando con la roca en una apertura realizada siguiendo un estricto estilo de abajo a arriba, buscando el itinerario a través de placas inmaculadas primero y del imponente headwall después, y colocando un total de 113 anclajes a mano. Después, llegó el turno de empezar a escalar en libre todos los largos del recorrido, en otros 10 días de pegues.
Finalmente, el pasado 9 de octubre, llegó la hora del intento definitivo de encadenamiento en libre de Father time al completo. Mikey Schaefer empaquetó agua, comida, hamaca, equipo de vivac y todo el material necesario para cinco días de esfuerzos en la pared; convenció a su amigo James Lucas de acompañarlo como asegurador, y se lanzó a por ello.
Media vía en un día
Schaefer sólo necesitó un día para alcanzar la altura de mitad de vía, escalando con relativa comodidad los tramos más asequibles del itinerario. De todos modos, tuvo que esforzarse para superar los últimos cinco metros antes de alcanzar la repisa en la que instalaría su vivac, aferrándose a pequeños agarres que ahora le parecían minúsculos cuando el año antes había encadenado el largo pensando que eran sencillos.
La repisa del vivac se encuentra justo bajo el headwall. Allí, Shaefer se acomodó en su hamaca preparándose para su primera noche en la pared, mientras Lucas le dejaba todo el espacio libre y descendía los 300 metros de cuerdas fijadas hasta el coche.
Tramos clave
El frío y el viento acompañó a los escaladores la mañana siguiente. Los primeros largos transcurrieron con fluidez, aunque no tardó en llegar el primer paso clave del recorrido. Justo después de un techo, se abría una sección de diez metros muy a bloque, sobre pinzas y pies prácticamente inexistentes. Mikey Schaefer realizó seis infructuosos intentos sobre ese búlder maldito que el intenso frío y el cansancio que iba acumulando no le permitieron superar. Así pues, regreso abatido y con dudas al vivac.
Las condiciones meteorológicas empeoraron por la noche y una tormenta asoló Yosemite, obligando a Schaefer a permanecer dos días en el interior de su hamaca. Cuando salió, regresó a los mismos problemas y dificultades que, tras muchos intentos, consiguió finalmente resolver y seguir adelante en el octavo día desde que se metió en la vía. Esa misma jornada superó otro tramo complicado, que bautizó como “el Atlético 12c”, con una nota irónica acerca de cómo “los escaladores fuertes llaman a los largos de 5.13, atléticos 12c”. Con ese largo bajo sus pies, durmió creyendo de nuevo en sus posibilidades.
El día en que todo se debía decidir, con los últimos esfuerzos para completar el encadenamiento, Mikey Schaefer se despertó con una rodilla hinchada. Subió en top rope hasta el punto más alto alcanzado la víspera y allí inició con incertidumbre su parte del trabajo. Luchó todo el día contra el dolor, superando metro tras metro hasta conseguir finalmente alcanzar la cumbre de Middle Cathedral.
Primera repetición
Al día siguiente de que Mikey Schaefer descendiera de la vía destrozado por el esfuerzo pero satisfecho, Tommy Caldwell y Jonathan Siegrist se metieron en ella con miras a aumentar su preparación de cara al proyecto en el Dawn Wall. El dúo escaló en libre hasta el denominado Index Corner, desde donde se retiraron después de que Siegrist no encadenara.
Un par de días más tarde, era otro ilustre de Yosemite, Alex Honnold, quien se metía en Father time con Stacey Pearson como asegurador. Él sí consiguió completar la primera repetición, que además realizó en el día, concretando la propuesta de grado en 5.13b (8a según la escala francesa).