Decían que en el sur de África nacieron unas montañas tan hermosas que crecieron regadas por las lagrimas de admiración de la gente que las conocía. Montañas de color rojizo, duras y esbeltas. Montañas asombrosas. Por eso nos asomamos este verano a este rincón de África. Por eso y porque alguno de nosotros estaba harto del frío, la nieve y el viento.
Allí, en Madagascar, encontrarás grandes clásicas que no hay que dejar de hacer, como Pectorine, Out of Africa y un largo etcétera que hacen poner duras las yemas y también las piernas, porque aquí hay que ejercitar y mucho el tren inferior para escalar, sobre todo en las bajadas.

Después de tres días de trabajo, un vuelo con el taladro en la mano y algún problema con las brocas, Mikel Lázaro y el que escribe estas líneas abrimos Mahity Bolom-Bava (300 m, 7a+) en la cara este del Vatovarindry, una ruta que recorre de manera directa la parte central de la pared, a través de una sucesión increíble de placas y regletas. Prácticamente equipada pero con alejes al estilo Tsaranoro. Se encuentra a la izquierda de la Veloma Madagascar, abierta en 1998 por la cordada italiana Pellizari/Motto.
Unos días más tarde, terminamos Woodstock (300 m, 6b), también al Vatovarindry: escalada rápida y con un precioso segundo largo. Mikel hace una demostración de adherencia en pasos expuestos, y así, juntos pero no revueltos, terminamos esta vía del extremo izquierdo de la pared. Los aperturistas: Christian Delaroche, Gilles Gautier, Pilartxo Aranaz, Mikel Lázaro y Alberto Urtasun.
Alberto Urtasun