“Como escaladores, a menudo observamos paredes en busca de líneas para escalar. En los Alpes Julianos eslovenos existe una pared que literalmente te observa a ti”. Así comienza Luka Lindic la narración de su última aventura, que ha concluido con la apertura de una vía en la que llevaba años soñando: una línea a través de la Ajdovska Deklica (la doncella pagana, en esloveno), una emblemática formación rocosa en la cara norte del Monte Prisojnik que recuerda a un rostro humano.
No es de extrañar que la pared y el rostro que cobija hayan motivado multitud de leyendas, amén del hecho de que no es accesible de ningún otro modo que escalando. Hasta ahora, solamente existía una ruta a través de ella y fue abierta nada más y nada menos que por la cordada formada por Janez Jeglic, Silvo Karo y Francek Knez. Una línea jamás escalada en libre.

Primer intento con Ines Papert
“No sé cuántas veces habré escalado por la boca, la nariz y me habré colgado de la ceja antes hacer un mantle para pasar a un terreno menos empinado, en mis fantasías”, confiesa Luka Lindic. Hacía años que hablaban medio en broma con Ines Papert de intentarlo en realidad. El verano del año pasado fueron a echar un vistazo de cerca y les pareció descubrir una línea cerca de la existente que reseguía secciones de roca gris –de mejor calidad que la mayoritaria roca amarilla.
Lanzaron un intento de apertura desde abajo y pasaron mucho tiempo en la pared hasta que finalmente lograron completar la primera ascensión este verano. Luka Lindic comenta en su blog la curiosa sensación de sentirse observado por los miles de turistas que pasan por allí a diario en verano, por un lado, y por la propia pared, por el otro.

Ascensión en libre
Ines Papert asumió que el desafío de escalarla en libre quedaba fuera de su alcance y cogió el rol secundario de compañera y aseguradora de Luka Lindic. Cuando ya parecía que el verano tocaba a su fin y que iba a llegar la estación de lluvias que dejaría impracticable la pared, el escalador esloveno sacó partido de un día frío para realizar la ascensión completa en libre y sin caídas. Su sueño hecho realidad.
Ha bautizado la vía como Invisible transformation, pues ha conseguido transformar aquel rostro en un lugar para la escalada en libre extrema. “Este lugar tiene un sentido como de algo sagrado, de alguna manera y sentimos la necesidad de preservarlo”, argumenta, y añade que “por eso no voy a dar un grado numérico a esta escalada”. Eso sí, advierte que “es sin duda una de las líneas más exigentes de Eslovenia, aunque espero que aquellos que vengan para repetirla lo hagan por una razón diferente. Verdaderamente creo que no hay otra pared como esta en nuestro planeta. Qué más podría decir”.

