Los veranos en casa de los Huber suelen estar marcados por largos viajes a confines inexplorados del planeta, donde los hermanos Alex y Thomas se centran en intentar trazar líneas verticales y desplomadas en grandes montañas y muros imposibles. La pandemia global de coronavirus y las restricciones en los viajes que ha conllevado han evitado que este año el dúo pueda desplazarse a lugares lejanos. Sin embargo, han sacado lo máximo posible de la situación y han hallado un terreno de juego idóneo para sus aventuras en las cercanías.
De este modo, entre finales de verano y principios de otoño han nacido Sonnenkönig (300 m, 8b) en la cara sur del Untersberg y Siete Venas (200m, 8b) en la cara norte del Alpeltalkopf (macizo del Hoher Göll). Ambos macizos montañosos se encuentran en la frontera entre Alemania y Austria.
Caliza de la buena en Sonnenkönig
“El Untersberg y los 300 metros de altura de su cara sur ofrecen una caliza soberbia, así como escalada muy vertical y exposición a tope”, apuntan los hermanos como descripción del escenario que recorre Sonnenkönig. “Exactamente de la manera que a nosotros nos gusta”, precisan igualmente en sus redes sociales.
La vía consta de seis largos y comparte los tres primeros (6c+, 7c, 7c) con Child of sun, para desviarse a continuación “siguiendo franjas grises de caliza compacta, directamente hacia el top, que albergan otros tres largos de 8b, 7c+ y 6a”.
Los hermanos Huber apuntan que “es recomendable escalar a la sombra” en esta pared, debido a su orientación sur. Ellos optaron por comenzar tarde, con lo que acabaron el último largo sincronizados con los últimos rayos del sol: “Para cuando ambos alcanzamos la cumbre, estábamos en la oscuridad total… una gran forma de finalizar un proyecto!”.
Nostalgia patagónica en Siete Venas
La otra gran vía para Thomas y Alex Huber llegó a principios de octubre en el macizo de Hoher Göll. Este es un escenario donde Alex Huber ya dejó su sello hace unos años, con la apertura y primera ascensión de Wetterbock (10 largos, 8c).
En esta ocasión, los hermanos trazaron un recorrido de seis largos en la cara norte del Alpeltalkopf. En sus redes sociales se mostraron “contentos de disfrutar de una escalada que ofreció las mejores condiciones incluso con el calor de pleno verano”. Se trata de Siete Venas, una línea “guapa, muy vertical y de resis, ya que es una escalada ligeramente desplomada”. El desplose de largos es el siguiente: L1 6c+, L2 8b, L3 7a, L4 7b+, L5 8b, L6 7b+.
A pesar de haber disfrutado con la escalada de kilómetro cero, los Huber no pueden reprimir sus ansias por viajar y Siete Venas recibe este nombre en homenaje a la banda Siete Venas From Del Monte, de sus amigos de El Chaltén, en su amada Patagonia.
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