Leo Houlding ha añadido una nueva experiencia en su libreta de aventuras. Se trata de la apertura de una nueva vía, cuya dificultad no ha trascendido, en el icónico Monte Roraima (2.800 m). El británico lideró un equipo internacional que liberó la ruta a principios de diciembre, después de 600 m de escalada.
Ubicada entre las fronteras de Brasil, Venezuela y Guyana, este tepui, una meseta cuya cumbre tiene unos 31 km2, emerge entre la frondosidad de la selva amazónica, rodeado de cascadas y acantilados. El paisaje es tan especial que ha sido fuente de inspiración para novelas como El mundo perdido de Arthur Conan Doyle o películas de animación como Up.
La expedición empezó en noviembre, cuando partió de Reino Unido junto a Wilson Cutbirth, Waldo Etherington, Dan Howard, Matt Pycroft y Anna Taylor. Dos guías locales, Edward y Troy, les esperaban en Guyana para organizar el acceso hasta la base de esta característica pared, ubicada en la vertiente norte de la montaña.
La aproximación no era un trámite. La vegetación tupida, los árboles caídos, el barro y las charcas insalvables convirtieron este trekking virgen de más de 50 km en un camino ratonero y perdidizo. Llegaron incluso a lanzar parte de su material en paracaídas. Dos semanas después conseguían montar su Campo Base Avanzado en la base, aunque algunas noches durmieron colgados en la pared evitando así el peligro de serpientes venenosas, tarántulas o escorpiones, y protegidos de las inclemencias del tiempo por enormes voladizos. Además, completamente aislados, se añadía la preocupación sobre el control de los recursos, especialmente agua y alimentos.
Empezaron a escalar por la Vía Británica, abierta en 1974 por Mo Antoine, Joe Brown, Hamish MacInnes y Don Whillans, para desviarse a la izquierda después del cuarto largo. Houlding, que explicó que escalaron la ruta prácticamente a vista, se turnó con Cutbirth y Taylor en la liberación de los largos. La meteorología no lo puso fácil en el último tramo, más húmedo y con vegetación, pero finalmente Houlding, Cutbirth y Etherington accedieron a la cima el 2 de diciembre sobre las 16:20 horas.
Tras otra jornada subiendo material bajo la intensa lluvia, el resto de la expedición alcanzó la cima el 4 de diciembre y Edward y Troy se convertían en los primeros indios de América en la cima del legendario tepui. Los 8 durmieron en la cima antes de que al día siguiente aprovecharan una corta ventana de buen tiempo para regresar en helicóptero.
Houlding, que no ha detallado más información acerca de la dificultad de la nueva línea, la describió como “audaz y orgullosa, que se dispara justo en el medio de la Proa, iniciando en la ruta británica de 1974 y progresando a través de una serie de inmensos techos”. Destacó a su vez “un par de largos difíciles cerca de la cima que necesitaron trabajo, y una buena dificultad en un largo técnico cerca de nuestro segundo campamento de pared”.
Cuando dicen que esos son los primeros indígenas de América en subir a la cumbre del Roraima supongo que lo que querían decir es que son los primeros que suben por una ruta de escalada. Porque al Roraima han subido literalmente cientos de indígenas Pemones, y lo hacen habitualmente como guías y porteadores para los numerosos grupos que hacen el trekking a la cumbre. La ruta de trekking es por el lado de Venezuela, y no requiere cuerdas ni escalada.