El Longs Peak, la montaña más alta del Rocky Mountain National Park con sus 4.346 m, presenta uno de los muros más famosos de Estados Unidos en su cara este. La Diamond, la pared del diamante, se eleva orgullosa y desafiante ante los ojos de los escaladores que pretenden ascenderla. Y de todas las rutas que surcan su roca, la más dura en libre es Honeymoon is over (300 m, 5.13c/8a+).

La vía en cuestión era originalmente una línea de artificial (VI-, 5.10, A3+) que fue equipada con parabolts a mediados de la década de 1990 por Eric Doub. En verano de 2001, un joven Tommy Caldwell lograba su liberación, situando el grado en un exigente 8a+. Una cifra que situaba esta tapia como una de las más duras –si no la que más- a su altitud (más de 4.000 m). Desde entonces, Honeymoon is over no había recibido nuevas repeticiones en libre. Hasta la llegada a principios de este mes de agosto de Jonathan Siegrist, acompañado de su padre como segundo de cordada.
Honeymoon is over empieza con dos largos fáciles (5.9) comunes con Casual Route, antes de enlazar con los dos primeros largos de otra de las vías más famosas del lugar, Eroica (5.11b y 5.11+). En el siguiente largo (5.13a para Caldwell, 5.13b para Siegrist), empieza realmente Honeymoon is over, recorriendo un diedro que se va estrechando, seguido de una travesía y superando un techo con una mini fisura.
El siguiente es el largo clave, que proporciona a la vía el grado de 5.13c, y que empieza con 15 metros de diedro “ultra técnico” –Jonathan Siegrist dixit- para continuar a través de varias lajas y terminar con “un mantle de gran envergadura que estaba apenas a mi alcance”. A continuación, otro largo de 5.13a con un búlder de once movimientos incluido, antes de alcanzar una buena repisa.
“En este punto, después de haber hecho cada largo al primer intento, era muy optimista”, rememora Siegrist en su blog, y continúa que “era un día perfecto, teníamos muchísimo tiempo por delante y estaba escalando como debía –con confianza y eficacia-; está claro que podía sentir cómo iba llegando la fatiga, tras escalar siete largos por encima de los 4.000 m y tres largos de 5.13 por encima de los 4.100 m. ‘Aquí arriba, es un juego totalmente diferente’, iba diciéndome a mí mismo mientras entrenaba para la Honeymoon las semanas anteriores. La recuperación es radicalmente lenta y cada acción parece exigir diez veces más energía, pero a este punto estaba sentado en el punto exacto donde quería estar”.
El último largo duro
Por encima, sólo quedaban dos largos para finalizar la vía. El primero de ellos es, en realidad, el último de los largos duros de la línea, otro 5.13a formado por una laja orientada a la izquierda con un paso clave que exige un intenso trabajo de pies. Aquí llegaron las dificultades para Jonathan Siegrist: “Tras apretar en este crux, inmediatamente sentí una profunda fatiga”. Intentó recuperarse como pudo en un reposo y continuar para delante, para terminar perdiendo un pie y cayendo cuando ya estaba casi alcanzando la reunión.
Después de un largo rato de descanso junto a su padre, comiendo aunque sin nada que beber, volvió a intentar el largo, aprovechando todos los reposos habidos y por haber, superando los movimientos clave y alcanzando finalmente la reunión. El último largo de la vía (5.12b) no opuso resistencia a pesar de estar algo húmedo y Jonathan Siegrist consiguió salir por arriba al primer intento. “Cuando chapé la cadena de tres parabolts, solté un grito de alivio y emoción”, asegura Siegrist, quien confiesa que “repetir esta vía ha sido sueño para mí durante cinco años; fue un emocionante final para mí y un día que recordaré para siempre”.