Jonatan Flor no había andado jamás tan suelto por la roca como este otoño. No hace ni un mes que el escalador eldense cerró su temporada de competiciones y anunció que se iba a dar un atracón de roca, con proyectos muy exigentes tanto en búlder como en vías de deportiva.
No tardó nada en tachar el proyecto bloquero que tenía entre ceja y ceja, La teoría del todo en Albarracín. Esta línea estrenada por Alberto Rocasolano como 8C+ y repetida por Rubén Díaz como 8C, pasó a ser sugerencia de 8B+ por un inhumano Jonatan Flor, que la despachó sin ningún miramiento y por la vía rápida.
A continuación, se ajustó el arnés y viajó hasta Cuenca, donde había un par de nombres (Seta total y Leire) que le rondaban por la cabeza con insistencia. Dos nombres situados en un noveno grado que hasta entonces se le había mostrado esquivo, aunque lo había rozado en varias ocasiones, como con Palestina (Cuenca, 2014), El intento (Cuenca, 2015) o La negra (Gandía, 2017).
Transcurrió una semana y la libreta de Jonatan Flor ya había estrenado la página del 9a consensuado con Seta total en el sector Ermita de Cuenca. Una creación de Luis Alfonso Félix y José Luis Palao con primera ascensión de Pablo Barbero y repeticiones de Ramon Julián, Luis Alfonso Félix, José Luis Palao, Patxi Usobiaga, Kymy de la Peña y Jorge Díaz-Rullo.
Emblema de Cuenca
Un par de semanas más han sido suficientes para que Jonatan Flor se anotase la otra vía de la que había hablado, Leire, también 9a del sector Ermita de Cuenca y línea emblemática de la zona. “Después de muchos intentos, muy contento de poder chapar esta cadena”, escribía en sus redes sociales el lunes pasado.
Leire fue una creación de José Luis García ‘Caco’, a la que Luis Alfonso Félix terminó de dar forma. Igual que con Seta total, Pablo Barbero se adjudicó la primera ascensión, allá por 2008, aunque desde entonces pocos escaladores pueden presumir de haber alcanzado su cadena.
El primer repetidor fue el propio Luis Alfonso Félix, en septiembre de 2009 y después de un verano de intenso trabajo específico en el plafón. Pasaron cinco años antes de que Ramon Julián se anotase la segunda repetición, seguida el año siguiente por la de José Luis Palao, el último que constaba en su nómina hasta la llegada de Jonatan Flor.
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