El pasado martes 22 de noviembre, Jacopo Larcher conseguía completar la segunda repetición de la icónica Meltdown 8c+ en el Cascade Creek de Yosemite. La vía saltó a la fama tras la primera ascensión de Beth Rodden en 2008 y durante años estuvo en lo más alto de la dificultad en escalada clásica.
Meltdown se mantuvo sin repeticiones durante una década, hasta que Carlo Traversi realizó la primera repetición en 2018. Jacopo Larcher intentó la vía por primera vez en 2016, cuando dedicó un par de días a descubrir sus movimientos. Esta vez, se lo ha planteado como proyecto y, tras limpiar los cantos una tarde, trabajó otros siete días la vía hasta finalmente conseguir el ansiado encadenamiento, colocando los seguros.
Una vía con un aura misteriosa
Jacopo Larcher se sintió atraído por Meltdown por todo el simbolismo que rodea a esta vía:
No sé por qué, pero de algún modo Meltdown tenía esta aura misteriosa. Recuerdo ver la película sobre la increíble primera ascensión de Beth, allá por 2008; en aquella época yo no sabía demasiado sobre escalada clásica ni podía entender realmente la importancia de la vía y de su logro. La vía sencillamente me parecía muy bonita, aunque completamente salvaje para mí. Algo que era impensable que pudiera considerar escalarlo, en aquellos tiempos.
Hubo rumores acerca de que algunos de los mejores escaladores trad del mundo habían intentado la vía a lo largo de los años, pero ninguno tuvo éxito. La gente incluso creó el mito de que la vía tenía unos empotramientos tan finos que era imposible para escaladores con dedos normales. Todo ello añadió misterio a la vía.
En el tiempo que ha pasado desde entonces, Jacopo Larcher se adentró en la escalada clásica. La perfeccionó hasta tal punto que su Tribe de Cadarese se postula como una de las vías más duras del mundo en este estilo. Además, ha viajado ya en un sinfín de ocasiones a Yosemite, donde ha escalado buena parte de los big walls más exigentes de El Capitan en libre, encordado con su pareja Barbara Zangerl.
En uno de esos viajes, en 2016, dedicaron un par de días a reconocer Meltdown antes de meterse en El Capitan. “Quedamos sorprendidos por la belleza de la línea, así como por su dificultad; no se trataba de empotramientos finos de dedos, sino sobre potentes bavaresas sobre pies extremadamente malos y resbaladizos”, recuerda.

Viaje sin material de big wall
Este otoño, Jacopo Larcher decidió viajar a Yosemite sin su material de big wall y situar Meltdown como su principal objetivo:
Por suerte, esta vez tuve de inmediato sensaciones más positivas al trabajarla. Los pies todavía eran horribles y la ruta dura, pero de algún modo me sentí más maduro como escalador clásico. Estaba muy sorprendido y a la vez motivado, cuando conseguí escalarla limpiamente en top-rope en mi tercer día de intentos de este año. Después de eso, pensaba inocentemente que saldría rápidamente, pero colocar los seguros añade un picante extra al conjunto y hace que la vía sea significativamente más dura.
En mi cuarto día de intentos de primero tuve que sacar una enorme capacidad de lucha de mi interior con el fin de alcanzar la cadena. Las fáciles partes superiores siempre me parecieron buenas en top-rope, ¡pero sin duda las vi diferentes viniendo desde el suelo! Normalmente, cuando escalas vías clásicas duras de primero, el pegue del encadenamiento suele salir fácil, lo que es obviamente una sensación preciosa… pero esta tuve que lugar muy duro y estuve muy cerca de caerme en la parte superior, lo que de alguna manera hizo que la experiencia fuera todavía más inolvidable. ¡Sin duda uno de mis momentos favoritos en la escalada!