Iziar Martínez ha vibrado siguiendo los Juegos Olímpicos y se ha emocionado con la victoria de Alberto Ginés, compañero en la selección española de escalada deportiva. Durante el fin de semana, la escaladora vallisoletana de 16 años participó en la Copa de Europa de Búlder en Cracovia, donde fue semifinalista. Nada más aterrizar, corrió a la roca de Rodellar para encadenar El hijo libre 8c, que había trabajado durante cinco días anteriormente.
Se trata de un vía combinada que se encuentra en el sector Psiquiátrico de Rodellar, que lleva la firma de Dani Andrada y transcurre sobre un techo impresionante de 25 metros con muchos movimientos inverosímiles. Es el sexto 8c de la libreta de Iziar Martínez, una cifra que la sitúa como la segunda escaladora española con más encadenamientos de este grado (o mayor), a la altura de Helena Alemán y Andrea Cartas, y solamente superada por Josune Bereziartu.
El camino de Iziar en el 8c se inició solamente en julio del año pasado, cuando resolvió Florida, precisamente en Rodellar. El mes siguiente, llegaron Hulk extension, de nuevo en Rodellar, y White zombie en Baltzola. En octubre se hizo con Sumazero en Cuenca y en noviembre con MotivAcción en la Cueva del Arenal. El hijo libre es su primer 8c de 2021, un año en que se ha centrado más que nunca en la competición y ha logrado su primer podio internacional en la modalidad de dificultad de la categoría Youth A.
Hablamos con ella para que nos cuente los detalles:
“Es un techo en el que tienes que encontrar tus propios métodos”
¿Cómo es este 8c, comparado con los otros que has encadenado?
Este es el más duro que he hecho. Al principio, como es un techo, tienes que encontrarle los trucos y todo. Le tienes que encontrar las rodillas, le tienes que encontrar tus propios métodos porque el método de otra persona no te vale… Para mí es el 8c más duro, el que más me ha costado.
¿Cómo es la vía?
Es un techo parecido al de Hulk, en el que estás relativamente cerca del suelo, y tiene zonas en las que incluso vas destrepando, como escalando para abajo: hay un momento en que subes, luego bajas y estás a la misma altura que el asegurador, y luego vuelves a subir. Los cantos son más o menos buenos dependiendo de cómo te pongas porque, como estás boca abajo, tienes que poner rodillas y tal.
¿Qué ha sido para ti lo más duro de esta vía?
Tenía un paso que para mí era el crux de la vía. Tenía que descubrir cuál era mi método y, cuando lo descubrí –que tardé bastante y me ayudó Ana Belén–, ya se trataba de coger la resistencia y todo eso. La vía tenía pasos como de dar vueltas sobre el mismo sitio, poner un talón por delante, una rodilla para hacer cuatro movimientos… cosas así.
¿Cuánto la habías probado antes de irte de viaje?
Antes de irme de viaje la probé. Estuve como tres o cuatro días descifrando y luego ya pegues. Y como cada vez me caía más cerca, pues la veía más próxima.
“La roca y la competición son dos mundos diferentes, pero no podría dejar ni la una ni la otra”
Ahora, con la competición, parece que la escalada en roca y en rocódromo son dos mundos totalmente distintos, pero sin embargo para ti no lo son: vienes de una competición, te vas a la roca… No te centras solo en el rocódromo.
No, no me centro solo en eso. Sí son dos mundos diferentes, con otra forma de equipamiento y de escalar, pero a mí me gustan las dos cosas. Creo que no podría dejar ni una ni la otra.
¿Esto te puede afectar en tus resultados en competición?
Depende de cómo lo lleve. Por ejemplo, he estado todo este verano y año compitiendo y ahora, por tocar un poco de roca, no pasa nada. Siempre es bueno quitarme un poco de los pensamientos y descansar un poco de la resina.
¿Cómo has vivido la medalla de oro de Alberto Ginés en los Juegos Olímpicos?
A mí me ha emocionado mucho porque no me lo esperaba para nada. Y creo que muchos amigos míos tampoco se lo esperaban. Así que me ha hecho mucha ilusión, creo que va a ayudar un montón al deporte y sobre todo a los rocódromos.
“La medalla de Alberto Ginés me motiva, me hace pensar que yo también puedo”
¿Cuál es tu plan ahora?
Pasaré unos días en Rodellar y luego me iré al Campeonato del Mundo Juvenil en Rusia (del 21 al 31 de agosto), donde competiré en búlder y en dificultad.
¿Con la medalla de oro de Alberto te sientes más motivada?
Sí, a mí eso me motiva un montón, me hace pensar que yo también puedo. Es como que te abre muchas más puertas.
¿Qué planes tienes después de ese Campeonato del Mundo Juvenil?
Descansar un poco de las compes, escalar en roca y seguir entrenando para ponerme fuerte para las próximas compes.
No te enfocas solo a la competición y el rocódromo, sino que te tira mucho la roca…
Sí, no podría estar todos los días entrenando y no salir por lo menos un día a tocar un poco la roca.
Allí en Rodellar, ¿andas escalando con otras escaladoras?
Sí, he estado con Ana Belén Argudo; hoy justamente me ha asegurado Maria Benach en un pegue… Hay mucha gente fuerte. Por ejemplo, Ainhize Belar ha pasado por aquí y hemos estado con ella…
¿Tienes como objetivo el 9a?
Objetivo ahora mismo, no, pero sí me gustaría.