Quienes se apasionan por el alpinismo y suelen dedicar algún tiempo cada año a las expediciones, han tenido que reinventarse este año. Marcados por la pandemia de coronavirus, los viajes a destinos remotos han quedado fuera del juego, del mismo modo que lo ha hecho para muchos el trabajo como guías de montaña en casa.
En ese contexto, este verano han surgido imaginativas aventuras low cost relacionando bicicleta y roca vertical. Los belgas Nico Favresse y Sébastian Berthe lo llevaron a su máxima expresión realizando la trilogía alpina más Odyssey a la norte del Eiger. Paralelamente, Ines Papert y Caro North han llevado a cabo un desafío parecido, que las ha llevado a recorrer Suiza de punta a punta.
La alemana y la suiza iniciaron su aventura el 10 de agosto en el pueblo de Sargans, al este del país y cerca de la frontera con Liechtenstein y Austria. Desde allí, su plan era pedalear hasta el extremo oeste de Suiza cargando todo su material de escalada y de acampada, así como comida, en sendos remolques, para ser lo más autónomas posibles. Por el camino, irían parando en algunas de las zonas de escalada más famosas del país alpino para añadir algo de vertical a su periplo, de un mes de duración.
Rätikon y la lluvia
La primera etapa del recorrido fue el famoso Rätikon. Allí se propusieron escalar la clásica Intifada (220 m, 7a+): “Nos encontramos con algunos largos increíbles e impresionantes, con placas técnicas y grandes alejes entre los seguros. ¡Sin dudas exigente y precioso!”, explicaba Caro North.
Consiguieron escalar la vía justo antes de la llegada de las copiosas lluvias que las acompañaron a menudo durante los primeros días de su tour bike & climb. A continuación, se enfrentaron a una larga sección de pedaleo pasando por Coira y Disentis antes de afrontar la ascensión en bicicleta del puerto de montaña Oberalppass. Casi que la escalada de Peruvian dancing dust 6c+ (Teufelstalwand) fue un bálsamo para sus piernas adoloridas por el pedaleo.
Wendenstöcke y el calor
Al día siguiente, las dos deportistas volvieron a tomar los manillares de sus bicicletas para ir a por el segundo gran puerto de su particular tour, el Sustenpass.
Era nuestro séptimo día sin ningún día de descanso y notábamos las piernas cansadas cuando empezamos. Pero una vez te sientas en el sillón de la bici otra vez y coges el ritmo, simplemente fluyes de nuevo y el pedalear se siente como normal. Es impresionantelo lejos que te pueden llevar tus piernas. Otros 1.300 metros de desnivel positivo hechos.
De este modo franquearon la puerta de entrada al Wendenstöcke, hogar calizo de grandes líneas de escalada. Sin embargo, aquí se encontraron con una de las principales dificultades de una aventura de este cariz: la dificultad de acertar una buena ventana de buen tiempo en todas las paradas. Así pues, Wendenstöcke las recibió con un calor infernal, que no les permitió ni tan siquiera pensar en escalar algo tan duro como tenían previsto, aunque si pudieron trepar una vías de excelente calidad como Excalibur (350m, 6b).
Final en el macizo del Mont Blanc
El último tramo de su recorrido ciclista-escalador por Suiza las llevó a circundar algunos macizos por el norte en busca de temperaturas más bajas, especialmente en el Eiger –donde ninguna de las dos ha contado todavía cómo les fue– para terminar en el macizo del Mont Blanc.
Casi pisando la frontera con Francia, Ines Papert y Caro North pusieron punto final a su aventura con la travesía de las Aiguilles Dorées, una ascensión con un carácter mucho más alpino.
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