Nico Favresse y Adam Pustelnik han protagonizado dos de las noticias más relevantes del verano en el Naranjo de Bulnes. El belga y el polaco llegaron al Urriellu hace unos días con la idea de escalar varias vías de la pared de big wall más famosa de nuestro país, para prepararse ante su principal objetivo: la primera escalada en libre de la Sueños de invierno. Así pues, durante dicha preparación, se llevaron la primera repetición de la mítica Orbayu de los hermanos Pou. Después, cuando ya lanzaban su ataque a la Sueños de invierno, Pustelnik sufrió una caída desde 20 metros hasta el suelo a la que afortunadamente sobrevivió.
La repetición de Orbayu
Orbayu es la obra maestra de los hermanos Pou. Después de dos meses de trabajo, Iker y Eneko Pou celebraban en la cumbre del Naranjo de Bulnes el encadenamiento de Iker a esta combinación de vías que se situaba como el big wall más difícil del mundo, con un grado de 8c+/9a. Sus 500 metros de recorrido empiezan con cuatro largos originales de los Pou a través del desplome de la Bermeja, para enlazar después con otros seis largos de la vía Mediterráneo para salir por los tres últimos de la Rabadá-Navarro. Lo más duro de todo se encontraba en L5 y L6, dos largos de A3 de la Mediterráneo el primero de los cuales correspondía a ese 8c+/9a de dificultad máxima de Orbayu.
En su descripción de la escalada, Favresse y Pustelnik comentan que “primero de todo, qerríamos decir que Orbayu es una vía expecional y que nos gustaría agradecer a los hermanos su visión por esta línea y su esfuerzo al abrirla”. Especifican que escalaron el largo clave con los seguros puestos, aunque también señalan que “las partes más duras están bien protegidas con parabolts”.
Respecto a su opinión sobre la graduación de la vía, Favresse y Pustelnik dicen lo siguiente: “Como todo el mundo nos pregunta sobre el grado, no podemos evitar hablar sobre ello. En general, la vía nos pareció más fácil que su grado original. El largo clave nos pareció a ambos definitivamente más fácil que 8c+/9a. Los dos pensamos que no es más de 8c… y quizás 8b+ si no eres bajito. Adam (1,66 m) es más bajito que Nico (1,75 m), así que tuvo que hacer secuencias más complejas que él”.
Según cuentan, Nico Favresse necesitó tres días para encadenar la vía y Adam cuatro. Después, el belga la encadenaría otra vez, en esta ocasión enlazando el largo clave L5 (para él, 8b+) con L6 (originalmente 8a+, y para él 7c), para evitar asegurar colgado.
“También querríamos decir que el Naranjo de Bulnes es un lugar maravilloso para escalar; la roca es fantástica y las vistas son impresionantes”, terminan.
Accidente en Sueños de invierno
Después de su logro en la Orbayu, Favresse y Pustelnik se fueron hacia su principal objetivo, la primera liberación de la mítica Sueños de invierno (540 m, 6a, A4+). Esta vía, abierta en invierno de 1983 por los murcianos José Luis García Gallego y Miguel Ángel Díaz Vives tras una permanencia en pared récord de 69 días, tuvo su última repetición precisamente la semana pasada por los hermanos extremeños Juanjo y Javi Cano y el alicantino Iñaki Casillas.
Según cuenta Sergio González, guarda del refugio del Urriellu, Nico Favresse y Adam Pustelnik “ya lo tenían todo preparado para intentar sacarla en libre y estaban empezando a escalar; tenían preparado hasta la tercera o cuarta reunión”, lo más difícil de la ruta. El polaco superó los primeros pasos y había escalado unos 20 metros cuando rompió un canto y cayó, haciendo saltar sucesivamente uno de sus friends, un clavo de la vía y un puente de roca que provocaron que diera con sus huesos en el suelo. Inmediatamente, Favresse fue corriendo al refugio a dar la voz de alarma: “Llegó muy nervioso avisándonos del accidente”, comenta Sergio González, quien añade que “nos pusimos en contacto con el 112 de Asturias por emisora y por teléfono y empezamos a coordinar el rescate tanto Bernabé Aguirre (del grupo de rescate de la Guardia Civil) que andaba por aquí como yo mismo. Fuimos rápidamente al lugar del accidente, abrigamos bien al herido y buscamos un sitio adecuado para que el helicóptero se pudiera posar. El helicóptero llegó rápidamente, con un médico que le administró calmantes; lo evacuaron en grúa con el médico al lado hasta el refugio, donde lo pudieron cargar al aparato por la parte de atrás. Fue una operación rápida y muy precisa”.
González comenta que Pustelink “estuvo inconsciente durante los primeros minutos, aunque después ya hablaba e incluso bromeó”. Para él, “fue un milagro que se salvara, o más bien tuvo mucha suerte: le salvó que el terreno sobre el que cayó fuera inclinado y herboso, además de que los seguros, al ir saltando, fueron frenando la caída”.
Las pruebas que le hicieron en el hospital de Oviedo, donde está ingresado y se recupera favorablemente, revelaron fracturas en el hueso sacro, el esternón y la vértebra L1.
Un año bueno en el Naranjo
A pesar del accidente de Adam Pustelnik, este está siendo un año bueno en lo que se refiere a accidentes en el Urriellu. Según Sergio González, “ha habido pocos accidentes graves en comparación con otros años; la gente está siendo más prudente y esperemos que sea un indicador del avance en la seguridad en montaña”.
Una ausencia de accidentes que no está relacionada con falta de escaladores. De hecho, “hoy mismo hay siete cordadas en la cara oeste, y también tenemos gente en la cara este y en la cara sur, y estos días incluso ha estado por aquí Carlos Suárez haciendo salto base. Hay ambiente a tope”, comenta González, quien señala que “el tiempo ha empezado a acompañar, que hasta ahora había sido un poco malo”. De cara a las próximas semanas, el guarda del Urriellu espera que “continúe el buen tiempo, y esperemos que septiembre venga como todos los años, ya que es un mes bueno y seco, de calor”.