Primer tramo de braceo y paso largo sobre buen canto, que te deja un poco tocado para la sección dura, muy a bloque y en travesía, de la que sales cogiendo un pinza muy mala. Nueva sección de braceo y pasos amplios, seguida de una travesía por debajo de un techo y un falso reposo («que se sufre mucho, porque no es bueno»), antes del paso duro de arriba: un bloqueo largo de hombro desde un monodedo a un invertido bastante alto, subiendo mucho un pie, para luego levantarte con éste y el invertido.
«Una vía con dos pasos a bloque bastante difíciles, intercalados con secciones de continuidad, con pasos largos de buen canto», sintetiza la escaladora toledana Eva López, quien desde el pasado 18 de mayo es la segunda escaladora de nuestro país que logra encadenar un 8c, y la quinta a nivel mundial tras Josune Bereziartu, Liv Sansoz, Aleksandra Taistra y Marietta Uhden. La línea en cuestión, y diseccionada anteriormente, es Nuria, sector La Ermita de Cuenca, que cayó al primer pegue del día, tras un escueto calentamiento… «me sentía un poco cansada».
Un día de lluvia
Comenzó a probarla el año pasado un día de lluvia, «por hacer algo; la Nuria desploma mucho y no te mojas». Pegues esporádicos, hasta el día que sacó todos los pasos, y que coincidió con el encadenamiento de Eros tensa el arco, su primer 8b+. Desde ese día, fiel a su premisa («si saco los pasos la hago»), la cosa estaba clara; «voy a darle». En septiembre ya se caía arriba del todo, pero hubo contratiempo en forma de lesión (rotura fibrilar en el monodedo de abajo), entró el frío gélido de Cuenca, y había que esperar al buen tiempo.
Eso sí, sabía que la iba a hacer; para Eva hacer los pasos supone siempre hacer la vía, sólo es cuestión de tiempo. En el caso de Nuria, nueve días de intentos en 2005 (cuatro de ellos cayendo arriba del todo), una vez que llegó el buen tiempo y retomó la vía. Logrado el rotpunkt, ya se sabe… cañitas en petit comité el día D, otra celebración más amplia con los amigos en Cuenca, y por supuesto, ese helado – «lo que más me gusta», asegura entre carcajadas- que espera en casa de sus padres, y que también cae a pegues cada vez que estrena grado, mientras sus progenitores se van empapando en eso de grados y nombres de vías.

Una vía más
Reconoce que le ha puesto mucha pasión a Nuria, que andaba un poco impaciente y con muchas ganas de hacerla, pero no sólo por querer hacer un 8c. La probó, le sacó los pasos, se cayó arriba sin casi esperarlo y se convirtió en un objetivo muy fuerte… pero no en el principal de su escalada, sino en uno más. Al final, es «sólo una vía más», y lo que queda es disfrutarlo, pensar «que bien, la he hecho».
De eso se trata para ella, de pensar en vías, no sólo en grados. De hecho, el 8c+ no se lo plantea (alguno ya le ha preguntado que para cuándo…), salvo que ese grado sea el de alguna de las vías que se le crucen en el futuro, como ha sido el caso de Nuria. Es muy factible que llegue ese momento, pues para ella «lo bonito es lo difícil, lo motivante. Cuanto más difícil más me gusta, porque si me sale algo que veo que es difícil, me encanta; me da mucha satisfacción. Luego suele coincidir con que me gusta el movimiento, y la tensión que genero en la vía».

Pensar en los pasos
Con Nuria, Eva ha elevado nuevamente su listón, y también el número de escaladoras en España, y en el resto del mundo, que han logrado encadenar dicho grado. La segunda en la Península, y la quinta a nivel internacional… algo que no le ha quitado el sueño. «Es que si hubiera pensado eso me habría tenido unos nervios para ni siquiera entrar a la vía. Me tranquilizaba pensar que sólo era una escalada más, y es que al fin y al cabo, son movimientos de escalada, y todo lo que sea pensar más allá no te va a ayudar».
Pensaba sólo en el paso siguiente, incluso cuando estaba escalando, en lo que te viene después; se trata «sólo de pensar en el momento, y olvidarte también un poco de las sensaciones, de que vas cansada por ejemplo. Nunca se sabe…».