“¡Sabíamos que este momento llegaría!”, dice Berta Martín refiriéndose a la primera vez que ha sentido que su hija Geila Macià, de diez años, superaba su nivel de escalada. Hace unos días viajaron en familia a Kalymnos y Geila consiguió encadenar Helios, su primer 8a.
Berta Martín también logró apuntarse la vía, pero tuvo que sudar. Para una multicampeona de la Copa y el Campeonato de España como ella, darle el relevo a su hija es una experiencia bonita en la que hay que reflexionar sobre la presión a la que se puede ver sometida Geila y, también, respecto a cuál debe ser el papel de los padres y, sobre todo, el de una madre que vive tan intensamente la escalada como Berta.
Berta es una persona muy reflexiva, tranquila, que, aunque vive la escalada con gran pasión, tiene claro que lo más importante no es el grado que encadene su hija sino que disfrute con lo que está haciendo. De hecho, contra lo que es habitual en los tiempos actuales, no ha publicado en sus redes sociales el logro de su hija. Se siente orgullosa de lo que ha conseguido pero no quiere que sienta ninguna presión. Porque para Geila la escalada es parte de su vida. Es lo que tiene nacer hija de dos padres escaladores (Israel Macià y Berta), que casi desde que naces vives el mundo de la escalada, en el rocódromo, a pie de pared, jugando con otros niños, también con tu padre y tu madre… La escalada es tu vida. Y un día llega ese momento en que, durante las vacaciones familiares, encadenas antes que tu madre la ruta que ambas estaís intentando.
Aunque este dato no le preocupe a Berta ni a Geila, lo cierto es que ha encadenado el 8a femenino más precoz de España. Antes que ella Ana Belén Argudo fue la primera escaladora española en hacer 8a con 12 años, seguida por María Benach quien también encadenó 8a con 12 años. Su primo Lluc Macià encadenó con 9 años -el 8a más precoz de nuestro país- y realizaba 8b con 10 años.
Y un dato interesante: Geila ha pasado del 7b+ al 8a.
«Al principio yo no veía ni los pasos sueltos y, sin embargo, Geila la encadenó enseguida en top rope»
¿Helios era un proyecto para ti?
Yo no tenía ninguna intención de hacer la vía. Hace seis meses que he dado a luz y no he tenido tiempo de entrenar ni estoy en forma. Busqué un 8a que pudiese probar Geila y encontré por internet unos vídeos de Youtube de este en concreto, que parecía estar bien chapado y tenía buena pinta.
¿Y cómo fue?
Cuando llegamos flipé: ¡al principio yo no hacía ni los pasos sueltos! Al segundo día Geila lo encadenó en top-rope, le pregunté que si quería probarlo de primera, me dijo que sí y lo encadenó sin problemas. Teníamos por delante siete u ocho días y fuimos yendo a ver si salía. Pasó la semana y se caía arriba en un chapaje que le costaba mucho porque le daba miedo.
Pasaron los días y los pegues. Nosotros le decíamos que se tenía que saltar la última cinta, pero lloraba porque le daba miedo y decía que no… La convencimos, lo probó, se la saltó, hizo el movimiento, se cayó, lloraba… y al final desistió el último día en el último momento. «No puedo más, tengo miedo y no la voy a hacer», me dijo.
«Mamá, sal que voy yo»
Pero lo volvió a intentar.
Le dijimos que estuviese tranquila, que nos íbamos contentos y fin de la historia. Total, que la intenté encadenar yo en en el último momento porque teníamos que irnos para coger el avión y en ese rato se quedó en el suelo pensativa hasta que me dijo: «Mamá, sal que voy yo».
Le dije que subiese tranquila como si fuese un entrenamiento para hacer unas fotos y tener un recuerdo de la vía, y empezó a subir hasta que llegó a la cadena. Luego fui yo y la encadené también.
¿Tú también?
Sí, fue muy fuerte, nunca había tenido esa presión. Tenía que encadenar porque no me quería quedar atrás [risas]. ¡Sabíamos que este momento llegaría! Hace tiempo que Geila escala muy bien, los 7b los hace muy rápido en top-rope. Si las vías tienen chapajes buenos la dejo ir de primera, si alejan demasiado no, no quiero arriesgarme a que tenga una mala caída y pase miedo. A veces no sé en qué nivel está, yo la veo fuerte, y por eso decidimos apretar un poco a ver qué hacía.
«Me gusta compartir mi terreno con ella porque es mi vida»
¿Lo que más cuidas es que no alejen mucho los chapajes?
Sí, porque no tengo ninguna necesidad de forzarla ni de que sea una crack y explotarlo. Me gusta compartir mi terreno con ella porque es mi vida, si tiene que estar con nosotros es mejor que escale.
¿Cuánto lleva escalando?
Desde que se podía subir a una piedra, tendría un año o dos. Desde que entreno a Maria Benach ella ha estado con nosotras haciendo cosas a su aire. Para ella siempre ha sido un juego. Ahora es un poco más serio, pero no mucho.
¿Es peligroso que se lo tome demasiado en serio?
He visto muchas veces un lado y el otro. Yo soy muy racional para estas cosas y no quiero obsesionarme yo ni obsesionarla a ella. No tengo la necesidad de que sea la mejor del mundo para sentirme satisfecha. A veces, los padres les creamos frustraciones que son reflejo de las nuestras. En mi carrera he probado cosas que me han salido y otras que no, y creo que el camino de intentarlas es lo que te da fuerzas y alegría. Lo que más he aprendido y siempre le he intentado enseñar a Geila es a gestionar los sentimientos cuando te propones un reto.
«Mi embarazo le vino bien a Geila porque escalé menos y ella pudo escalar mucho más»
Para encadenar Helios, ¿te enseñó ella los movimientos?
En realidad yo no podía hacer la vía a su manera por la estatura, y también hay muchos cantos que para mí no existen y ella los usa sin problema, tipo bidedos, por ejemplo. Chapa cosas de agujeritos en las que a mí no me entra ni media falange.
¿Había hecho 7c antes?
No, había hecho un 7b+ de primera en Montserrat y tres 7b. El año pasado, durante mi embarazo, escalé menos y solíamos poner un top-rope en algunas vías. Geila lo aprovechó para escalar mucho y por eso ha pegado el subidón. Antes, cuando salíamos, confieso que era yo todo el rato, y ahora la dinámica ha cambiado porque a ella le gusta y le apetece probar cosas.
¿Entrena mucho?
Lo hace conmigo y también tiene un grupo con la Federación Catalana con los que va algún día.
Cuando vas a entrenar con ella, ¿cada una lo hacéis a vuestro ritmo?
Yo tengo que entrenar sola a mediodía, aunque con la pequeña me resulta muy difícil: entre darle el pecho, cambiarla, que se duerma… siempre es algo. Y mi rocódromo está al aire libre. Ir a uno cubierto me da mucha pereza, con 40 años ya no tengo la motivación de ir a por todas.
«Los niños no deben seguir un entrenamiento súper específico porque lo que deben hacer es jugar»
¿Qué tipo de escalada le gusta a Geila?
El bloque, porque da menos miedo y es muy divertido. Hemos estado en muchos sitios con ella, este invierno hizo 7A en Albarracín y varios 6C. El bloque te permite más intentos y compartirlo más en familia.
¿Sufres al verla escalar?
Mucho. Cada intento pasas nervios, y cuando se cae se te queda el corazón en un puño… Con Maria Benach también me pasa: cuando compite y se está jugando algo importante lo pasas peor que si estuvieses escalando. Cuando has invertido tiempo e ilusión en alguien a quien le toca demostrar el trabajo y tú no estás en su mente ni en la situación, te quedas completamente fuera de juego. Solo puedes mirar y esperar el resultado, y eso me crea una tensión…
¿Sigues entrenando a María?
Sí, con ella estoy más centrada porque tiene otro nivel. Con los niños como Geila no hace falta hacer un entrenamiento súper específico porque lo que deben hacer es jugar. Tiene un par de horas de concentración y no les puedes exigir más. Es muy fácil obsesionar a un niño si tú lo estás. Para mí es más importante que esté en un deporte con ilusión esforzándose para un reto final que resulte en algo positivo.
¿Te gustaría que fuese escaladora?
Me encantaría, pero también tengo ganas de que ella encuentre su camino y haga lo que tenga que hacer. Quiere ser actriz, por ejemplo. Tengo ganas de que sea feliz con lo que decida cuando llegue el momento.
responsabilidad, por lo que se desprende de las palabras que usas, no aclaras mucho la cosa (por no decir otra cosa): Posible responsabilidad jurídica,, un juez podría.., personalmente desconozco.., yo considero.., lo mas probable.., y para terminar, lo único cierto es que según la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, tienes que usar elementos de seguridad cuando trabajas en una escalera por encima de los 3m. En un parque infantil no es obligatorio (aconsejable?) cuando el niño juega por encima de los 3m. y en escalada tampoco. Y por lo que se entiende en el discurso, lo mejor es que los niños se queden en casa, porque en caso de accidente, un juez podría interpretar que expones al niño a un riesgo excesivo llevándolo a escalar. Aun así, gracias por tu esfuerzo.
Sobre la posible responsabilidad jurídica que tuvieran los padres en un accidente, ya no por el tema del casco sino por como se produce y en que circunstancias un juez podría denotar falta de responsabilidad paternal en ciertas conductas aunque personalmente desconozco si se ha dado algún caso en el que un juez haya penalizado a los padres por tal caso, yo considero que es más por responsabilidad moral de ahí que cada uno haga lo que quiera…Ahora bien si se trata de un parque infantil lo más probable es que los padres en caso de accidente denuncien al ayuntamiento o propietario de la instalación, la responsabilidad civil siempre está ahí (incluso podría haber R. penal dependiendo del accidente). Creo que son cosas diferentes…Y ya en el ámbito laboral para cerciorarse en cada convenio debería venir especificadas las medidas de seguridad a parte de las que recoja la ley de trabajo.
Ataduras sociales, no más allá de las mismas que padeces tú también y cuantos andamos por las calles de cualquier sociedad. Yo no dependo del casco para realizar mis actividades, de hecho si se olvida, se olvidó, que a tod@s nos ha pasado. Todo tiene su función, es de cajón de madera de pino, si los pies de gato tienen la función propia de poder adherirse a la pared, el magnesio de resecar el sudor y el arnés y la cuerda de evitar una caída mortal por qué el casco es motivo de ¿rebeldía?, nadie obliga a ponerlo pero si luego hay un drama pedimos responsabilidades (equipad@r, a otros escaladores, al parque natural o al cura que no me bendijo es mañana) y no miramos el ombligo propio, si es por ataduras sociales mejor escala sin cuerda o sin chapas, seguro que es toda una experiencia de libertad y purismo… Para que lo entienda la gente el simil sería como ir en una moto de gran cilindrada a 300kph y sin casco porque el aire en la cara denota más libertad y así no estoy atado socialmente…válgase la tontería aunque todavía habrá alguno que no llevará casco…Las ataduras sociales del escalador de hoy en día están putrefactas: las chapas, la cercanía al coche, la foto, el postureo, la masificación de sectores, la suciedad y la obsesión enfermiza del grado y el picado, eso si son ataduras sociales, y repito allá cada cual con sus acciones, el vive y deja vivir vaya por delante. Un saludo
Alpinismo. te equivocas tu, nunca han estado mas unidos los conceptos de responsabilidad y libertad que en este siglo XXI!!