La revista Nautilus es una publicación científica diferente, que cada mes explora un tema en profundidad, desde diferentes perspectivas científicas. En su último número, dedicado al deporte, el escritor J.B. MacKinnon firma el artículo que lleva por título El extraño cerebro del escalador en solo más grande del mundo, al que sigue el llamativo subtítulo «Alex Honnold no experimenta miedo como el resto de nosotros». En él se describe el estudio neurológico realizado sobre el cerebro de Alex Honnold y sus interesantes conclusiones.
En una de las charlas y mesas redondas en las que suele participar Alex Honnold (como esta sobre el solo integral con Peter Croft), asistió la neuróloga Jane E. Joseph, que terminó preocupada con la hipótesis de que «la amígdala de ese chico no está funcionando». El siguiente capítulo de la historia, el pasado mes de marzo, tiene a Alex Honnold metido en un aparato de resonancia magnética cerebral de la Universidad de Medicina de Carolina del Sur.
La primera prueba fue comprobar que, efectivamente, Alex Honnold tenía amígdala y que esta tenía un aspecto sano. Los científicos le mostraron a continuación una rápida sucesión de intensas imágenes mientras controlaban la reacción de su amígdala, que está considerado el centro del miedo del cerebro. Comparada con otro sujeto de referencia (otro escalador de edad similar), la respuesta de la amígdala de Honnold era prácticamente inexistente mientras la del otro sujeto bullía de actividad.
El siguiente examen fue para comprobar el nivel de importancia de la recompensa, medida a través de la secreción de dopamina en el núcleo accumbens, adyacente a la amígdala. De nuevo, el resultado fue parecido, con el cerebro del sujeto de referencia ofreciendo una alta intensidad en la respuesta mientras el de Honnold continuaba inactivo a excepción de los centros de visión.
«¿Podría estar sucediendo lo mismo cuando Honnold escala sin cuerda en situaciones que causarían que casi cualquier otra persona se derritiera de terror?», pregunta el autor del artículo a la científica. «Sí, dice Joseph –de hecho, eso es exactamente lo que ella piensa que está pasando. Cuando no hay activación, dice, probablemente no hay respuesta a una amenaza. Honnold tiene verdaderamente un cerebro extraordinario, y de verdad podría no estar sintiendo miedo allá arriba. Ningún miedo. Nada en absoluto.»
El artículo profundiza sobre la manera en que su cerebro muestra la búsqueda de sensaciones y de experiencias y muchos otros aspectos. La mayor conclusión es que el cerebro de Alex Honnold es un desafío difícil de entender para los científicos, igual que su actividad como escalador es también un reto difícil de comprender para los aficionados a la escalada.