Schleier (Austria) es mi zona de escalada favorita desde hace 12 años. Por laescalada, el escenario el paisaje… va todo unido. Aquí vengo cuando regresode un viaje; no pilla lejos y puedo escalar en caliza desplomada. Además,conozco todos los tipos de canto, y los movimientos de todas las vías. Es eltipo de escalada en el que estoy realmente fuerte, y por supuesto, esta es otrarazón por la que me encanta escalar aquí.
También porque significa estar en casa, y me da la confianza necesaria para buscar dónde está mi propio límite: escalar en solo Kommunist.22 metros de escalada desplomada y atlética, con el paso clave a diez metrosdel suelo, con varios bloques de roca justo debajo. Lo suficiente para que nunca llegues apensar en el más mínimo riesgo de caer, especialmente sin usar ningún crashpad.
Solo integral… ¿por qué?
Para mí, es la búsqueda de mis límites. Después de escalar en solo Opportunist(8b), sabía que no había estado cerca de alcanzarlos todavía. Por otro lado,soy consciente de que el tiempo es limitado. Cada año que pasa es más duroalcanzar un alto nivel en la escalada deportiva. De hecho, mi grado no es muysuperior al que tenía cuando escalé Opportunist, no tenía demasiadonivel de seguridad.
Después de un periodo de intenso entrenamiento en la vía, no podíaresolver Kommunist sin fallos en todos los intentos: solamente con fríoy buenas condiciones tenía la seguridad de ser capaz de encadenar la vía. Perodespués de tres solosintegrales sé cómo trabaja mi cuerpo y mi mente cuando escalo sin cuerda,cómo me permiten reducir al mínimo el riesgo de caída.
El 20 de abril, a eso de las ocho de la tarde, estaba allí. Estaba solo yquería estar solo. Nadie debería perturbarme, y no quería perturbar a nadie con mi ascensión. Caliento en algunos bloques, y sé que estoy bien de fuerzas y las condiciones son perfectas. En torno a las 9 me siento preparado.
«You must be crazy, guy»
Estoy a punto de empezar a escalar, cuando aparece un excursionista. Espero. Una breve conversación. Después de cinco minutos decido comenzar, incluso sabiendo que no estoy solo. Para mantener a mi espectador ocupado le doy una cámara de video, que ya tenía preparada. Sin saber lo que realmente iba a filmar, éltambién se pone en situación. Tras un pequeño rato, comienzo a escalar.
Hace frío, la piel está muy seca, el tacto es perfecto. Sólo en un reposodespués de 7 metros de escalada me vuelvo a dar magnesio. Tridedo con izquierda,un bidedo de derechas, canto invertido… sólo unos pocos agarres para loscinco metros claves. Y el paso largo… Realizar estos movimientos requiere una escalada muy atlética y casi no me da ninguna oportunidad de pensar lo que tengoque hacer en este momento.
Incluso no estoy demasiado tiempo en el reposo posterior al paso clave. Los10 metros restantes están en torno al 7c, y quiero tenerlos hechos ya. Me doymagnesio nuevamente y sigo. Quince movimientos después estoy en la reunión. Unpequeño grito, y un rápido destrepe por un vecino 6b. El improvisado»cámara» agita mis manos diciendo «tu debes estar loco,tío». Yo respondo con una brillante sonrisa en mi cara, porque estoybastante seguro de que, a pesar de su comentario, él no entiende exactamente loque acaba de filmar hace unos momentos…
Alex Huber