Barcelona fue testigo nuevamente, y después de muchos años, de una prueba de la Copa del Mundo de Escalada, en concreto la segunda del calendario 2009. Desde el primer momento los organizadores tuvieron que superar varios hándicaps importantes. La corta disponibilidad del Palau Sant Jordi, obligo a la empresa organizadora (Top 30) a diseñar una estructura a la altura de las circunstancias, que se pudiera montar y desarmar en tiempo record. Los 18 metros de altura, 12 de anchura, y 14 de desplome fueron motivo de halago de muchos, superando así la primera adversidad. Celebrar la competición en el mes de agosto era otro de los problemas añadidos; un mes en el que puede pasar de todo: mucho calor, poco público…. Contra pronóstico, un Palau Sant Jordi muy bien acondicionado para mantener una temperatura agradable, hizo que nos olvidáramos del periodo estival en que nos encontramos. Los horarios fueron claves para que el público se animara, y durante los dos días de competición, presentara una entrada de lujo. Mucho público, sobre todo en la final, para ser el mes de agosto.
Desde el primer momento fuimos testigos de un gran despliegue de medios humanos por parte de la organización: más de diez técnicos aseguradores, ocho masajistas, jueces, presentador, discjockey y un largo etc.….que configuraban la plantilla necesaria para esta prueba de la Climbing World Cup 2009. Organización impecable por parte de Top 30 que cuidó hasta lo más mínimos detalles.
Las eliminatorias: a flash y sobre dos vías.
El sábado, y durante toda la mañana, más de cien escaladores, entre hombre y mujeres de veintitrés nacionalidades diferentes, tenían que pasar el primer filtro. Este año -a diferencia de ediciones anteriores- los competidores lo harían sobre dos rutas diferentes que escalarían en la modalidad de “flash”; es decir, antes de competir visualizaban un video demostrativo para poder ver como se hacían las rutas, y durante la eliminatoria, los deportistas podían ver como sus compañeros intentaban superar el paso a la siguiente ronda. Formato criticado por algunos y aplaudido por otros. Al final, el resultado deportivo es prácticamente el mismo, eso si con un esfuerzo para organizadores y escaladores mucho mayor.
Veintiséis por categoría eran los afortunados para pasar a semifinales, en las que todos los favoritos estarían presentes a excepción de David Lama, que según parece llegaba directo a Barcelona de un viaje/expedición. En cuanto al equipo nacional, Patxi Usobiaga era el único en realizar las dos propuestas de este primer tramite para poder seguir en competición el domingo. Por su parte Ramón Julián “Ramonet” y Marco Juves realizaron una de las rutas de la clasificatoria, mientras que Eric López entraba por puntos a las “semis”.
Los equipadores, bajo la supervisión del italiano Alberto Gnerro, conocían bien el nivel femenino por lo que fueron inflexibles y propusieron dos vías muy duras para las eliminatorias femeninas. Tan solo seis de las participantes pudo realizar el doblete pero dieciocho se pudieron llevar un preciado top en su palmarés. Un nivel internacional muy alto y en el que ninguna de nuestras representantes pudo pasar a la siguiente ronda.
Sanción mínima por robar en la zona de aislamiento
Pero la nota triste de esta jornada fue la protagonizada por el vigente campeón de la Copa del Mundo, Jorg Verhoeven. El escalador holandés se llevó de la zona de aislamiento uno de los “puffs” que la organización había instalado para uso y disfrute de los deportistas. Un miembro de seguridad del recinto informó a la organización. El jurado, tras deliberar y hacer devolver el material en cuestión al escalador, dejó que todo quedara en una tarjeta amarilla o lo que es lo mismo una amonestación. Una decisión sorprendente del austriaco Helmut Knabel -vicepresidente del IFSC y “IFSC Delegate en Barcelona”- si tenemos en cuenta que años atrás este mismo responsable fue inflexible sancionando con la expulsión en el Campeonato del Mundo de Munich a Ramón Julián por llegar tarde a la zona de aislamiento, evitando así que pudiera disputar la final de dicha competición. Una vez más las decisiones arbitrales vuelven a ser protagonistas y dejan patente que las normas no son para todos iguales.
Noche de Psicobloc
Por la tarde y para relajar al personal, en la piscina Picornell, la Federación Catalana (FEEC) celebró una competición de psicobloc que consiguió sobradamente sus propósitos. Más de cien participantes gozaron de esta iniciativa. El venezolano Carlos Catari y nuestra representante Helena Alemany, fueron los afortunados en ganar la primera edición de esta prueba pionera en nuestro país.
La semifinal
Se prevé un domingo largo y duro para los competidores. Por la mañana, hay que seguir buscando a los mejores. Turno para las semifinales. En la categoría femenina podemos ver mucha igualdad, por lo que se hace difícil apostar por una de ellas. A pesar de la dureza de la ruta propuesta, cuatro son las afortunadas que consiguen encadenar: las dos eslovenas Mina Markovic y Maja Vidmar junto con la austriaca Angela Eiter y la coreana Jain Kim. Quedaba poco tiempo para la final y uno tras otro los deportistas se ponían en manos de los masajistas intentando recuperarse para la tarde.
En la categoría masculina, Patxi Usobiaga volvía a demostrar su buen momento y parecía invencible. El joven Adam Ondra quiso dejar claro que si había algún ganador tendría que ser bajo su consentimiento y dejo una final muy abierta y emocionante. Otro de los que impresionó fue el japonés Sachi Amma que en todas y cada una de las vías dio siempre su cien por cien. La sorpresa fue la mala actuación de Jorg Verhoeven que no pudo pasar a la final. El mismo demostró que en una Copa del Mundo los mejores son los que saben estar.
Final femenina: poco tiempo para encadenar la vía
Por la tarde, y con un aspecto impresionante, el Palau acogió más de 2.500 espectadores que no quisieron perderse este espectáculo. Ya no escalarán a la vez hombres y mujeres. Primero será el turno para la categoría femenina, en una final marcada por la falta de tiempo para realizar la impresionante propuesta. Desde el principio ya pudimos ver como una tras otra las finalistas llegaban al techo final y les anunciaban su último minuto. Las primeras cayeron al final de la travesía. Pero lo más triste fue ver como la austriaca Angela Eiter y la coreana Jain Kim tenían que dejar de competir al agotar el tiempo reglamentario de ocho minutos. En la sala de aislamiento solo quedaba Maja Vidmar, quien por lo que pudo oír por megafonía, seguro que tenía claro que la clave estaba en escalar a ritmo si quería llegar a lo más alto. Y así lo hizo la eslovena: fue la más rápida, y tras superar la altura alcanzada por sus contrincantes, falló en el intento de llegar al Top.
Final masculina: el duelo previsto Ondra-Usobiaga se transforma en Ondra-Ramonet
Tan solo quedaba el plato fuerte de la noche. Todos queríamos ver el duelo Usobiaga-, Ondra. Hasta ese momento se hacia difícil apostar por uno u otro. La primera gran ovación se la lleva Ramón Julián “Ramonet”. El catalán juega en casa y así se lo demuestra el público, Ramonet no decepciona, cae al ir a coger la última presa y vuelve a estar entre los máximos favoritos a ganar esta prueba. Turno para el japonés Sachi Amma que vuelve otra vez a dar una lección; a pesar de no llegar a la misma presa que Ramonet se queda muy cerca. Momento cumbre de la noche, turno para el checo Adam Ondra; el joven de dieciséis años, escala con una fluidez abismal rozando en algunos momentos la ingravidez, pero al final cae acariciando el top y firma una actuación idéntica a la de Ramonet. Turno final para poner el broche de oro a la noche. Patxi Usobiaga tenía que hacer la vía si quería ganar. A pesar de ser el máximo favorito, Patxi falló muy abajo y tuvo que conformarse con la quinta plaza.
Un final inesperado pero emocionante en lo que lo más positivo fue la vuelta al podium de Ramón Julián.
Víctor Fernández