Adam Ondra ha firmado una página más de la historia de la escalada. Después de sus logros en deportiva y búlder –tanto en roca como en competición– y de haber protagonizado algunas de las ascensiones de vías largas más exigentes del planeta, ahora acaba de escalar la gran referencia de la línea más extrema del big wall mundial, el Dawn Wall de El Capitan (Yosemite). Sus credenciales, por si alguien no las conoce a estas alturas, son 32 largos para superar 900 metros de desnivel y dificultades máximas de hasta 9a.

Una vía moderna con historia
El proyecto Dawn Wall empezó a tomar forma en la cabeza de Tommy Caldwell en 2007. Su idea era escalar El Capitan en libre por su sección más lisa y desplomada, el muro del amanecer (Dawn Wall en inglés). Para ello, trazó una línea que reseguía buena parte de Mescalito (durante los primeros años de intentos, se conoció como el proyecto Mescalito), algunos largos de New dawn y ciertas variantes que buscan las mejores opciones para escalar en libre.
En 2009, se incorporó al proyecto Kevin Jorgeson, que no tenía experiencia previa en big wall. Desde entonces, no pasó un otoño sin que ambos dedicaran más o menos tiempo a desentrañar los movimientos de la monstruosa línea y a concretar los espacios en blanco del recorrido.
En la octava temporada en la pared de Tommy Caldwell y la sexta de Kevin Jorgeson, el dúo conseguía la primera ascensión en libre del Dawn Wall. Iniciaron su intento el 27 de diciembre de 2014 y lo concluyeron el 14 de enero de 2015. Fueron un total de 19 jornadas en la pared, escalando en estilo cordada, es decir, con ambos escaladores encadenando todos los largos, alternando su posición como primero o segundo de la cordada.
La liberación del Dawn Wall obtuvo una resonancia mediática mayúscula. Tommy Caldwell y Kevin Jorgeson fueron informando de su evolución a través de redes sociales como Instagram, Twitter y Facebook. Aficionados de todo el mundo los fueron siguiendo paso a paso. Millones de telespectadores se enteraron de la noticia por los noticiarios y periódicos generalistas, que cubrieron la información. E incluso el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, felicitó oficialmente a los escaladores a través de su cuenta de Twitter.
El trabajo de Adam Ondra, una cuestión de estilo
Evidentemente, todos los escaladores del mundo estuvieron pendientes del trabajo de Tommy Caldwell y Kevin Jorgeson en su momento. Y no pocos de ellos comenzaron a soñar con una repetición nada más ver a los estadounidenses saliendo por arriba en El Capitan. Alguno, más que soñar, empezaba a hacer planes para viajar a Yosemite en cuanto tuviera la ocasión.
De hecho, Adam Ondra no había visitado Yosemite jamás. En varias entrevistas y declaraciones durante este año y medio largo que ha pasado desde la liberación de Caldwell y Jorgeson, el escalador checo ya había apuntado que quería ir a probar el Dawn Wall. Algunos le criticaban por osado, pues el granito de Yosemite es muy particular y quizás debiera primero ir a conocerlo antes de enfrentarse a su vía más dura. Tampoco las ascensiones con hamaca son la especialidad de Adam Ondra, que suele escalar sus objetivos mucho más rápidamente.
A pesar de todo y de todos, Adam Ondra viajó este otoño a Yosemite por primera vez y no se pudo resistir a los encantos del Dawn Wall. Llegó, vio y se metió directamente en el Dawn Wall, tras sólo un par de días familiarizándose con la roca del lugar. Eso sí, prestó atención a las exigencias éticas de Yosemite y, en lugar de comenzar a probar los movimientos lanzándose en rápel desde arriba, lo hizo escalando desde abajo, fijando cuerda para progresar en artificial posteriormente.
Paréntesis en The nose
A media vía, Adam Ondra hizo un paréntesis en el Dawn Wall para convertir en realidad otro sueño: escalar la mítica The nose con su padre. Lo hicieron en el día, aunque al genio checo se le resistieron los largos clave de la vía (los famosos The Great Roof 8a+ y Changing Corners 8b+) y, por tanto, el encadenamiento. Aquella escalada sirvió para armar a los críticos y los escépticos, que no han dejado de sembrar sus dudas sobre las posibilidades de Adam hasta el final.
Cumplido el trámite en The nose, Adam Ondra regresó al Dawn Wall, donde se ha centrado ya de forma exclusiva desde entonces. Durante los siguientes días, desplegó un método sistemático y eficaz: primero terminó de escalar todo el itinerario, para salir por arriba y dejar montadas todas las cuerdas fijas que le permitirían continuar más cómodamente con su trabajo.
A continuación, se fue dedicando a matizar los movimientos tramo a tramo, sin preocuparse tampoco en exceso por encadenar todos y cada uno de los largos. El viernes 11 de noviembre informaba que ya tenía la vía donde quería y que, después de descansar durante el fin de semana, iba a comenzar el intento de verdad el lunes siguiente.
Un encadenamiento retransmitido
Adam Ondra ha hecho gala de una transparencia y una eficacia comunicativa magnífica durante su intento de encadenamiento. Su compañero de cordada, el también checo Pavel Blazek, y él mismo fueron actualizando continuamente sus cuentas de Instagram, que se ha convertido en el principal altavoz de la aventura. También su patrocinador Black Diamond ha ido informando sin cesar a través de sus redes sociales.
A diferencia de Tommy Caldwell y Kevin Jorgeson, que fueron alternando largos como primero de cordada, Adam Ondra ha realizado toda la ascensión de primero, mientras Pavel Blazek quedaba relegado a la figura de asegurador. Los acompañaba además el prestigioso fotógrafo Heinz Zak. Este hecho ha redundado en un aumento del ritmo de la ascensión, pues sólo dependía de su propio acierto y no del de dos escaladores. De esta manera, Adam ha podido completar el encadenamiento en 8 días, rebajando notablemente los 19 que invirtieron Caldwell y Jorgeson.
Inicio fulgurante y dudas en la travesía
El intento de Adam Ondra comenzó de forma fulgurante. El escalador checo superó nueve largos el primer día, cinco de ellos de octavo grado con un máximo de 8b+. Al día siguiente continuó a ritmo hasta llegar justo debajo de la travesía que conforma la clave de la ascensión. Esa segunda jornada, superó el primer largo duro de la vía, el L12 (conocido como Molar Traverse y cotado de 8c).
El tercer día, sincronizándose con las previsiones de lluvia, fue destinado a descansar y recobrar fuerzas de cara a los largos siguientes, los más duros del itinerario. El jueves 17 de noviembre Adam Ondra tenía en el programa los dos largos de la Grand Traverse, ambos de 9a. Y por mucho que lo intentó (hasta siete pegues), no consiguió superar el primero de ellos. El escalador checo había escalado nervioso y presionado, y su frustración de ese día alimentó de nuevo las críticas de los escépticos.
La recuperación y el encadenamiento
Pero no duró mucho esa situación. De hecho, Adam Ondra lo resolvió de un plumazo al día siguiente, encadenando de una tacada tanto el L14 como el L15, ambos de 9a. Se garantizaba así prácticamente el encadenamiento de la vía, exceptuando un accidente o un cambio radical e inesperado de las condiciones meteorológicas.
Ninguna de las dos circunstancias excepcionales se dio, sino que Adam continuó escalando ya con la moral por las nubes en dirección al cielo de El Capitan. El sexto día realizó una nueva demostración de poderío, alzándose hasta la Wino Tower y dejando resueltos todos los largos de octavo grado que quedaban (cinco ese día).
Los primeros dos de la jornada fueron los que conforman el Loop Pitch, es decir, el tramo del Dawn Wall que Tommy Caldwell y Kevin Jorgeson resolvieron de forma diferente. Adam Ondra, que inicialmente había pensado en unir los dos largos del Loop Pitch (que evitan el famoso Dyno Pitch) en uno solo. Sin embargo, cuando se encontró en situación, lo hizo igual que Tommy Caldwell en su día.
Las previsiones de lluvia todavía le hicieron retrasarse un día más en la pared. Sin embargo, ya nada se interponía entre Adam Ondra y el encadenamiento del Dawn Wall que llegó ayer 21 de noviembre (la madrugada, hora española).
Desglose de largos
Día 1: L1 7b, L2 7c+, L3 8a+, L4 7b, L5 7c, L6 8a+, L7 8b+, L8 8b, L9 8a+.
Día 2: L10 8b+, L11 8a+, L12 8c (Molar Traverse), L13 7c.
Día 3: Descanso.
Día 4: Sin progresión.
Día 5: L14 9a (First Traverse), L15 9a (Grand Traverse).
Día 6: L16 6c+ (Loop Pitch), L17 8b+ (Loop Pitch), L18 8a+, L19 8a+, L20 8a+, L21 8b (Wino Tower).
Día 7: Descanso.
Día 8: L22 7b+, L23 5c, L24 6c, L25 6c, L26 7a, L27 6c+, L28 7b+, L29 7b, L30 7b, L31 7c+, L32 7b.
Hola, buen articulo e increible ascensión. Para molestar un poco solo apuntar que el loop pitch no es 6c+ que sino lo habria subido adam mientras desayunaba;-)
Lo que escala el tío¡¡¡ y las fotos ya ni te cuento… Felicidades a él y a todo su equipo, que también se lo ha currado.
Máquina! Encima más majo que el pan, felicidades!!
Por favor una prueba de sangre, solo para asegurarnos de que es color rojo.
Hay en la red reflexiones muy interesantes de Jogerson y Caldwell, valorando la ascensión. También del mismo Ondra, que ya sueña con volver en unos años para darle una vuelta de tuerca. Este chaval está marcando una época, necesitamos perspectiva histórica para poder valorarlo. Genial también que su ascensión avala y confirma el tremendo logro de los americanos que abrieron el camino que él ahora ha mejorado. Y poder seguirlo por instagram y las web es realmente divertido.
Este chico es de otro mundo. Íncreíble. Felicidades