Las dos escaladoras más en forma del panorama nacional –con el permiso de Eva López- han dado la campanada con el encadenamiento casi simultáneo de Aitzol 8c de Margalef. Helena Alemán y Daila Ojeda han estado oprobando conjuntamente la vía y la una ha alimentado la motivación de la otra hasta conseguir el mejor resultado posible, con las dos alcanzando la cadena.
Esta primera ascensión femenina de Aitzol es una de esas historias bonitas que suceden pocas veces y que van más allá de un escalador, una vía y un grado. Es la crónica del esfuerzo compartido, de un objetivo común y del éxito global.
“Es una cosa para recordar, estuvo muy guay”, exclama Daila Ojeda, que consigue con Aitzol su segundo 8c, después de haber encadenado en febrero Fisheye, en la escuela de Oliana. La canaria explica cómo “estábamos probando la vía juntas estos días; antes de ayer, las dos le dimos un pegue super bueno y nos quedamos cerca de encadenar. En principio, ayer Helena no iba a venir a Margalef y yo ya pensaba que no me motivaría tanto y quizás no conseguiría encadenarla, pero al llegar a la pared, ¡ella ya estaba allí y ya la había hecho! Así que no tuve más remedio que hacerla yo también”. Las dos la encadenaron en el primer intento del día.

Solución compartida e intransferible
Aitzol es una vía abierta por Andoni Pérez un par de años atrás, y escalada por numerosos deportistas punteros tanto españoles como Dani Andrada, Ramon Julián, David Gambús o Marco Jubes, como extranjeros como Magnus Midtboe (al flash), Felipe Camargo o Jon Cardwell entre otros. Se trata de una línea “de unos 25 metros bastante a bloque, explosiva, con agujeros para tridedos y bidedos, con pasos largos y lo más duro concentrado en tres chapas”, define Daila.
La escaladora canaria señala que “no es el estilo de vía que acostumbro a probar, sino que me gustan más las vías más largas de resistencia, pero me animé a probarla, ya que Chris también tiene un proyecto por allí”. Daila Ojeda explica que ella había sacado “un nuevo método en la sección dura: mientras todo el mundo me decía de ir por la izquierda, con pasos muy largos, yo me fui por la derecha, donde había pasos más cortos con los pies muy arriba, que me va mejor a mí… Lo bueno fue que, al ver a Helena, ¡ella hacía lo mismo que yo! ¡Y no me había visto todavía! Somos las únicas que hacemos esa secuencia, es algo solo para nosotras”.
Consenso en el grado
A pesar de no ser un 8c duro, el consenso en el grado es más que generalizado, sobre todo comparándolo con la dificultad de otras vías cercanas de 8b+. Para Daila Ojeda, encadenar Aitzol es “cumplir un objetivo, y además sin pensarlo, ya que en verano no suelo escalar y en octubre todavía estoy flojita; tenía esta vía como proyecto duro y ahora estoy super motivada para otros proyectos que tengo en Oliana y Santa Linya”. Helena Alemán, por su parte, no deja de coleccionar 8c’s. Aitzol es su cuarta vía de este grado, después de haberse estrenado con Peti qui peti (Sant Llorenç del Munt) en junio, haber continuado con Inuït (también en Sant Llorenç) en septiembre y haber sumado el tercero con L’espiadimonis la semana pasada en Margalef.