Diego Marsella ha conseguido un objetivo que llevaba tiempo buscando, subirse a la cadena de su primer 9a. Lo ha hecho con la primera ascensión de L’ordre dels factors + El super món, una combinación de vías en el sector La Bauma de Sant Miquel del Fai (Barcelona) que resolvía esta misma semana.
El escalador argentino, de 40 años, ya apuntaba que tenía los ojos puestos en el número nueve en la entrevista publicada por Desnivel.com la primavera de 2011, una época en que le estaba dando pegues a La novena enmienda y Fuck the system en Santa Linya. Él mismo cuenta que había estado muy cerca de encadenar esta última vía: “Me he caído siete veces muy cerca de la cadena, dos de ellas el mismo día”. También se había medido a Papichulo en Oliana o Era vella en Margalef.
No es esconde al afirmar que “el noveno grado es uno de los objetivos que me trajo a vivir a Catalunya acompañado de mi mujer Gaby y mis dos hijas, dejando mis otras actividades, padres, hermanos y amigos en Argentina, lo cual además de ser motivador para encarar nuevos proyectos toma un valor importante en esta etapa de mi vida, tanto en el aspecto deportivo como en el personal, pudiendo integrar la escalada como una forma de vida”.
La zona
Pero su momento no llegó en ninguna de las escuelas más internacionalmente conocidas, sino que lo ha hecho en la más pequeña zona de Sant Miquel del Fai, un encantador enclave histórico y natural situado a medio camino entre Sant Llorenç del Munt y el Montseny. “La Bauma tiene una energía rara pero a la vez te deja escalar, la naturaleza se hace escuchar, sobre todo en los horarios en que hay viento, ya que los sapos y las ranas ofrecen un concierto que, de repente, cuando se va el viento, todo vuelve al silencio”, describe Diego Marsella.
Fue a finales del año pasado, cuando el escalador argentino conoció La Bauma de Sant Miquel del Fai: “Ese día trepamos y le pegué un vistazo a una travesía de la que Ramon Julián había hecho la primera ascensión y la había cotado de 8b (L’ordre dels factors no altera el producte), y enseguida me llamó la atención. Consta de 27 movimientos, con la dificultad concentrada en los últimos doce, con canto pequeño y movimientos de techo, para mí explosivos”, señala.
Empezó a probar la vía por secuencias y su motivación por escalar en aquel lugar fue creciendo, a medida que iba encadenando: “Penjim penjam 8c, El super passeig 8b+, El super món al revés 8c/+ y también hice la conexión entre Penjim y El super món al revés (El super penjim 8c), que se conectan en los últimos diez metros y comparten cadena”.
Travesía y combinaciones
“Finalmente, pude encadenar y hacer la segunda repetición de L’ordre dels factors no altera el producte y, a partir de ese momento, empecé a pensar que se podía conectar esa travesía con cada una de las vías, ya que su comienzo se encuentra a la izquierda del inicio de las vías”, indica el escaladora argentino, quien añade que “la primera por conectar era El super món al revés”.
De este modo empezó a intentar una combinación llamada a ser la primera de una serie, un proyecto en el que coincide con dos activos equipadores en Sant Miquel del Fai, Martí Iglesias y Eloi Burda. Además, “parte de la decisión de probar el proyecto tenía que ver con que está a cuarenta minutos de casa, y además se complementaba con los horarios del trabajo ya que entre las cuatro y las ocho de la tarde hay un corredor de viento que llega desde el valle del Monasterio y es como tener un ventilador constante que refresca y mantiene secas las presas para el verano”, razona Marsella.
Él mismo cuenta que las vías del sector “en general son físicas, recorren la Bauma en sentido transversal y tienen una particular característica con formaciones en forma de mocos gigantes que se desprenden del techo”.