David Palmada ‘Pelut’ nos tiene acostumbrados a aperturas de extrema dificultad y gran compromiso. Su figura está asociada a vías como Oju peligru A6+ en el Titán de las Fisher Towers (Estados Unidos) o Sensacions (A4R/C3/6c+/M6/70º/VI, 1.400 m) en la canadiense isla de Baffin. Ambas la valieron ser galardonado en los Premios FEDME a la mejor actividad de escalada en pared del año 2009 y 2010, respectivamente. Por eso puede parecer sorprendente que se emocione con la última nueva vía que acaba de abrir en el destino escasamente exótico del Tozal del Vero (Aragón) y que registra unas dificultades sólo de A2+/AE.
Pero Pelut es de los que se deja llevar por la motivación y las sensaciones, y que sabe apreciar atributos tales como línea evidente, roca perfecta y escenario espectacular. Y esas son las razones por las que califica como adjetivos exclamativos como “impresionante, alucinante, orgasmática” la nueva vía Nosferatum wall A2+/AE, abierta junto a Lluís Alejos en la gran bóveda del Tozal del Vero. “Es un sitio realmente flipante, que te pone las pilas y la motivación por las nubes”, asegura David, que no tiene ninguna duda de que “esta sí es una vía que pienso repetir, y no sólo una vez; es una auténtica flipada de vía, una de esas líneas que están ahí, en el olvido, en un rincón de mundo acariciada por la suave brisa y el rumor del río Vero, salvaje y desplomada, así es esta pared”.
Crónica de la ascensión
Como siempre, la historia empieza de una manera poco común. Pelut y Alejos se conocieron hace un mes en la zona de Els Ports, cerca de Amposta, donde reside el segundo. “Charlamos un rato y me dijo que hacía mucho tiempo que no hacía artifo, que le costaba mucho encontrar compañero y que si quería ir a escalar con él que le llamara”, explica Pelut, quien añade que “y, claro, el zagal no sabía lo que me había dicho; sólo nos habíamos visto unas horas y la siguiente vez que nos vimos ya estábamos colgados en la mega bóveda”.
Nosferatum wall se compone de cinco largos, “todo ellos súper aéreos y vibrantes”, según Pelut. El primero asciende directo hasta el techo, “donde podremos pitonar a discreción siempre en tendencia a la derecha, y en donde casi todas las piezas quedan perfectamente encajadas en este puzzle de roca y desplome”, explica. Después de dos largos que siguen esa tendencia a la derecha, vienen los dos últimos, que buscan la salida del techo. La vía abierta por Pelut y Alejos no continúa hasta la cumbre, sino que termina tras salir de la bóveda, con un rápel de 90 m.
La línea que sigue la vía es más que obvia, según David: “La primera vez que vi la pared, no había llegado ni a pie de vía que ya tenía visualizada la línea a seguir; no es que sea un superdotado ni nada de eso, es que la línea es súper evidente y lógica; la misma pared te lleva al final por un sistema de fisuras”. Además, cuenta que “la primera impresión es que la roca no será de mucha calidad, pero una vez emprendemos el viaje a lo desplomado podremos llegar a flipar de la calidad de su roca; realmente nos sentiremos como unos auténticos murciélagos colgados boca abajo todo el rato, aunque nosotros nos sentíamos como auténticos vampiros, sedientos de roca… Nosferatu nos vigila cada noche, allí está, escondido detrás de algún techo vigilando cómo progresan esos dos pequeños murciélagos en busca de la verticalidad”.
Como conclusión, Pelut señala que “la vía es súper acrobática y disfrutona, no puedo dejar de pensar en la felicidad sentida por poder abrir una línea de estas características en la que cada metro abierto te conduce a otro mejor y con más ambiente”, e invita a todos los aficionados a la escalada artificial a descubrir esta vía en la gran bóveda del Tozal del Vero: “Si os gusta el artificial y amáis el vacío, esta es vuestra vía; no hay excusa de ‘muy difícil para mí’ o ‘uf, demasiado extrema’, pues la vía no pasa del A2+, eso sí, el ambiente es sencillamente brutal”. “No hay excusa tampoco por el tiempo, ya que aquí nunca llueve… así que no seáis perezosos, cogeros un buen surtido de clavos, una buena cámara de fotos e ir a ver si podéis sacarle alguna foto a Nosferatu mientras os coumpiáis en el más salvaje de los vacíos”, concluye.