La entrada en su blog del día de Nochebuena, titulada El último artificial por resolver del Pequeño Galayo es el detonante. David Bautista, el guarda del refugio Victory de Galayos y uno de los mejores conocedores de las vías del lugar, había resuelto en libre el último largo de artificial que quedaba en el Pequeño Galayo, el penúltimo largo de la Vía del Guarda, de A3 y ahora forzado entorno al 7b.

A raíz de esa actividad, hemos querido hablar con el protagonista para que cuente cómo ve el potencial de futuras liberaciones duras en la roca de aquellos lares. Dibuja un panorama halagüeño para los amantes de la escalada de aventura. Profundizamos sobre qué es y qué le atrae de la escalada en libre.
¿Qué te mueve a intentar liberar antiguos artificiales?
Desde hace mucho tiempo, me ha motivado pasar en libre en aquellos pasos en que había que traccionar de unos clavos o en secciones más largas, donde se usan estribos todo el largo. Pasar únicamente con mis manos y pies y el sustento de la roca es algo excepcional para mí.
¿Cómo trabajas un largo que te planteas liberar, cual es la logística?
Lo primero, me tiene que llamar la línea. Aunque, en el caso de Galayos, lo escalo todo aunque no sea muy atractivo, por conocer cada metro de sus líneas y así aprender en cada paso. Me tiene que atraer por su gestualidad y, muy importante, buscándome las mañas para protegerme… en algunas ocasiones echando mano de la creatividad, debido a la poca evidencia de los emplazamientos, lo que te da experiencia, mucho rodaje en la autoprotección y confianza psicológica.
Luego, ver bien sus posibilidades para el libre. Normalmente, y a excepción de algún caso, entrándole a vista y dándolo todo y, si la suciedad del largo o la exposición es muy alta, me cuelgo… o directamente he volado forzando, como me ha pasado en tres ocasiones esta temporada, siempre de clavos que gracias a Dios me han aguantado. Entonces, estudio bien los posibles emplazamientos y los movimientos para resolver la secuencia. Si me apetece, lo hago en ese momento, aunque lo que suelo hacer es seguir adelante y terminar la vía, y cuando tengo otro rato vuelvo a intentarlo.
Si el largo me da miedo y es un artificial expuesto, como me ha pasado en un proyecto que he trabajado en el Pequeño Galayo, lo hago de forma diferente. Durante dos días, he trabajado el largo clave de artificial, centrándome sólo en ese largo y probándolo en top rope. Para ello, accedía desde arriba, ya que en este caso el largo que quería liberar se encontraba en la penúltima tirada de la vía y no era práctico hacer cada día toda la vía para probar ese largo que era el que me interesaba liberar. Y es que no tengo todo el día para estar en pared; aprovecho algún rato que tengo libre en el refugio o, en muchas ocasiones (no para probar un largo duro), escalo las agujas después de dar las cenas, con la luz de la luna o del frotal. Un tiempo de silencio y contemplación me reconfortan después de un día duro…
La seguridad de conocer los pasos me dio la confianza suficiente en este caso para ir avanzando con cuidado y con éxito para no caerme y hacerme daño.
¿Qué potencial existe en Galayos para más actividades de este tipo?
Galayos tiene mucho potencial para futuros proyectos. Hace unos meses, me mandó un correo el fotógrafo Bernardo Giménez en el que me preguntaba si en Galayos había fisuras de calidad y de mucha dificultad para un proyecto que estaba buscando Nicolas Favresse y poder fotografiarlo. Le contesté que en la peña del Águila aún hay artificiales que escaladores fuertes seguramente podrán liberar. De momento, está liberada la Luna por Dani Andrada y otros escaladores después, y la Vía de Brian por Chemari y Luis Gómez hace dos temporadas. Fue una de las mejores actividades de libre de los últimos años. Quedan aún por liberar El sueño del navegante los largos superiores y el resto de artificiales. Escaladores como Juanjo Cano e Iñaki Casillas, que están repitiendo las vías de la peña en artifo, tienen buena info de como se encuentran equipadas y de las posibilidades de libre…
En la Aguja Negra, por ejemplo, hay aun tres vías con varios largos de artificial: la Vía de los pekers A3+, Pilar Norte A2 y A la vista de todos al alcance de pocos (A2+, 6c+ obl.), con más posibilidades de libre las dos últimas. Son vías menos cómodas para probar, por el hecho estar algo más lejos, con lo que se necesita tiempo y motivación para limpiar y probar los largos, y porque suponen un compromiso que normalmente los escaladores que suben a Galayos no asumen; prefieren probar otros proyectos más limpios y repetidos. Son pocos los escaladores con el perfil de escalar vías duras y en libre.
Un factor importante que influye en el interés de la gente, independientemente de si son vías duras o fáciles, es la poca informacion que hay de la gran mayoria de rutas. Y la que hay se centra en la clásicas de siempre. Este hecho influye -como la pescadilla que se muerde la cola- en que el resto de vías estén cada vez más sucias, con material mas vetusto y por lo tanto menos atractivas y todavía menos para la escalada libre. Es curioso que este año hemos podido pasar en libre por artificiales que no pasaban del 6b y estaban reseñados como A1 o A2, como es el caso de la bonita y picante placa del L3 de la Mayral a la Punta Díaz Rubio.
¿Eres consciente de los escaladores que suben a probar otras vías que no sean las clásicas de siempre?
Desde los 14 años que llevo subiendo al Galayar, me he ido dando cuenta de algunos cambios, y más aún en estos últimos años en que estoy más involucrado en la zona. Aprecio un pequeño colectivo de jóvenes escaladores que suben los fin des de semana y algunos incluso pasan temporadas más largas conmigo. Como el afable Tato, novato en las escaladas galayeras, pero que ya se ha adaptado a la autoprotección; o Dieguito y Andros, que quieren escalar con afán todas las líneas que puedan en el día y que este año han cepillado recuperando la bonita línea Rosa de los viento 7a del Torreón, con la consecuente repetición en libre de unas seis cordadas más; o Marcos y Juaco, otra cordada que sube varios fin de semanas al año con motivacion e ilusión, destacando el encadenamiento pendiente de la temporada pasada del estético y vertical diedro Flores por Juaco; o David Gilabert y compañía, que han creado nuevas líneas enfocadas al libre duro como la reciente última vía abierta en el Torreón Patiño Babiloni (situada a la izquierda de la Game 7a+) o el posible octavo de la Torre Gregoria.
Proyectos, hay infinidad. Es necesario escaladores fuertes, motivados, con creatividad y con tiempo para dedicarle a las agujas.
¿Hasta qué dificultades máximas estimas que pueden llegar las liberaciones?
No sé, me imagino que las dificultades máximas y límites nos las pondrán las nuevas generaciones fuertes, que se motiven y marquen la pauta de su arte y creatividad en las verticales paredes de los Galayos, como ha pasado a lo largo de la historia. Siempre y cuando se quite el aura de que Galayos es una escuela peligrosa y con exposicion. Hay rutas para todos los gustos y en muchas de ellas podemos poner seguros a nuestro antojo. Cuando esto cambie, seguramente subirán más escaladores deportivos. Al fin y al cabo, es de la disciplinas que junto con el bloque cuenta con más adeptos entre el colectivo de jóvenes escaladdores actualmente. Transfiriendo esa técnica, potencia y fuerza que te dan estas disciplinas a los largos más duros de las paredes del Galayar, se podrán encadenar actividades muy difíciles.
A día de hoy, contamos con vías como la Mustang en la cara sur del Capuchino, la Luna en la Peña del Águila. Son vías de dificultad y con un grado asentado a base de repeticiones, que se han convertido en un referente en Galayos.
¿Tienes ya otros objetivos marcados?
En un sentido más amplio, me motiva hacer todas las vías que me quedan por escalar en las agujas. De hecho, en ese aspecto soy muy coleccionista e intento no repetir ninguna línea y, si me toca hacerlo, escalo de primero los largos que me di en su día de segundo. Por las tardes, cuando tengo tiempo en el refugio, releo las guías y croquis para ubicar bien antiguas líneas que incluso se han perdido o han sido reabiertas parte de la línea original por otras nuevas, como ocurrió con la perdida via de las Marías en el Capuchino.
Y a todo esto, si me encuentro motivado y fuerte, añado el pasar en libre por donde ya se ha pasado o por aquellos largos que aún quedan por liberar. Es algo que me inspira y me llama, ya que el artificial no tiene para mí interés y, a partir de cierto grado, me da respeto aunque para ciertas maniobras en pared me vea obligado a utilizar sus técnicas. Fuera de estas situaciones, prefiero recibir la informacion directa que me da cuando agarro con mis manos directamente la roca y siento la danza de progresar con cierta fluidez, ¡algo que me fascina!
Concretando, me gustaría centrarme en algunos proyectos del Torreon, Punta Mónica y encadenar el diedro Flores, en el que este año me caí a tres metros de la reunión por ir desconcentrado y casi sin luz…
¿Cuáles serían las ‘reglas básicas’ del ‘liberador’? Es decir, ¿qué se puede/debe hacer uno para que su ascensión sea considerada en libre?
Lo primero, decir que las reglas del juego se las pone uno mismo asumiendo el nivel de compromiso que quiera afrontar. Si nos ceñimos al concepto estricto de libre, se entiende que se trata de una escalada en la que el escalador no se agarre ni descanse en la cuerda ni en ninguno de los seguros que usaremos, en este caso, única y esclusivamente para asegurar las posibles caídas. Son sólo elementos de la cadena de seguridad, por lo que se progreserá sólo usando los relieves de la roca con nuestras manos y pies.
Teniendo claro esto, tendrá un valor más o menos deportivo si se sube encadenando en top rope, encadenando desde abajo, con los seguros puestos o no y otras muchas variables. Está claro que lo más puro o valorable a nivel deportivo es subir a vista poniendo los seguros y encadenando en libre.
¿Qué recomendaciones les darías a los escaladores que estuvieran planteándose ir a Galayos para escalar en libre vías que nunca se han hecho en este estilo?
Que lo disfruten con intensidad, dejen volar su imaginacion y materialicen sus sueños en los tallos graniticos del Galayar, que hay sueños verticales para todos. Que tengan cuidado y no se fíen de todos los clavos, y que luego dejen la info junto con una reseña en el refugio para que otros se inspiren y vayan a probar.