“Renato Casarotto fue, en mi opinión, uno de los alpinistas más impresionantes de todos los tiempos, y ha sido una gran fuente de inspiración para mí”. Así comienza Colin Haley la explicación de su última gran actividad en Patagonia. El escalador estadounidense ha vuelto a escalar el Fitz Roy en solitario, esta vez por el Pilar Goretta, como hizo el italiano allá por 1979.
Colin Haley ya había escalado en solitario el Fitz Roy en 2009, por la Supercanaleta. Y el pasado mes de septiembre lo hizo por primera vez en solitario invernal, siguiendo la misma línea de la cara oeste.
Tal como recuerda Colin, “entre muchos logros increíbles de escalada de Casarotto, estuvo la primera ascensión del pilar norte del Cerro Chaltén (aka Fitz Roy), que, como muchas de sus ascensiones, realizó en solitario”. Para él, y a pesar de un intensivo uso de cuerdas fijas, “fue algo increíble”.


El sueño de una década
Durante más de diez años, Colin Haley ha estado soñando con repetir aquella hazaña de Casarotto escalar el Pilar Goretta en solitario. Más de una década en la que ha perfeccionado su técnica constantemente. Una vez más, el verano pasado estuvo practicando el autoaseguramiento en Chamonix y, en este viaje a El Chaltén, tenía ya el Pilar Goretta en solitario entre sus objetivos principales.
La oportunidad llegó con la amplia ventana de buen tiempo que se abrió la semana pasada. En lugar de ir a buscar la base del pilar por el inicio de la vía Casarotto, Colin Haley optó por lanzar su intento a través de Mate, porro y todo lo demás, “que es una vía de alguna manera más difícil y sostenida, pero con una aproximación más fácil y segura”. Dean Bowers y Rolando Garibotti trazaron esta línea hasta la cima del pilar en 2008, y los eslovenos Matjaz Dusic y Lovro Vrsnik la llevaron hasta la cumbre del Fitz Roy en 2011.

Un desafío enorme
Colin Haley comenzó su escalada poco antes de las nueve de la mañana del 17 de enero, y alcanzó la cumbre del Fitz Roy pasada la medianoche del día 19. Estas son sus impresiones, tal como las expresa en sus redes sociales:
A pesar de que he hecho mucho alpinismo en solitario anteriormente, casi siempre ha sido sin vivacs, así que esta escalada era un estilo diferente del que estoy acostumbrado. Además, excepto en los últimos 200 metros de terreno más fácil hasta la cima del Cerro Chaltén, me autoaseguré aproximadamente el 97% de los más o menos 1.200 metros que tiene la vía.
Aunque evité la intensidad psicológica del solo integral, el peaje físico de tanto autoaseguramiento fue descomunal, compuesto por el equipo de mayor peso que cargado por mi cuenta en las montañas.
Esta ascensión ha sido una experiencia fuerte para mí. Un desafío enorme, una ascensión de la que me siento muy orgulloso.