Si hay algo realmente difícil cuando llamas a Dani Andrada es no pillarleescalando. Ahora, mientras va camino de Siurana, intenta contarme detalladamente la últimapieza de su colección rotpunktera, la atractiva HotelSupramonte (400 m, 8b), que se embolsaba hace pocos días en una nuevaescapada a la Isla de Cerdeña. ¡Dichosa cobertura! No hay forma. «Dameveinte minutos y hablamos cuando estemos ya en Siurana».
Vale. Mientras tanto uno repasa su anterior viaje a Cerdeña en primaverajunto al valenciano Pedro Pons, y cómo en aquella ocasión, la lluvia sólo lesdejó tantear levemente la vía, antes de inundar una garganta y obligarles acostosas maniobras espeleológicas para recuperar el material.
Desde entonces, Dani no había escalado demasiado. Una inoportuna y aparatosalesión de rodilla -un «meteorito» caído de las alturas le dejó laarticulación triturada- le había tenido algunos días parado (demasiados sihablamos de este auténtico «enfermo» de la vertical). Pero medianamente recuperado (no podía doblarla completamente), y con la motivación a tope, se juntó con el francés Daniel Dulac y se plantó de nuevo en las gargantas deGola di Gorropu, y a las puertas del Hotel, con la vista puesta en su últimaplanta.
¡Ya hay cobertura!
Por fin la telefonía cumple su parte del trato, y Dani me cuenta cómo fue elviaje. Dos semanas y pico con Dulac que dieron para mucho. Desde llevarse deltirón y alternándose todos los largos del Hotel Supramonte, hasta abriruna nueva línea de siete largos, Viaje de locos, junto a la supervía abierta (desde abajo) porBeat Kammerlander y Pietro Dal Prà, Conle ali sotto i piedi, que, evidentemente, también probaron.
Pero vamos por partes. Los «Danis» se plantan bajo el Hotel, pactando como repartirse los largos. «Como yo ya tenía encadenados loscuatro primeros, dejé que Daniel los probara a vista». Y con buenresultado. Onsight en todos para Dulac (7c, 8a, 8b, 8a+), que cayó en elquinto, momento en el que Dani se puso de primero, resolviendo la quinta tirada,la más dura de la vía, y en la que algunos de sus pocos repetidores han necesitado de algún AO. Ydesde ahí hasta arriba, incluido el último largo, a pesar de ser seriamente expuesto (50m, 6b+ y dos seguros) y «bastante feo. Primero tiene una rampa tumbada muyfácil hasta un pequeño desplomito donde hay un seguro, y después otra planchade 20 metros sin chapas hasta otro pequeño bombe donde está el otro seguro.Pero los largos buenos están abajo».
Hora del taladro
Dani iba realmente a eso, a dejar una nueva línea en este muro de «agujeros, columnas y roca muy buena, muy sólida». Y el resultado, después de cinco días de «curro», fue bautizado Viaje de locos: 270 metros repartidos en siete largos, uno de ellos común con la vía de Dal Prà y Kammerlander. Algo que lespermitió abrir desde arriba los cuatro primeros, y escalando los dos últimos (Dani tuvo cuatro «pires» con la máquina a cuestas) una vez superado el vivac que caracteriza a este muro.
Lo que «asusta» son los metros y los grados, y eso que el equipamiento es bueno (parabolt inoxidable y reuniones con cadena) y no haytaquicárdicos alejes como en la vía vecina, abierta íntegramente desde elsuelo. Para empezar, un 8b de chorreras y 50 metros. Las tiradas restantes, 35 my 7c+ siguiendo toda una columna, 30 m y 8b+, 50 m y 8a+, 25 m y 7a+ (largocomún con la Kammerlander/Dal Prà), 45 m y 8a, y 35 m y 7b+. En resumen, unavía «bastante más difícil que Hotel Supramonte», queprobaron durante un día, y encadenaron, repartiéndose los largos de primero,al siguiente.
Tampoco se fueron sin «catar» Conle ali sotto i piedi, para Dani también más dura que Hotel Supramonte,pero no consiguieron resolverla completamente. El problema es que en el tercerlargo, «en principio 8b/8b+», se rompieron varios cantos, yconcretamente una presa clave sin la que Dani duda incluso que la secuenciasea posible…Habrá que esperar. De momento, el señor «Androide»pasará unos días en Siurana probando nuevamente su codiciado proyecto…La Rambla,aunque eso es otra historia…