Álvaro Novellón le ha cogido el gusto a escalar en invierno en el gigante de Picos. Comenzó con Zumbeltz, en 2008, su primer encuentro invernal en el Naranjo. Y, en 2010, cayeron El pilar del Cantábrico y Sueños de invierno, la primera encordado a Óscar Palacios y Unai Castresana y la segunda junto con Ferrán Martínez. Ésta última se convirtió en la segunda repetición invernal de Sueños después de pasar siete días en la pared (muchos menos que los doce días que necesitó el equipo ruso que en 2001 hizo la primera invernal).
Para 2011 la elegida ha sido Tramuntana (300 m, A4+ 7a+) –una línea dibujada por Pep Masip y Silvia Vidal en marzo de 1998– y el compañero, Unai Castresana. Comenzaron los porteos –tres y muy duros debido a nieve recién caída– el 26 de diciembre. El día 28 se meten en la pared y fijan los dos primeros largos, hacen los mismo con los dos siguientes el 29. El tercer día de escalada ya se embarcan en la tapia con todo el equipaje, montando el primer campamento en el L4 y resolviendo uno de las tiradas clave, la de A4+. Continuaron resolviendo pasajes y largos hasta el 3 de enero, cuando llegan a Rocasolano, donde termina Tramuntana; el anuncio de la entrada de un frente les hace bajar sin alcanzar la cima.
Aunque ha habido varias tentativas, la primera repetición de Tramuntana corrió a cargo de David Palmada Pelut, Xavier Sánchez y Bruno Bonastre (20 años) en el verano de 2007.
Álvaro nos ha explicado más detalles sobre su escalada:
¿De las vías que has hecho en invierno en el Naranjo cuál te ha parecido más dura?
Ésta última, Tramuntana.
¿Y en cuál encontraste peores condiciones?
Ahí está repartido. Quizá en Sueños. No nos cayó ninguna nevada pero nos tocó un largo que iba por canal que teóricamente era fácil, como 6a/A1, y estaba con hielo. No daba para meter tornillos, pero tampoco para meter otro tipo de seguros. En Tramuntana nos cayó una nevada, justo antes de meternos en el largo de libre [7a+], y lo tuvimos que hacer en artificial, que fue bastante penoso. Más o menos las dos estuvieron a la par en cuanto a condiciones.
¿En cuánto se convirtió este largo haciéndolo en artificial?
Graduar estas cosas es un poco complejo. Fue muy laborioso: placa, roca muy neta, no hay para meter demasiado y no es un largo que se haga en artificial. Un tramo de, por ejemplo, 6a en libre, en artificial puede resultar super complicado. Tampoco quiero decir que fuera expuesto. Nos costó muchísimo pasar por allí porque había que ir limpiando todo el rato para ver dónde se podía meter algo. En total hay cuatro chapas y un clavo en el largo. No sé…, A3 mínimo.
¿Hasta cuánto forzasteis en libre?
Poco, no sé. En realidad el único largo de libre es el de 7a+. Hice alguna salida en libre, pero para ahorrarme poner alguna pieza, no por forzar nada. Íbamos con pies de gato de invierno, que me resultan más cómodos que las botas si no hace demasiado frío. Subimos también pie de gato de deportiva, por si salía buen día, para hacer el 7a+, pero imposible.
¿Cómo os habéis encontrado la vía? ¿Material fijo, fue fácil seguir la línea?
Es una vía buenísima, no hay prácticamente nada. Quitando el largo de libre, en toda la vía no hay ni un solo espit, solo algunos en reuniones. Y tampoco mucho más. No es como otras vías, que ha pasado mucha gente y hay clavos y plomos; aquí no hay nada. En toda la vía nos encontramos tres plomos puestos y tres clavos. Y nosotros lo hemos dejado igual. El recorrido se ve, es lógico. Es una vía sobre todo de clavar, de clavos pequeñitos, y una vez que se abre un recorrido así, se nota, se ve por dónde va. No tuvimos problemas, excepto en un largo: intentamos seguir la vía original, pero no fuimos capaces de encontrarla y seguimos un trazado que había abierto Pelut, una especie de variante. No he hablado con él, pero imagino que sería porque no encontró la vía. Y al final seguimos el trazado de Pelut, que era lo más evidente y lo más recto. Quitando ese tramo, el resto es evidente, por fisuras, y se ve por dónde han clavado.
Llama la atención que solo tenga las repeticiones de Pelut y la vuestra, y la vía se abrió en 1998.
A posteriori me he enterado de que la ha había intentado bastante gente, pero aun así, los largos de abajo están muy limpios. En el primero encuentras algún clavo. Encuentras también algo en un tramito que coincide con la Sueños, y lo demás no es que esté limpio, es que está limpísimo.
¿Te pareció bien la graduación de A4+? ¿Cómo era este largo?
No he escalado una barbaridad en artificial como para graduar, y creo que era el primer A4+ que hacía. Era un largo de trabajar bastante, sobre todo de puntas de clavo, como casi toda la vía. Prácticamente todos los clavos falcados con madera, en agujeritos, clavos muy pequeños, y luego todo lo que se te ocurra: reforzar con friends aunque no queden bien, ganchos con alguna cuña. Es el largo más complejo de clavar. Plomos apenas de se emplean, sé que si se usaron en la apertura y la repetición anterior, pero si se puede evitar… prefiero dejarlos como último recurso.
¿Hablasteis con Sílvia, Pep o Pelut antes de la escalada?
No hablamos con nadie. A última hora encontré una reseña, creo que de Pelut, pero ya había decidido el material que iba a llevar: todo lo que pueda y más. Prefiero pasarlo mal al principio y hacer más porteos que tenerme que bajar por falta de material. Es el peaje que hay que pagar.
¿El momento más tenso de la escalada?
Unai se cayó en un largo y yo también en otro, pero lo normal, caídas tontas. No hubo momentos de sentir mucho peligro ni nada de eso. En un paso del largo de 7a+, para pasarlo en artificial estuve dos horas. En ese largo me tiré casi un día.
Cada vía invernal que has hecho en el Naranjo has cambiado de compañero, ¿es difícil encontrar gente con disponibilidad y dispuesta a pasar estas “penalidades”?
Es como ha surgido. Sí que es difícil convencer a alguien para ir para allá, que tenga tanto tiempo para hacer los porteos, esperar el buen tiempo, tener margen.
¿Qué tal la nochevieja en la hamaca? ¿Cuál fue el menú?
Este año no fue nada espléndido. En el Pilar sí llevábamos uvas y todo, pero este año una lata de albóndigas y poco más, y a las ocho, ya estábamos durmiendo…