Los cuatro alpinistas rusos llegaron a Asturias, hace ahora once días de la mano de Fernando Begega, que conoció a uno de los componentes del equipo ruso el pasado verano cuando coincidieron en el Pico Comunista, en la cordillera de Pamir, en Kazajstán. La expedición rusa decidió devolverle la visita escalando el Picu Urriellu por una de sus vías más duras, Sueños de Invierno.
Los 16 largos de Sueños de Invierno, A4/6a, fueron abiertos el 8 de mayo 1983 por los murcianos Ángel Díaz Vives y José Luis García Gallego, tras pasar 69 días en la pared del pilar noroeste, y desde entonces tan sólo dos cordadas lograron completar la vía, considerada como la escalada más difícil de la península, aunque ambas lo hicieron en verano.
El equipo ruso compuesto por Tenguiz Verulashvilli, Viktor Bolodin, Alexander Klenov, Anatoliv Moshnikov y Nikolai Totmyamin dedicó sus primeros días a completar los cinco primeros largos de esta vía de 600 metros, la sección más dura por su carácter extraplomado, bajando a dormir al refugio de la Vega de Urriellu. El pasado lunes comenzaron a pernoctar en pared y esperan poder completar la vía en una semana.
Según el guarda del refugio de la Vega de Urriellu, Tomás Fernández, el equipo ruso tiene instalada la hamaca en el quinto largo y en estos momentos está terminando el séptimo largo. «Están teniendo suerte con el tiempo, llevan un buen ritmo y si el tiempo sigue así deberían hacer cumbre el próximo domingo. Sólo cabe esperar que no encuentren problemas una vez llegados a Roca Solano, a tres largos de la cumbre, a partir de ahí es muy difícil saber por dónde seguir, no hay marcas evidentes del itinerario de la vía», afirmó.
Repeticiones y fracasos
La dificultad de esta vía ha hecho abandonar a más de un buen alpinista como la cordada compuesta por Silvia Vidal y Luís González, que tuvo que abandonar en un intento realizado durante las pasadas navidades a causa del mal tiempo o la compuesta por los franceses Jérôme Thinières y Stéphane Benoît, que tuvo que salir por la Rabadá-Navarro.
Con numerosas variantes fue repetida por Claudio Sánchez (Tito), Albert Merino y Joaquín Olmo en el verano de 1984 en cuatro días de escalada, después de haber equipado los tres primeros largos en otras seis jornadas con anterioridad. En la segunda repetición, en el año 1993, Rafael Escandón y Fito Santamaría emplearon seis días.